Confucio, ética y civilización - Núm. 20, Enero 2014 - Revista Co-herencia - Libros y Revistas - VLEX 521549294

Confucio, ética y civilización

AutorZhao Zhenjiang
Páginas165-178

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Ante todo tengo que aclarar francamente que no soy un estudioso ni investigador sobre la ilosofía y la ética china, sino un hispanista que se ha dedicado durante casi 50 años a la enseñanza, la investigación y la traducción de la literatura española e hispanoamericana, especial-mente la traducción de la poesía. Soy traductor, por ejemplo, de Rubén Darío, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, César Vallejo, Octavio Paz, Juan Gelman, Roberto Alifano, García Lorca, Ra-fael Alberti, Vicente Alexandre, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Miguel Hernández, etc. Lástima que haya traducido poco de la poesía colombiana, sólo unos poemas sueltos en la Antología de la poesía de América Latina que seleccioné y traduje hace veintitantos años. Pero he hecho también una contribución en la difusión de la literatura colombiana en mi país: un alumno mío es traductor de Cien años de soledad. Les digo esto para que no depositen mucha esperanza en mi charla, porque la ética no corresponde a mi terreno de estudio e inves-tigación. En China hay miles personas que son más apropiadas para impartir esta conferencia, pero ninguna habla español. A falta de pan, son buenas las tortas, por eso me encargan a mí de hacer esta charla sobre los conceptos éticos de Confucio y darles algunas sugerencias sobre la ética universitaria.

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Ahora bien, mi charla se divide en tres partes: 1. los conceptos de Confucio sobre la ética; 2. las sugerencias de la civilización china para los seres humanos; 3. relexiones mías sobre la ética universitaria tomando las instrucciones de las Universidades Qinghua y Beida como ejemplos. Empezamos por la primera parte:

1. Los conceptos de Confucio sobre la ética

Es sabido que todas las grandes culturas milenarias poseen sus propios clásicos esenciales. A lo largo de más de dos mil años, en China se ha establecido un sistema completo de textos canónicos, en cuyo centro se encuentran los Seis Clásicos refundidos por Confucio.

Confucio (551-479 a. C.) es conocido en China como Kongzi, es decir, Maestro Kong. Kong es su apellido, su nombre es Qiu, y su nombre social de cortesía es Zhongni. Confucio nació en la dinastía Zhou, en el Estado de Lu (la actual ciudad de Qufu, en la provincia de Shandong). Confucio fue gran pensador y educador de los últimos tiempos del período de los Reinos Combatientes (770-476
a. C.), fue el fundador de la escuela ilosóica conocida como confucianismo.

Confucio, gran sabio del pasado, vivió en la China antigua hace más de dos mil quinientos años, cuando en Europa habían comenzado a despuntar las culturas de Esparta y Atenas, y Rómulo fundaba la ciudad de Roma. Confucio viajó, de ducado en ducado, intentando ponerse en servicio de los grandes señores para poner en marcha su ideal. No obstante, el destino fue tan severo con él que en ningún lugar tuvo éxito, debido a que aquellos señores feudales sólo aspiraban a satisfacer sus propios intereses o a expandir su tira-nía. Tras una larga búsqueda de catorce años, el Maestro, ya senil regresó a su tierra, el ducado o el reino de Lu, para dedicarse a una misión que coincidía con la Voluntad del Cielo: la redacción de los Clásicos, que consistía no sólo en continuar con la antigua tradición humanista, sino también en proyectar un nuevo diseño de futuro. Confucio fue en su época una luz que iluminó tanto el pasado de la oscuridad del olvido, como el porvenir de una penumbra de incer-tidumbre.

Los clásicos que Confucio refundió son los seis libros: Libro de las Mutaciones (????), Libro de los Documentos (????), Libro

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de las Odas (????), Libro de la Música (???? ), Libro de los Ritos (

????), Crónica de Primaveras y Otoños (????). Estos se convirtieron posteriormente en material obligatorio en el aprendizaje de los nobles. El Libro de las Mutaciones, o Zhouyi, trata del estudio del devenir a imitación de los principios de las mutaciones cósmicas y ayuda a la gente convivir armónicamente con la naturaleza; el Libro de los Documentos, o Shangshu, consigna los documentos de las Dinastías Xia, Shang y Zhou y facilita el conocimiento de la historia y la continuación de la tradición de los antepasados; el Libro de las Odas o Shijing, es una recopilación de trescientos cinco poemas, cuya función es encauzar las emociones de los hombre para lograr la armonía del corazón; el Libro de los Ritos, o Liji, que ajusta las relaciones entre los hombres, es el estudio de la conducta; el Libro de la Música, o Yuejing, ayuda a comprender la música de la anti-güedad, además de fomentar la amistad en la comunicación social; la Crónica de Primaveras y Otoños, o Chunqiu, el más importante, refundido por Confucio basándose en una crónica del ducado Lu, se trata de una crítica a la sociedad y cuyo estudio ayuda a distinguir lo justo de lo injusto.

Confucio abriga la esperanza de educar, mediante estos clásicos, a sus compatriotas formándolos en el carácter perfecto del caballe-ro noble, al mismo tiempo que establece un orden moral para el pueblo, porque los Seis Clásicos contienen las cinco virtudes más importantes para los chinos: la humanidad o benevolencia, Ren; la justicia o rectitud, Yi; la conducta ritual adecuada, Li; la sabiduría, Zhi; y la coniabilidad, Xin.

Confucio es el iniciador de la tradición canónica en la historia china. Después de Confucio, el estudio de los Clásicos siempre ha sido el núcleo de la cultura tradicional, elogiado como “el principio de las Humanidades”. Para los chinos los Clásicos se han convertido en la fuente de la cosmovisión, concepción y sabiduría de la vida.

Pese a que la tradición le atribuye los textos clásicos que constituían la base de la educación noble, lo más probable es que Confucio no fuera autor de libro alguno. Sólo en el libro titulado Analec-tas (????) se reúnen aforismos, retazos de conversaciones, breves anécdotas, algunas apócrifas, y descripciones del Maestro y de sus discípulos directos, así como citas de los clásicos. Analectas es uno de los textos clásicos de la cultura china de la antigüedad. A lo largo de siglos no ha habido ninguna obra de ilosofía, literatura o política

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de la historia China que no haya recibido su inluencia. Ningún investigador podrá alcanzar un verdadero conocimiento de la cultura tradicional china, ni comprender el mundo interior de los chinos de la antigüedad, sin conocer en profundidad Analectas.

Mediante la lectura de Analectas podemos conocer la actitud de Confucio hacia el Cielo y los Hombres, que hasta la actualidad tiene aún valores universales. Probablemente ésta es la causa por la que en el siglo XXI el pensamiento confuciano sigue despertando el interés de los chinos y de gentes de todas partes del mundo.

Durante las dinastías Shang (1600-1046 a. C.) y Zhou (1046-256 a. C.) el concepto predominante “Cielo”, y que inluyó en cierta medida en Confucio, era el de un dios antropomórico. Sin embargo, para Confucio el concepto “Cielo” era más amplio, estaba más próximo a la idea de la naturaleza. Según él: “El Cielo no habla con palabras. Habla a través de la alternancia de las cuatro...

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