Comentario - "Sabemos lo que es cuando no nos preguntas" - El derecho como resistencia: modernismo, imperialismo, legalismo - Libros y Revistas - VLEX 857236560

Comentario

AutorJosé Manuel Atiles Osoria
Páginas87-103
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COMENTARIO
José Manuel Atiles Osoria1
Los conceptos nación y nacionalismo, en tanto que definiciones
de las vinculaciones y representaciones de las comunidades, de
las manifestaciones culturales y de las estrategias de acción socio-
político-jurídicas que se dan en este contexto, se han esgrimido
a través de la tradición filosófica-política-moderna-liberal como
significados maleables y de difícil definición (Guibernau, 1999,
2009). Tradicionalmente, se ha tratado de caracterizar la nación
en cuanto al espacio geográfico o territorial y el medio ambiente
que ocupa la comunidad, el idioma hablado por los que la com-
ponen, la etnia, la historia común, las memorias del pasado de
sus triunfos y derrotas en momentos históricos concretos, las
producciones culturales, sus símbolos y tradiciones, la religión,
los lazos familiares o de sangre, entre otras manifestaciones y de-
finiciones propias de la comunidad que crea la nación. No obs-
tante, esas categorizaciones han sido problematizadas, al punto
que una vez tras otra reaparece la pregunta que Renan tratara de
1 El autor de este comentario desea agradecer a la Dra. Anayra O. Santory Jorge
por la lectura y el diálogo establecido sobre la versión previa del mismo.
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responder en su conferencia de 1882: ¿Qué es una nación?, y que
posteriormente Hobsbawm (2004) rearticularía como: ¿Qué es
una (o la) nación?
Esta maleabilidad y dificultad para definir la nación ha sido
plasmada por Peter Fitzpatrick en el título de este capítulo, con
una revisión del muy conocido edicto agustiniano2 que hiciera
Bagehot (1887) en su texto Physics and Politics (citado en Hobs-
bawm, 2004). Bagehot, al mismo tiempo que argumenta que el
siglo XIX debe ser conocido como el periodo de la “construcción
de naciones”, comenta sobre el concepto nación que: “[s]abemos
lo que es cuando no nos lo preguntáis, pero no podemos expli-
carlo ni definirlo muy rápidamente” (Hobsbawm, 2004, p. 9).
Esta dificultad para definir un concepto que ha estado muy
presente en la tradición política-liberal-moderna-occidental, se
funda en la multiplicidad de acercamientos, lecturas y definicio-
nes que se han hecho de la nación a lo largo de los dos últimos
siglos. Múltiples han sido los/as autores/as que se han dado a la
tarea de comprender, categorizar y traducir los fundamentos bá-
sicos que sustentan la idea de nación. Algunos ejemplos de estos/
as autores/as, entre muchos otros/as, son: Anderson (1983), Gell-
ner (1988), Guibernau (1999, 2004), Guibernau y Hutchinson
(2001), Hastings (2000), Hobsbawm (2004), Hutchinson (2005),
Miller (1995), Renan (1964), Smith (1986, 1998). Estos/as auto-
res/as han compartido la misma preocupación por encontrar las
categorías básicas que den un sentido universal al concepto de la
nación, a pesar de que el mismo, según plantea Fitzpatrick, actúe
en lo particular. Es decir, estos/as autores/as han intentado defi-
nir los elementos que determinan cuándo una comunidad o un
grupo de seres humanos se constituyen en una nación y cuándo
no cumplen los requisitos básicos para tal constitución.
Esta problemática y/o la imposibilidad de definir la nación,
en cierta forma se tradujo a otras tradiciones epistemológicas que
2 San Agustín de Hipona planteó, en lo que ya es una frase muy conocida sobre
el tiempo: “En definitiva, ¿qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé. Si
quisiera explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé”.

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