Los casos de justicia popular en Portugal durante la crisis revolucionaria de 1974-1975 - Primera parte. El derecho y la crisis revolucionaria - Las bifurcaciones del orden - Libros y Revistas - VLEX 857332400

Los casos de justicia popular en Portugal durante la crisis revolucionaria de 1974-1975

AutorBoaventura de Sousa Santos
Cargo del AutorProfesor Catedrático Jubilado de la Facultad de Economía de la Universidad de Coímbra, Distinguished Legal Scholar de la Facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison y Global Legal Scholar de la Universidad de Warwick
Páginas109-140
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Capítulo 3
LOS CASOS DE JUSTICIA POPULAR EN PORTUGAL
DURANTE LA CRISIS REVOLUCIONARIA DE 1974-1975
«¿Es razonable pensar que un movimiento social que vie-
ne de tan atrás pueda ser detenido por los esfuerzos de
una generación? ¿Puede pensarse que la democracia re-
trocederá ante los burgueses y los ricos después de haber
destruido el feudalismo y vencido a los reyes?» (Tocque-
ville, 2018: 123-124).
INTRODUCCIÓN
Como he mencionado en el primer capítulo, en 1974 y 1975 la sociedad
portuguesa atravesó una crisis revolucionaria, en cuyo transcurso surgie-
ron muchos movimientos populares. De manera más o menos intensa,
to
dos estos movimientos partieron de la caída del Estado fascista para
cuestionar la legitimidad y desafiar la hegemonía del Estado capitalista.
Este cuestionamiento transformaba el derecho y la legalidad en uno de
los campos sociales más controvertidos. En una crisis revolucionaria, el
tema de la legalidad se transforma en una de las cuestiones sociales más
omnipresentes. Esto se debe, en primer lugar, a que la propia crisis se ori-
gina por una acción ilegal desde el punto de vista del régimen anterior
y esta «ilegalidad» original se transforma en un dato político e ideológi-
co. En segundo lugar, en un periodo en el que la lucha de clases se agu-
diza intensamente, las diferentes clases y fracciones de clase presentan
concepciones de legalidad distintas, y a veces antagónicas —como, por
ejemplo, la legalidad democrática frente a la legalidad revolucionaria—
y ninguna clase o fracción de clase es lo bastante poderosa como para
imponer su concepto a todas las otras.
En este capítulo analizo una de las dimensiones de las fracturas en el
interior del derecho y de la administración de justicia: los casos de jus-
ticia popular que ocurrieron en Portugal durante la crisis revolucionaria
(1974-1975)1.
1. En el capítulo 1 he analizado la diversidad semántica del concepto de justicia popular.
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EL DERECHO Y LA CRISIS REVOLUCIONARIA
La justicia popular en Portugal en el periodo posterior al 25 de
abril
de 1974 implicó una amplia gama de acciones que variaron según el
pro-
pósito político, el grado y el tipo de movilización popular y organiza
ción
interna y según el nivel de confrontación con la justicia oficial. Como
estrategia descriptiva, todo el abanico de casos y situaciones se puede
agrupar en dos categorías: la lucha por la redefinición de la justicia cri-
minal y la lucha por el derecho a una vivienda digna. Dentro de cada
categoría, empiezo por una breve narración de los casos que se relacio-
nan más remotamente con el concepto de justicia popular y, a continua-
ción, analizo las condiciones políticas y sociales que los hicieron posi-
bles. Finalmente, hago una valoración de su valor táctico y estratégico a
la luz de los objetivos revolucionarios a los que aspiraban más o menos
conscientemente.
LA LUCHA POR LA REDEFINICIÓN DE LA JUSTICIA CRIMINAL
En el contexto de una crisis revolucionaria, la desconfianza de las clases
populares respecto a la administración de justicia tiende a aumentar y a
expresarse de forma dramática mediante acciones colectivas que en una
situación no revolucionaria (y, ciertamente, en Portugal antes del 25
de abril de 1974) se reprimirían de forma inmediata. Y aún más si tal
actitud negativa de desconfianza estuviera acompañada de una energía
positiva para avanzar con formas de justicia alternativas y opuestas de
manera más o menos abierta a la administración estatal de justicia. En
una crisis revolucionaria las acciones de rebeldía, de resistencia y de al-
ternativa se valoran según criterios más abiertos o contradictorios que
pueden transformar lo que hasta hace poco era impensable en un com-
portamiento aceptable. Por ejemplo, cuatro meses antes, seguro que se
habría reprimido la vigilancia popular contra el crimen protagonizada
por un pequeño pueblo del norte de Portugal en julio de 1974. Sin em-
bargo, en aquel momento parecía aceptable e incluso recomendable que
una pequeña comunidad, disconforme con la pasividad de la Guardia
Nacional Republicana (GNR) ante el aumento de los crímenes contra la
propiedad, hubiera decidido organizar una milicia armada con piquetes
de servicio por la noche. El mismo embrión de alternativas podía en-
contrarse en las investigaciones criminales populares. En un caso, que
tuvo lugar en un pequeño pueblo en noviembre de 1975, el alegado cri-
men se había cometido en 1969 cuando encontraron a un trabajador
rural muerto en un pozo. Los habitantes del pueblo nunca aceptaron la
explicación, presentada por la policía y por un médico local, de que el
hombre se había suicidado, sino que creyeron que había sido asesinado
por un agente de la GNR destinado en el pueblo. Ante la actitud pasiva
111
LOS CASOS DE JUSTICIA POPULAR EN PORTUGAL
del tribunal criminal, los habitantes se organizaron y las personas em-
pezaron a señalar al agente de la GNR como el asesino. Unos meses más
tarde el agente se suicidó. Reunidos en asamblea plenaria, el pueblo de-
cidió crear un comité de investigación para descubrir toda la verdad. En
septiembre de 1975, un numeroso grupo de trabajadores industriales,
que clamaba justicia popular, invadió y registró el cuartel general de la
policía en Oporto en un intento de encontrar a un latifundista que, el
día anterior, había asesinado a uno de sus inquilinos, también trabaja
dor
industrial, después de que este se negara a pagar un aumento del alqui-
ler. La invasión estuvo motivada por la sospecha de que la policía, en
complicidad con el latifundista, le había proporcionado protección. En
junio de 1975, en Grândola2, el pueblo en el que se conmemoraba el
aniversario del asesinato por la GNR de la trabajadora rural comunista
Catarina Eufémia3, un trabajador rural, al pasar delante de la casa de un
gran latifundista, gritó una y otra vez: «¡Muerte a la PIDE4!», «¡Muerte a
los fascistas!», «¡Viva la libertad!». Al sentirse amenazado, el latifundista
denunció el caso en la sede de la GNR local, donde aparentemente tenía
buenos amigos, y el trabajador acabó por ser él acusado de crimen de
amenaza y difamación. Entonces, se organizaron manifestaciones popu-
lares a favor del reo y contra la GNR. Debido al «clima emocional»,
se
transfirió el caso del tribunal local al tribunal penal de Lisboa. El día fi-
jado para el juicio, decenas de defensores del acusado llenaron la sala del
tribunal gritando: «¡Abajo las leyes fascistas!», «¡Justicia popular!».
Ante
2. Localidad alentejana famosa por la canción Grândola, Vila Morena, compuesta y
cantada por Zeca Afonso y que el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) escogería para
que fuera la segunda señal para comenzar la Revolución de los Claveles. La canción se refie-
re a la fraternidad entre el pueblo de Grândola, villa alentejana. A las 00.20 h del día 25 de
abril de 1974, la emisora Rádio Renascença retransmitió la canción como
señal que con
fir-
maba el inicio de la revolución. Indicaba el arranque definitivo y simultáneo en todo el país
de las operaciones y desencadenó el avance de las fuerzas organizadas por el MFA. De ahí que
se transformara en un símbolo de la revolución y del inicio de la democracia en Portugal.
3. Catarina Eufémia nació en 1928 en el pueblo de Baleizão, Beja. Era una asala-
riada rural —segadora— pobre y analfabeta y su vida habría sido anónima, como la de
tantos otros alentejanos de su condición, si la GNR no la hubiera asesinado durante unas
reivindicaciones por unos salarios mejores y un trato digno, hecho que la convirtió en un
símbolo de la resistencia y la protesta contra el régimen salazarista. Este asesinato fue una
de las acciones más brutales del régimen de Salazar y originó una revuelta sorda y conte-
nida entre las masas rurales alentejanas.
4. La Policía Internacional y de Defensa del Estado (anterior PVDE) se creó en 1945
para defender el régimen de todos aquellos que no estaban de acuerdo con este. La PIDE dis-
ponía de varios medios para lograr sus objetivos, entre los que destacan la amplia red de in-
formadores por todo el país y la interceptación de correspondencia y llamadas. Se enviaron
a miles de opositores a la cárcel (por ejemplo, a Caxias, Peniche y Tarrafal), muchas veces
sin un juicio previo, donde se les sometía a los más variados malos tratos y tor
turas. La PIDE
instaló un clima de horror, miedo y desconfianza del que, según muchos pensadores, la
sociedad portuguesa aún no se ha liberado del todo.

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