Una visión general del sector de gas natural y del régimen aplicable al servicio público de distribución de gas natural por red de ductos en el ordenamiento peruano
| Autor | Ramón Huapaya Tapia Lucio Andrés Sánchez Povis |
| Páginas | 407-533 |
ramón hu ap aya tapia
lucio andrés sánchez povis
Una visión general del sector de gas natural y del régimen
aplicable al servicio público de distribución de gas natural
por red de ductos en el ordenamiento peruano
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introduccin. la reforma de la industria
del gas natural en per
A principios de la década de 1990, con la entrada en vigencia del Decreto Ley
2.844, Ley de Concesiones Eléctricas (lce), y la Ley 26.221, Ley Orgánica
de Hidrocarburos (loh), se inició el proceso de liberalización de la industria
energética en Perú. Estas normas tuvieron como propósito establecer un marco
legal objetivo y transparente que sirviese de base para el desarrollo de un mer-
cado competitivo, confiando en la inversión privada y en la dinámica del mer-
cado para salir de la crisis energética que se presentaba hasta dicho momento y
permitir el desarrollo de una industria energética confiable y madura en Perú.
En el caso particular de la industria del gas natural en Perú, el desarrollo
que esta ha presentado en la última década se ha debido básicamente a la ex-
plotación del mayor yacimiento de gas natural encontrado hasta la fecha en
nuestro país: Camisea.
Los antecedentes de la explotación de los yacimientos de gas natural en
Camisea datan de la década de 1980. Tras la suscripción de un contrato de
operaciones petroleras en los entonces identificados lotes 38 y 42, la compañía
Shell realizó diversos descubrimientos importantes de gas natural. Así, en marzo
de 1984, Shell halló gas en el pozo exploratorio San Martín 1 en el Lote 42, el
cual posteriormente pasó a conformar el Lote 88. Luego, al descubrimiento
inicial se sumarían aquellos en los pozos Cashirirari (ubicado también en el
Lote 42), Mipaya y Pagoreni (ambos parte del Lote 38, actualmente Lote 6).
Se estimó que estos hallazgos estarían en el orden de 8,8 tcf y 87 millones
de barriles de líquidos de gas natural (lgn).
En 1988 se suscribió el “Acuerdo de Bases para la Explotación de Cami-
sea” entre Shell y la empresa estatal Petroperú, con la finalidad de definir
los términos y condiciones bajo los cuales se realizaría la explotación de los
yacimientos descubiertos. No obstante, los problemas políticos en la relación
entre las compañías extranjeras y el gobierno peruano hicieron que este es-
fuerzo se frustrara y no se llegara a acuerdo alguno sobre la explotación de
Camisea. En ese año la transnacional abandonó el proyecto de exploración en
los lotes referidos.
No fue sino en marzo de 1994 que Shell volvió a interesarse en el Proyecto
Camisea y suscribió un convenio con perupetro para desarrollar un estudio de
factibilidad a fin de proceder a elaborar un plan de desarrollo de las reservas.
Este evento formó parte de una serie de esfuerzos estatales dirigidos a renovar
la confianza de la inversión en hidrocarburos en Perú. Tales esfuerzos inicia-
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