Zuma, el símbolo ‘antiapartheid’ que salió por la puerta trasera
Camila granados pÉrez - redacción internacional
La decisión del Congreso Nacional Africano (CNA), que llevó a la renuncia del presidente Jacob Zuma, no se gestó solo una vez. La oposición había pedido seis veces que se pasara una moción de censura en su contra, pero el CNA no estuvo de acuerdo con las acusaciones sino hasta esta semana, cuando lanzó un ultimátum que el mismo Zuma calificó de “apresurado”. Hace once años, este era uno de los escenarios menos probables al que podría enfrentarse. Michael MacDonald, analista de la Universidad de Williams en EE. UU., afirmó a EL TIEMPO que cuando el exmandatario llegó a liderar el CNA, en 2007, “se sabía que estaba manchado por la corrupción, pero aun así se ganó la confianza de las personas, porque su legado pesaba”. Zuma ya tenía un largo historial en la política. Desde los 17 años fue militante del CNA y por esta razón se ordenó su encarcelamiento como parte de la política del apartheid. Compartió prisión con Nelson Mandela y tras su liberación se exilió. Al regresar, fue una figura clave en la lucha contra este sistema segregacionista y su posición en el CNA escaló hasta ser elegido por el partido como presidente de Sudáfrica en 2009 y reelegido en 2014. “Zuma no empezó a ser corrupto durante su segundo mandato, que es lo que el CNA nos quiere hacer creer. Él comenzó antes de ocupar un rol importante en el Parlamento”, dijo a este medio el analista político sudafricano Mzoxolo Mpolase. En el momento de su posesión como líder del país, Zuma luchaba contra una acusación de abuso sexual a una mujer con VIH. Para esa época, los casi 800 cargos en su contra por corrupción habían sido retirados, pero este es un fantasma que lo ha perseguido durante su mandato y que ha afectado severamente su imagen. Según Afrobarometer, un medidor estadístico, el porcentaje de aprobación de su gestión pasó del 64 por ciento en 2011 al 36 en 2015. Para Mpolase, la corrupción no fue el único factor de su caída: “Zuma falló en crecimiento económico, y de eso dependían muchos otros aspectos en los que tampoco nos cumplió”. Durante su gestión, Sudáfrica entró en un declive económico que, si bien no comenzó con Zuma, según MacDonald, se intensificó y se aceleró bajo su gobierno. “Un tercio de las personas vive relativamente bien, pero el resto tiene que luchar para sobrevivir. Este es uno de los países más desiguales del mundo”, dice. Según el profesor Tinyiko Maluleke, de la Universidad de Pretoria, Zuma falló porque...
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