Se acabaron las vacaciones: El pueblo no come. ‘Sorry’ - 4 de Agosto de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 736049181

Se acabaron las vacaciones: El pueblo no come. ‘Sorry’

PEDRO SHAIO - especial para el tiempo"Va a ser interesante

ver pasar

a los gremios de críticos sempiternos del sistema a actores del sistema. Vamos a ver si salen con algo"."Pero desarrollo no es lo mismo que riqueza,

el desarrollo

plantea más bien

una problemática antropológica consistente en

incidir en una cultura,

o sea en un conjunto exhaustivo y coherente e histórico de características".En mi juventud, Alberto Lleras era el héroe de la patria. Una vez, un domingo de 1960, charlando con mi papá después del golf, le escuché decir: -Mira, Eduardo, al mercado de trabajo están llegando cada año doscientas mil personas, y no tenemos más de cincuenta mil puestos de trabajo nuevos cada año. Nunca olvidé esa terrible ecuación que no cuadraba por un factor de cuatro. Con esto, Lleras explicaba que había una tensión estructural en el sistema, imposible de resolver a corto plazo, o sea que no dependía de un solo gobierno. A largo plazo, Lleras Camargo obró para que la tasa de natalidad descendiera de casi 3,5 por ciento a la mitad, y en el terreno económico, él y su primo Carlos Lleras Restrepo, a brazo partido, trataron de hacer una reforma agraria que mantuviera en condiciones de dignidad a la población en el territorio. Y trabajaron, con los primeros economistas -Hernán Echavarría, Rodrigo Botero, Wiesner, Villaveces y otros- para organizar el desarrollo industrial. Muy confuso el contexto, con el argumento sobre la sustitución de importaciones, las limitaciones del crédito internacional. Conflicto heredero del conflicto entre campo feudal y ciudad comercial que caracterizó el período de madurez de la Colonia. Y la tragedia rural. Se supone que una población que habita un territorio tiene el derecho de vivir en ese territorio, y vivir de ese territorio, máxime si es uno de los más ricos del planeta y la densidad poblacional es baja. Pero no, en Colombia, una diminuta clase, renovando a sangre y a fuego su privilegio cada dos o tres generaciones, quiere poseer toda la tierra buena y hacer con ella negocios internacionales. Y los demás que se las arreglen dentro de la miseria. Y sus hijos, también. Después se sorprenden de que los colombianos seamos tan ‘malos’. Lo decía y repetía, perplejo, Hernando Santos Castillo, director de EL TIEMPO. Por lo menos tuvo la gracia de su perplejidad. Pero en esa época de los Lleras, a mediados del siglo pasado y saliendo de la Violencia (300.000 muertes, muchas atroces), seguía viva la esperanza de poner a...

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