91.148 reclusos viven hoy en condiciones de hacinamiento grave - 29 de Enero de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 663318065

91.148 reclusos viven hoy en condiciones de hacinamiento grave

Nación

No es buena la actual situación que enfrenta la población carcelaria de Colombia. Un informe al que tuvo acceso EL TIEMPO refleja que del total de los presos del país –a julio del 2016–, el 75,5 por ciento vive en condiciones de hacinamiento grave. El mismo documento asegura que en el país la población privada de la libertad es de 120.668 personas, de las cuales 7.527 viven sin hacinamiento; 21.993, en hacinamiento y 91.148, en hacinamiento grave. Y la cárcel de Riohacha es la que muestra el índice más alto, con un porcentaje de 426 por ciento (a octubre pasado). Incluso, solo sumando penitenciarias de Medellín (El Pedregal y Bellavista), Cali, Barranquilla (La Modelo y El Bosque) y Santa Marta, la cantidad de reclusos de más que hay en estos seis centros carcelarios es de 13.171. La cárcel de Bellavista, por ejemplo, tiene más de 50 años y fue construida para 1.800 internos, aunque hoy en día cuenta con 5.400. Las estructuras de la penitenciaría se encuentran debilitadas, en la mayoría de pabellones hay humedad y en cualquier momento se puede registrar una catástrofe. Además, hace dos años y medio se evacuó el patio 5 y no se ha entregado aún. Allí había 1.700 reclusos. Así mismo, se pidió la evacuación de los patios 2 y 4, que albergaban a más de 1.200 personas. La seguridad también es un tema preocupante: en este centro, para cada turno, únicamente hay vigilancia de 40 unidades de guardia. Y según afirmó una fuente, hay una solicitud en la agenda evaluativa del defensor del pueblo, Carlos Alfonso Negret Mosquera, para que las penitenciarías de Riohacha y Bellavista sean cerradas, lo que quiere decir que no se permita la entrada de más reclusos. El hacinamiento, sin embargo, no es el único problema de los centros carcelarios. La Contraloría General de la República entregó un informe sobre la visita que hizo a 29 de ellos en el país, y el diagnóstico fue preocupante. No se separan a los presos sindicados de quienes están condenados, porque las infraestructuras no lo permiten, y tampoco hay espacios acondicionados para visitas conyugales. Ambos son derechos de quienes están privados de la libertad. Los servicios de salud y de alimentación son precarios. Se presentan represamientos y aplazamientos de procedimientos, así como deficiencias en provisión de medicamentos. Y para alimentarse, los internos deben acomodarse en el piso, pues no hay áreas de comedor. La posibilidad de promover programas de resocialización es limitada, ya que la...

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