Carta Encíclica Sobre el cuidado de la casa común - Ética del profesional contable : una reflexión desde la teoría tridimensional de la contabilidad T3C - Libros y Revistas - VLEX 928956710

Carta Encíclica Sobre el cuidado de la casa común

AutorGustavo Gil Gil, Eutimio Mejía Soto, Omar de Jesús Montilla Galvis, Carlos Alberto Montes Salazar
Páginas11-26
La carta papal Sobre el cuidado de la casa común, promulgada por el Papa
Francis co (24 de mayo de 2015), constituye un aporte signicativo a la consolida-
ción de una sociedad ambientalmente responsable y una ciudadanía ecológica. El
presente resumen de la cita encíclica en referencia tiene el propósito de identicar,
en las proposiciones que contribuyen a la consolidación de una teoría, una prác-
tica de la contabilidad orientada hacia la sustentabilidad. Conforme al comentario
anterior, el resumen tiene un alcance limitado, corresponde a los ítems que for-
talecen la propuesta de una contabilidad para la sustentabilidad ambiental, social
y económica desarrollada en la T3C (Teoría Tridimensional de la Contabilidad).
Los problemas de la sociedad no pueden encontrar soluciones desde visiones
mono-disciplinares. Requieren el concurso de las diferentes áreas del saber, más
aun, la ciencia es insuciente cuando se requiere la inclusión de otros saberes en la
interpretación y construcción de propuestas frente a necesidades sociales.
Una ciencia que pretenda ofrecer soluciones a los grandes asuntos, necesaria-
mente debería sumar todo lo que ha generado el conocimiento en las demás
áreas del saber, incluyendo la losofía y la ética social. Pero este es un hábito
difícil de desarrollar hoy. Por eso tampoco pueden reconocerse verdaderos
horizontes éticos de referencia (Francisco, 2015, p. 110).
La naturaleza está siendo amenazada en todas partes y de diferentes formas. Se
requiere una modicación en los patrones de conductas de las organizaciones y
CAPÍTULO 3
CARTA ENCÍCLICA
SOBRE EL CUIDADO DE
LA CASA COMÚN
ÉTICA DEL PROFESIONAL CONTABLE
12
de los hombres, si se quiere evitar la inviabilidad de muchas especies en el planeta,
incluyendo la del hombre.
San Francisco de Asís […] nos recordaba que nuestra casa común es también
como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre
bella nos acoge entre sus brazos… nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y
gobierna y produce frutos con coloridas ores y hierbas (Francisco, 2015, p. 1).
La naturaleza debe ser valorada a partir de su existencia y la función que representa
para la vida misma. La valoración económica es antropocéntrica y utilitarista, en
tal sentido debe ser complementada con otros tipos de valoración, como pueden
ser la valoración ecológica y la social.
Juan Pablo II señaló que el ser humano parece no percibir otros signicados
de su ambiente natural, sino solamente aquellos que sirven a los nes de uso
inmediato y consumo […] El auténtico desarrollo humano posee un carácter
moral y supone el pleno respeto a la persona humana, pero también debe
prestar atención al mundo natural y tener en cuenta la naturaleza de cada ser
y su mutua conexión en un sistema ordenado (Francisco, 2015, p. 5).
El n del crecimiento económico se ha impuesto en las sociedades modernas
como un n en sí mismo. Se requiere replantear este supuesto y considerar que
la economía y, por ende, sus modelos son un medio al servicio de la vida. Si los
sistemas impuestos no favorecen la vida en todas sus manifestaciones, los sistemas
deben ser cambiados en función de aquellos que estén acordes al interés general.
Benedicto XVI renovó la invitación a eliminar las causas estructurales de las
disfunciones de la economía mundial y corregir los modelos de crecimiento
que parecen incapaces de garantizar el respeto del medio ambiente.(Francis-
co, 2015, p. 6).
El hombre como ser moral es responsable de sus actos y consecuencias. La
destrucción y contaminación de la riqueza natural y social debe permitir un juicio
del estilo de vida que los hombres han asumido. El Patriarca Bartolomé se ha
referido al tema en los siguientes términos
Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divi-
na; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al
cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyen-
do sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo,
el aire. Todos estos son pecados (Francisco, 2015, p. 9).
El término pecado podrá ser entendido no estrictamente en su visión religiosa,
sino como una actuación contraria al interés común y por ende lesiona un
patrimonio físico o inmaterial que debe ser conservado y/o protegido.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR