Dinámicas socio-jurídicas en comunidades en resistencia o taz. Comunidad de paz de san josé de apartadó - Núm. 8, Junio 2009 - Revista Via Inveniendi et Iudicandi - Libros y Revistas - VLEX 59711303

Dinámicas socio-jurídicas en comunidades en resistencia o taz. Comunidad de paz de san josé de apartadó

AutorHelber A. Noguera Sánchez
CargoAbogado, Candidato a Magíster en Defensa de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario ante Organismos, Tribunales y Cortes Internacionales en la Universidad Santo Tomás. Correo electrónico: helbernog@hotmail.com

    Este texto recoge elementos de varios capítulos de la investigación que el autor adelanta actualmente para optar al Título de Magíster en Defensa de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario ante Organismos, Tribunales y Cortes Internacionales en la Universidad Santo Tomas.


Introducción

Las dinámicas sociales, económicas, jurídicas y no jurídicas en la comunidad de paz de san José de Apartadó no tienen las mismas trascendencias, cotidianidades, experiencias y vivencias en relación con cualquier otro municipio o colectivo social en el territorio colombiano. Allí, confluyen aparatos coercitivos estatales, para-estatales e insurgentes, que intentan ejercer poder militar, político y económico en la región, haciendo uso de prácticas ilegales, bélicas y de graves violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario. Con esta realidad, que se apreciaba y arreciaba desde principios de la década de los 90`s, algunos pobladores de san José de Apartadó, de manera autónoma, solidaria y unánime decidieron declararse como comunidad de paz en marzo de 1997; afirmando que realizarían resistencia civil pacífica y no violenta, que ejercerían un carácter neutral frente a todos los actores del conflicto, incluido el Estado colombiano; además, llevaron a cabo ejercicios de auto-gestión y autonomía tanto alimentaria como organizativa y en términos de justicia y resolución de conflictos, por medio de un consejo interno y grupos de trabajo, integrados de forma democrática y consensual; entre otros.

En estos más de diez años de proceso como comunidad de paz, a pesar de más de 665 casos reportados de violaciones o agresiones a los derechos humanos contra la comunidad y/o sus integrantes; con perseverancia y valentía, con dignidad y autonomía, valiéndose de la resistencia no violenta y la neutralidad; el colectivo social lleva a cabo, -de manera inconsciente y sin estar dotados de la conciencia de la ideología o filosofía en la práctica- referentes libertarios, dinámicas sociales horizontales y no jerárquicas, rechazo o repelencia a la sistematicidad y lógica estatal capitalista de diferentes formas y valiéndose de variadas perspectivas. Es en este articulo, que se pretende analizar cada una de aquellas practicas en que de una u otra manera el colectivo Comunidad de Paz de San José de Apartadó, niega, rechaza o repele las instituciones y el estado mismo, incluyendo las más variadas de sus manifestaciones. Es desde esta mirada de un sin-orden establecido, de un des-ordenamiento jurídico, de un anarquismo empírico, como es analizada la comunidad como una Zona Temporalmente Autónoma (TAZ) a la luz, igualmente de la resistencia civil no violenta y la neutralidad frente al conflicto y los actores en él. Para lograr el objetivo, la metodología utilizada fue el análisis y la revisión de documentación y bibliografía como fuente secundaria de información, además de entrevistas en el trabajo de campo realizado en una investigación previa, llevada a cabo por el autor. (Noguera Sánchez, 2008)

De la Resistencia Civil y la Zona Temporalmente Autónoma (TAZ)

¿Qué es la resistencia civil? ¿De dónde surge y por qué lo hace? ¿Es legítimo resistir y en qué condiciones podría hacerse? ¿Cuáles son las formas de resistir individual y colectivamente? En últimas, ¿es la resistencia civil un derecho propio de los individuos y de la sociedad en general? Los miembros de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó iniciaron un proceso de neutralidad frente a todos los actores del conflicto armado y desde allí, la resistencia la establecieron como reacción de las dinámicas propias de un aparato coercitivo que se nutre y fundamenta en la desigualdad, en la parcialidad, en la vulneración de derechos fundamentales -sin importar el entorno espacio-temporal en que se encuentre como la vida y la dignidad humana, que se basa en un tirano que no busca el bien común ni la justicia material y real en todas sus formas, llámense éstas económica, social o política. El derecho a la resistencia o la insubordinación nace como un rechazo, un clamor de condiciones dignas, en últimas y en palabras de John Locke, nace y se justifica en virtud del derecho de la legítima defensa. De la resistencia civil actualmente co-existen variedad de lecturas, en razón al generador del discurso, es decir, si éste se encuentra inmerso en una lógica institucionalizada, o por el contrario, se des-encuentra al interior de los aparatos coercitivos del Estado o cuando observa el fenómeno con un prejuicio dado por el Sistema o el orden imperante. Más allá de donde provenga el discurso o la lectura de la resistencia civil, existen argumentos y bases que se encuentran fuera de estas perspectivas y que son común denominador en el tema de la resistencia civil.

Podemos entender la resistencia civil como un conjunto de actitudes y acciones que los miembros de la sociedad llevan a cabo, donde manifiestan la no aceptación ni el sometimiento a la presión de los violentos; es una presión moral hacia los violentos, es una decisión de no permanecer pasivo frente al conflicto, actuar de manera pacífica, colectiva y continuada pero sin acudir a ejercer violencia en ninguna de sus formas, no colaborar con los grupos armados ilegales o legales, ya que esto rechaza cualquier forma de violencia; por consiguiente, se hace indispensable el no uso de las armas. Es subvertir la ventaja que tienen los violentos con las armas, dejando a los pacíficos con autoridad sobre los primeros, basada en la fuerza de los pensamientos, del diálogo, la cultura y la moral, todo encaminado a la protección de los derechos innatos a todo ser humano; una proclama permanente por la protección de la vida y la libertad. Es así como, las caracterizaciones generales de la resistencia civil las podemos definir de la siguiente manera:

"Es un proceso.

"Es una acción colectiva.

"Constituye una respuesta a diferentes modalidades de violencia.

"Evita cualquier recurso a la violencia, sin que implique la adopción de una ética pacifista.

"Debe ser generada y ejercida por la población civil, aunque consiste en la solidaridad de otros elementos de la sociedad, e incluso de representantes de los Estados.

"Funciona movilizando a la población para que no colabore, debilitando las fuentes de poder del oponente y logrando el apoyo de terceras partes.

"Requiere la existencia previa de un proceso organizativo y de planeación.

"Debe soportarse en un elemento de fuerza moral que la legitime.

"Es el producto de un proceso organizativo y un ejercicio de planeación, y no una expresión espontánea y de corta duración.

"Es una acción colectiva que encuentra su origen en la base social y no una iniciativa de gobiernos locales, regionales o nacionales, o de actores armados.

"Es el uso de la no colaboración frente a todos los actores que generan la modalidad de violencia y no es la no colaboración sólo frente a uno o unos de los actores violentos"1.

La oposición que lleva a la práctica la comunidad es racional, voluntaria y pública. Busca una construcción de la paz desde la base, desde abajo, desde lo local y regional, desde la víctima que se encuentra en medio del conflicto armado. Su proceso de resistencia está anclado en la inclusión social, en el ejercicio de la autonomía y la autogestión, en el reconocimiento de la diversidad étnica, en la solución pacífica de los conflictos, en el diálogo, en la real y efectiva democracia.

"...la existencia de experiencias como la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, cuestiona al Estado y a la sociedad en general sobre su real aspiración, voluntad y capacidad para construir la paz. A los actores del conflicto armado, sobre la importancia de la vida, la opción de la población civil por la no-violencia como mecanismo para transformar la realidad y la capacidad de resistencia civil de las comunidades, aun a costa de su propia existencia, para defender diversos valores como la vida, la autonomía, la integridad de la comunidad y su derecho a no hacer parte del conflicto armado, no ser desplazado y a la paz"2. El proceso de resistencia de la comunidad refuerza los valores que le niegan los actores armados del conflicto, como la vida, la cultura, los territorios ancestrales, la integridad de las comunidades, la autonomía o autodeterminación, el principio de distinción entre combatientes y no combatientes, el derecho a no ser desplazado y a la paz, entre otros. Además genera espacios de capacitación, proyectos productivos alternativos y procesos participativos directos.

Los mecanismos que la comunidad utiliza para llevar a cabo la resistencia civil para su propia protección son diversos: "Se identificaron las primeras estrategias de resistencia civil que consistieron en salir en grupos; crear un comité de vigilancia y uno de alimentos; distribuir pitos, a fin de que con ellos se pudiera dar aviso sobre el ingreso de los actores armados; no transitar por donde estuvieran actores armados; acompañamiento permanente de las organizaciones acompañantes, orar; reunirse al amanecer y al anochecer para verificar la ausencia de algún miembro; informar al coordinador del grupo o al equipo misionero sobre cualquier ausencia; desarrollar trabajo comunitario; ser solidarios, con la consigna de que donde dejaban a uno se...

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