5. El veredicto - Entre juicios: juventudes marginadas y su relación con el estado y el sistema judicial - Libros y Revistas - VLEX 951516541

5. El veredicto

AutorAndrea García-González
Páginas217-251
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El veredicto
—¿Entonces quién es el culpable?
—El estado.
—¿El “estado”?
Justicia sin dientes
La audiencia de juicio oral para el caso de Maikol tiene lugar el 26 de enero
de 2017, a las 9:03 a. m. y su objetivo es finalizar la etapa de judicialización
del proceso. Han pasado más de cinco meses desde que Maikol salió del
centro de privación de la libertad donde se encontraba. Al llegar a la
audiencia, lo noto diferente: viste su ropa y no el uniforme de la institución
con el que había acudido anteriormente. Porta un jean azul claro
“desteñido” de bota ancha y unos tenis negros grandes, junto con una
camiseta beige larga que le llega hasta los muslos y un saco negro de
cremallera y gorra.
Como es usual, Maikol está acompañado de sus dos padres. Ingresan
saludando cordialmente a los diferentes agentes del estado, quienes ya se
encuentran en el recinto. La juez y la fiscal ya han estado en audiencias
desde las 7 a. m. Wilson, el defensor técnico, y Piedad, la defensora de
familia, llegan puntuales a la cita. La única novedad dentro de la sala de
audiencias es la presencia de Leidy, la “esposa” de Jefferson.105
La audiencia inicia sin contratiempos, y luego de las habituales
presentaciones formales, Mariana enuncia: “Previo al inicio de la diligencia
se pudo corroborar que el adolescente no va a aceptar cargos, por tanto, se
omitirá esa información o esa verificación dentro de la diligencia”. Esta es
la última oportunidad que los agentes del estado le brindan a Maikol para
aceptar los cargos que se le han imputado por la muerte de Jefferson, y así
evitar, si se logra comprobar su culpabilidad en este juicio, una sanción
mayor.106
La audiencia de juicio oral tiene un procedimiento particular, y aunque
todos los agentes de la justicia conocen la dinámica de este ritual, Mariana
enuncia a los presentes las pautas y normas formales que se deben seguir.
Esta explicación podría ayudar a Maikol, a sus padres y a la esposa de
Jefferson a entender mejor lo que está a punto de suceder; sin embargo, la
juez no parece preocuparse mucho por ello. Ante la necesidad de agilizar la
audiencia, no se abre un espacio para que los profanos implicados en el
caso manifiesten si tienen alguna duda.
Dice la juez: “Procede este despacho a acordar los tiempos de las
intervenciones, en este caso: declaración inicial, alegatos de conclusión y
réplicas. El máximo será de veinte minutos, y si se requiere un tiempo
adicional, se debe solicitar con anticipación, con el fin de otorgar a la otra
parte el mismo tiempo solicitado”.
De este modo, el primer pronunciamiento formal de Mariana en la
audiencia se relaciona con la racionalización del tiempo dentro de la
dinámica del juicio oral, con lo cual deja claro el rol central que tendrá este
asunto en la diligencia.
Luego, la juez da paso a la fiscal para que presente a sus testigos y
evidencias en el mismo orden que lo hizo en la audiencia preparatoria. Los
testigos no disponen de un lugar especial en la sala: se sientan al lado de
Piedad, la defensora de familia, justo al frente de Olga. Son llamados uno
por uno a dar sus versiones de lo sucedido mientras los demás aguardan de
pie afuera de la sala, pues el lugar no cuenta con espacio para que los
testigos esperen su turno para declarar.
Los testigos que Olga presenta para el caso son Orlando y José (los
policías captores), Pedro (el “administrador” de La Rocolita), Yina107 (la
“novia” de Jefferson), el doctor de Medicina Legal que hizo la valoración
de Maikol y la médica de Medicina Legal que realizó la autopsia del cuerpo
de Jefferson. No obstante, al iniciar la audiencia, solo están presentes los
dos agentes de policía y la médica de Medicina Legal.
Como anunció la fiscal en la audiencia preparatoria, el primer testigo
que se sienta en la sala de audiencias es el subintendente Orlando. Empero,
minutos antes de empezar el interrogatorio, la fiscal se da cuenta de que
cometió un error. En efecto, hubiera tenido que citar primero al patrullero
José, quien elaboró el “informe de primer respondiente”, que da cuenta del
testimonio de la primera persona que conoció y atendió el caso, por lo cual
Mariana le solicita cordialmente a Orlando que se retire de la sala y que
espere a un nuevo llamado. Esto no sucede sin que la fiscal se lleve una
reprimenda pública por parte de la juez: “Doctora, pero, entonces, eso hay
que tenerlo en cuenta en el momento preparatorio… Con eso, usted me da
el mismo orden, el que se va a seguir en la audiencia de juicio oral,
entonces, por favor”, dice Mariana.
La juez se molesta por el tiempo que se desaprovecha a causa de estos
errores de procedimiento, pues, cuando un testigo entra a rendir su versión,
pasa por un breve proceso de comprobación de su identidad, para lo cual el
secretario de Mariana le solicita la cédula y confirma la autenticidad en la
computadora que tiene a su disposición en la sala de audiencias.
El llamado de atención público que hace la juez a la fiscal, el cual
queda registrado en la grabación, evidencia el carácter fuertemente

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