La abogacía en Antioquia - Núm. 5, Diciembre 2007 - Ratio Juris - Libros y Revistas - VLEX 52102311

La abogacía en Antioquia

AutorBernardo Trujillo Calle
CargoAbogado de la Universidad de Antioquia
Páginas8-26

Este atículo fue publicado en el libro conmemorativo del Colegio de Abogados de Medellín 1926 - 2006. El autor, amablemente, nos autorizó para la publicación en este número de la Revista, dada su importancia histórica de la abogacía en Antioquia. Por lo tanto, se respeta el diseño inicial.

Abogado de la Universidad de Antioquia. Doctor Honoris Causa en Humanidades, Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín (UNAULA), profesor, destacado jurista antioqueño, miembro del Colegio de Abogados de Medellín desde que inició su ejercicio profesional, Presidente de la institución en un período, exalcalde de Medellín, académico y autor de varios y valiosos tratados sobre Los Títulos valores. Engalana esta obra, con una crónica sobre la abogacía en Antioquia.

Page 8

Ni por un momento me ha pasado por la cabeza intentar un estudio sobre lo que ha sido la historia de toda la abogacía, de todos los abogados antioqueños, un tema cuyos alcances desbordarían cualquier intento por el sólo motivo que habría de remontarse a los días previos a la emancipación, y a los que siguieron, cuando ya brillaban las poderosas inteligencias de juristas que han hecho historia inigualable en los anales de la jurisprudencia, extendiendo su merecida fama por los amplios escenarios de la magistratura, el ejercicio profesional, el foro, el libro. Bastaría con nombrar dos egregios antioqueños para abrir el portal de este escrito. Me refiero a José Félix de Restrepo, nacido en el año de 1760 en Sabaneta y a Juan Esteban Zamarra, nacido en 1828 en Santafé de Antioquia; el primero, hijo de una preclara familia, dueña de hacienda y casa solariega y el otro, de oscuro origen, nacido en rancho miserable, pero ambos dignos de figurar en la cima de las más elevadas cumbres de la inteligencia, de la ciencia jurídica y, a cuál más digno de haber vestido la toga limpia de la magistratura que les correspondió por derecho propio como que eran almas puras y nobles dentro de su propio estilo de vida y su particular sentimiento individual de mirar y aplicar las normas en cumplimiento de los deberes que su magistratura les impuso.

José Félix de Restrepo vota solitario en sala de magistrados por la condena a pena de muerte del héroe de Ayacucho, de su paisano el general José María Córdoba, en el momento de hallarse éste en el pináculo de su gloria. El mismo magistrado a quien tampoco le tiembla la mano para absolver al general José María Obando del infame cargo que una gran conspiración de poderosos enemigos políticos fraguaron señalándolo como el principal responsable por la muerte del mariscal Antonio José de Sucre. El mismo magistrado que pronunció la frase lapidaria de que "la Ley no tiene corazón y el juez que se lo presta, prevarica". José Félix de Restrepo es la viva imagen de la Ley por encima de cualquiera otra consideración subalterna y representa, en la historiografía de la justicia, al magistrado probo por excelencia. Es ejemplo para las siguientes generaciones de jueces antioqueños hallar en la reciedumbre de su carácter y en su equilibrio justiciero, una fortaleza para sus propias vidas. Page 9

Recidumbre que no fue jamás arbitrariedad porque la Ley siempre tuvo en su balanza el mismo peso de la justicia.

Juan Esteban Zamarra, 68 años menor que Restrepo, llega a la presidencia de la Corte Suprema de Justicia a los 23 años y, a los 25, a la Procuraduría General de la Nación. Fue un prodigio de inteligencia y superación jamás antes alcanzado por ningún otro colombiano. Como José Félix de Restrepo, deslumbra por la solidez de su formación jurídica y la hondura de sus concepciones filosóficas. Ambos fueron, además de juristas, matemáticos y filósofos y en tanto uno llegaba a escalar la cima de la judicatura a la temprana edad de los imberbes, el otro accede a ella pasados los doce lustros, cuando ya el peso de sus años le daban ese aspecto de anciano venerable que la sociedad bogotana de entonces le admiraba en sus cotidianos paseos de a pie que el magistrado hacía entre su casa y el despacho. En este paralelismo de los dos grandes juristas antioqueños que me atrevo a destacar como los más sobresalientes en toda su historia, no obstante las diferencias de cuna y formación, Zamarra tiene a su favor la ventaja del dominio de la palabra hablada. Orador excelso, defendió exitosamente ante el Senado al gran general Tomás Cipriano de Mosquera, acusado de proclamarse dictador en su cuarta presidencia y, al gobernador de Cundinamarca Manuel María Madiedo, comprometido en un trágico incidente de homicidio. Estos dos episodios jurídicos le valieron mantener en alto su bien ganada fama de maestro de la elocuencia que le fue especialmente útil para desenvolverse en medio de una sociedad relamida y excluyente como la bogotana. La abogacía antioqueña ha de mirarse atendidas las circunstancias de que en ella figuran los nombres de eminentes personalidades de principios del siglo XIX que cursaron sus estudios en las universidades de la capital, bien la de San Bartolomé, la de Santo Tomás o la del Rosario, que eran las únicas que ofrecían el programa completo de jurisprudencia en el cual se impartían conocimientos de Derecho constitucional, internacional, civil, administrativo, penal y Ciencias Políticas, a la par con los de Física, Matemáticas y Filosofía que eran tan caras a los formadores de los primeros juristas de la Nación. Allí cursaron los estudios de abogacía y luego fueron profesores, Pedro Antonio Restrepo, Nicolás Florencio Villa, Joaquín Emilio Gómez Barrientos, Manuel Tiberio Gómez Restrepo, Francisco Antonio Obregón, Pascual González, Rafael María Giraldo, Juan Nepomuceno Jiménez, Alejandro Vélez Barrientos, quien fuera ponente del proyecto de la Ley del 11 de mayo de 1830 durante el Congreso Admirable que le dio nacimiento al departamento de Antioquia y desde luego, José Félix de Restrepo y Juan Esteban Zamarra. La mayoría de ellos regresaron a su departamento a servirle en la cátedra y en el ejercicio profesional, para lo cual abrieron sus bufetes de acreditados abogados, algunos también desde la magistratura y la política, representando sus partidos en el Congreso, en los cargos públicos y, en excepcionales casos, en el propio campo de batalla vistiendo el uniforme militar.

"Los estudios de jurisprudencia en la Universidad de Antioquia datan de los primeros años de vida republicana, cuando por decreto del 9 de octubre de 1822, el general Francisco de Paula Santander estableció en Medellín la Casa de Enseñanza Secundaria con el nombre de Colegio de Antioquia; y no es casual que hayan comenzado en la ciudad, concomitante a los esfuerzos del vicepresidente Santander por dotar a la naciente República de un cuerpo de leyes que rigiera los destinos de la Nación según los principios jurídicos liberales, pues con la formación jurídica se esperaba garantizar el conocimiento de los derechos ciudadanos, el respeto por las leyes y la formación de profesionales que, además de administrar justicia y ocupar los puestos públicos, pudiesen dedicarse a cuidar que las normas expedidas fuesen acordes con el ordenamiento jurídico republicano y, en especial, con la Carta legislativa fundamental expedida en Cúcuta"1. Page 10

No le pareció a Bolívar conveniente que el Colegio de Antioquia enseñara jurisprudencia y fue entonces cuando derogó el plan de estudios santanderista y revocó la concesión hecha para impartirla, hasta 1832 en que el presidente José María Obando los restableció2.

Mas no se expedían títulos, los cuales se obtenían, como antes se dijo, en las universidades de la capital. Ni tampoco los otorgó en el período de 1827 cuando se establecieron estudios completos de leyes. Vino la Universidad de Antioquia - Colegio Provincial de Medellín - a dar su primer título a don Marceliano Vélez en 1853 "bajo la modalidad de jurados examinadores", lo cual quería decir, que "a la luz del decreto de libertad de enseñanza", cualquiera podía solicitar que se le certificara con un título, al amparo de la Ley del 15 de mayo de 1850 expedida en el gobierno de José Hilario López.

Ya se dijo que algunos de los generales tuvieron formación jurídica relevante como en los caos de Rafael Uribe Uribe y Marceliano Vélez, catedráticos universitarios, pero también políticos y patriotas pundonorosos y cultos, doctos escritores, parlamentarios e investigadores que tienen un lugar destacado en la historia de la antioqueñidad. Por la misma época, primeras décadas del siglo XX, descollaban en el Congreso, en la Administración Pública y en las letras, abogados cuya fama se ha conservado y crecido con el tiempo: Antonio José Restrepo (Ñito), purista de la lengua, orador, panfletario, "Cónsul en el Havrey juez de gallos en Titiribí", como le gustaba presentarse; Esteban Jaramillo, autor del texto más didáctico sobre hacienda pública; Carlos E. Restrepo, Presidente y fundador del Partido Republicano que alternó el ejercicio de la abogacía con la política en una época de florecimiento de una pléyade de abogados que ejercieron como él la Primera Magistratura. En esas primeras décadas del siglo pasado la oficina de abogado de Libardo López era prestigiosa y así lo fue en cabeza de su descendiente Jorge López Sanín, Presidente Honorario del Colegio de Abogados de Medellín, profesor de instrumentos negociables en la Universidad de Medellín y ejemplo de decoro profesional. Insisto en que sería vano intento hacer siquiera una reseña de los más sobresalientes abogados fallecidos, pues a éstos únicamente se contrae este bosquejo, porque algunos de ellos permanecieron por cortos períodos dedicados al ejercicio profesional.

Tengo ante mí una lista de abogados, más de un centenar, que fue elaborado por un grupo de miembros del Colegio de Abogados de Medellín, recurriendo a la simple memoria de quienes fuimos discípulos o contemporáneos, nada más. La lista no tiene un hilo conductor que los vincule por ejemplo, la procedencia universitaria o su especialidad o siquiera cronológica, pues no...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR