Votar por los jóvenes - 8 de Marzo de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 496238406

Votar por los jóvenes

Congreso: ¿los mismos con las mismas?

Carlos Caballero Argáez

Es inescapable escribir hoy de política. Mañana tendrán lugar las elecciones para Congreso de la República. Votaremos por senadores y representantes a la Cámara en uno de los certámenes electorales más aburridos y carentes de interés de los últimos tiempos. Para un período, 2014-2018, que será crucial para el futuro del país. Va a estar de por medio –ojalá– el final del conflicto armado, al tiempo que el mundo y América Latina se mueven al amparo de nuevos vientos universales. En este año se cumplen los 25 de la caída del Muro de Berlín, cuando terminó el siglo XX y empezó la era de la globalización, de las comunicaciones instantáneas, de las redes sociales, de la horizontalidad por oposición a la jerarquización de otras épocas, de la búsqueda de la equidad y la profundización de la verdadera democracia. Los problemas de la sociedad se han vuelto muy complejos y para resolverlos no caben ni las fórmulas simplistas de muchos políticos, ni el populismo, ni los fundamentalismos ideológicos. Es, de cierta manera, la hora del pragmatismo, de las “ideas en acción o las ideas más la acción”, como lo afirma Felipe González en el libro que reseñé en esta columna hace un mes. La política en Colombia debería cambiar. No puede ser más de lo mismo. Es preocupante sin embargo que, cuando se estudian las listas de los diferentes movimientos políticos y sus candidatos, se trata, con muy poquitas excepciones, de los mismos bajo diferentes nombres. Lo peor, desde luego, son los ‘herederos de las curules non sanctas’, como los denominó Semana (17 de febrero de 2014, pp. 44-47). El cambio generacional es entregar las curules de los condenados por ‘parapolítica’ a sus hijos, cónyuges o hermanos. De acuerdo con León Valencia, en la Semana de esta semana, “131 candidatos de 23 departamentos herederos de la ‘parapolítica’ o con nexos con fuerzas ilegales están compitiendo para llegar al Congreso de la República”. Algo que habla muy mal de la política colombiana y de los movimientos o partidos convertidos en verdaderos feudos podridos. La política como negocio, en que la falta de ideas se arropa en clientelismo. Si...

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