Conversatorios con la Fuerza Pública, exguerrilleros y representantes políticos: un método innovador para la construcción de la paz
Autor | Jennifer Schirmer |
Cargo del Autor | Antropóloga política e investigadora |
Páginas | 511-526 |
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Conversatorios con la Fuerza Pública, exguerrilleros
y representantes políticos: un método innovador
para la construcción de la paz*-**
Jennifer Schirmer
Si uno de los requisitos para transformar el conicto en política consiste en un
compromiso con la inclusividad, entonces las iniciativas de paz deben, desde sus
primeras etapas, involucrar a los actores que tienen mayor capacidad para hacer la
guerra. Posiblemente no sea descabellado suponer que a algunos de los actores arma-
dos les interesa que el conicto continúe o que su formación y experiencia los haya
llevado a sospechar profundamente de cualquier posibilidad de una paz duradera.
Sin embargo, es posible que, irónicamente, estas mismas suposiciones marginen a
los actores armados de un compromiso positivo con la construcción de la paz y, en
últimas, debiliten la posibilidad de una solución pacíca y duradera al conicto.
Para la resolución del conicto es fundamental preparar etapas o acciones pre-
liminares (“precursors of engagement”) antes de entrar plenamente en el diálogo.
Esta preparación previa puede realizarse años antes de que se rmen los acuerdos
denitivos para llevar a los actores a un diálogo integral sobre la búsqueda y la cons-
* Quisiera agradecer a los donantes por su apoyo generoso del Proyecto Conversatorio durante estos 14
años: los Ministerios de Asuntos Exteriores de Noruega, Suiza y Suecia, SIDA (Swedish International
Development Corporation Agency) y el Instituto de Paz de los Estados Unidos (USIP).
** Quisiera agradecer a todos los colombianos que han participado en este Proyecto como expositores
y participantes durante estos 14 años, y en particular, a los 2 colombianos, León Valencia y Alberto
Lara, quienes me ayudaron en la mayoría de los conversatorios del Proyecto desde 2004.
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Colombia. La construcción de la paz en tiempos de guerra
trucción de la paz. Estas actividades pueden considerarse como etapas preliminares
de una nueva forma de pensar fuera de los paradigmas tradicionales de la guerra.
Colombia no está exenta de la necesidad de una preparación previa, pues es
una democracia precaria que enfrenta una innidad de contradicciones. Por una
parte, posee una cultura institucional y electoral rica y un discurso democrático
vibrante con vigorosos debates públicos y políticos. Por otra parte, Colombia tiene
una larga historia de exclusión y marginación políticas de una parte signicativa
de la población; de una profunda desigualdad social y económica; y de asesinatos
políticos, desapariciones forzadas y otras prácticas represivas contra los sindicalistas,
periodistas, activistas de derechos humanos, desplazados y muchos otros sectores
vulnerables. Aunque existe un debate político vigoroso entre sectores similares de la
sociedad, tales como la prensa y el Congreso, ha habido poco diálogo e interacción
política entre sectores que tienen amplias diferencias entre sí. Y aunque Colombia
posee cierta cultura democrática, sigue siendo una sociedad en la que está presente
el conicto armado interno más prolongado del hemisferio. Puede decirse que es
un país democrático en guerra consigo mismo.
La sociedad colombiana, atrapada en estas contradicciones durante más de
cincuenta años, tiene todo tipo de divisiones: entre la sociedad civil y los milita-
res, entre los rebeldes y el gobierno, entre la izquierda y la derecha, entre los ricos
y los pobres. Para los militares, la renuencia a superar las divisiones no solamente
es ideológica, sino social: los ociales de la Fuerza Pública viven aislados en sus
propias comunidades, encerrados en una guerra que engendra sus propias formas
de exclusión. Es muy poco probable que los ociales colombianos tengan vínculos
sociales, o siquiera amistades informales, con académicos, intelectuales y analistas
políticos que no sean conservadores o de derecha.
De igual manera, la mayoría de los políticos, intelectuales, periodistas y aca-
démicos de izquierda en Colombia experimentan su propia forma de aislamiento
social, quedándose en los mismos círculos, con poco acceso a la Fuerza Pública,
poco interés en ella, y a veces una actitud de menosprecio. Este sector carece de un
“foro” para generar debates, análisis y reexiones políticas con los ociales.
Así pues, es posible que los ociales solo sean vistos retóricamente como parte
de la ciudadanía. A pesar de que se les conoce como “la Fuerza Pública”, gran parte
de la sociedad civil colombiana no los considera como parte de la “esfera pública”.
Como resultado de esto, aunque los ociales reciben información sobre distintas
opciones ideológicas, con frecuencia no las ven como diferencias legítimas de
opinión sino como amenazas operacionales a la estabilidad. Para los ociales de la
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