El debate sobre el proceso civil como espacio de moralización
| Autor | Mónica Patricia Vásquez Alfaro |
| Páginas | 387-410 |
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EL DEBATE SOBRE EL PROCES O CIVIL
COMO ESPACIO DE MORALI ZACIÓN*
M P V A
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ción jurídica en curso, como un conjunto de etapas que se suceden, como
una relación jurídica, como un combate dialógico, como un conjunto
de garantías para la protección de los derechos, etcétera1. Las diversas
teorizaciones dan cuenta de la complejidad de esta construcción jurídica
que se desarrolla en el tiempo y que involucra los más variados intere-
ses de sus intervinientes. Estos intereses son totalmente contrapuestos
en la gran mayoría de los casos, de tal suerte que el triunfo de una parte
El constitucionalismo democrático invita a revisar esa lógica tradi-
cional del proceso judicial y la conducta de los sujetos procesales que
intervienen en ellos. En esta conciencia jurídica constitucionalista no
se trata solo de ganar el debate en el marco de legalidad, sino de que
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ticia, igualdad y solidaridad2. El derecho procesal resume este plantea-
miento en la teorización del principio de buena fe procesal, con el que
se trata de trasplantar la armonía de la buena fe civil o contractual a la
dinámica litigiosa3.
* Para citar: http://dx.doi.org/10.15425/2017.426
1 Diana Ramírez,
civil (Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2009).
2 Roberto Berizonce, “Nuevos principios procesales y su recepción en los orde-
humanos)”. Anales 42 (2012): 257-89.
3 Luís María, “Abuso del proceso”, en Modernización de la justicia civil, editado
por Santiago Pereira (Montevideo: Universidad de Montevideo, 2011), 405-46.
C XIII
ÉTICA PROFESIONAL DEL ABOGADO: DEBATES Y TENSIONES
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El principio de la buena fe procesal resulta atractivo e irrebatible a
primera vista. ¿Quién podría oponerse a las bondades que la buena fe
aporta en cualquier relación jurídica, incluso la litigiosa? Sin embargo,
muchos expertos tienen dudas sobre las posibilidades reales de su apli-
cación en la dinámica procesal cotidiana. Este trabajo pretende mostrar
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do tres tendencias teóricas fundamentales en la disciplina. Una primera
aboga por la aplicación plena de la buena fe procesal y la consecuente
exigencia de colaboración de las partes con la administración de justi-
cia. La segunda tendencia matiza el compromiso de los sujetos proce-
sales con la buena fe procesal, condicionando el cumplimiento de este
deber a dinámicas derivadas con el carácter adversarial del debate judi-
cial, y una tercera perspectiva se muestra escéptica frente a la utilidad
real del concepto, pues resultaría incompatible con el rol del aboga-
do que litiga.
Un autobús en medio del proceso: la complejidad
de la buena fe procesal
Las diferentes corrientes serán analizadas a través de un caso real que
pretende mostrar la complejidad habitual de los litigios civiles. El caso
es el siguiente.
Pedro, socio mayoritario de una empresa de buses y propietario de
la mayor parte del parque automotor, demanda a María y a José por in-
termedio de su apoderado judicial. La pretensión del demandante es que
un juez declare la resolución de un contrato de compraventa sobre un
vehículo automotor destinado al servicio público de transporte urbano
con su respectiva indemnización de perjuicios.
Hace un tiempo, Pedro vendió a María y a José uno de los buses de
la empresa que acababa de ser repotenciado, es decir, el automotor ha-
bía sido sometido a un procedimiento técnico autorizado por las leyes de
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to de los buses, después de haber concluido los veinte años iniciales de
vida útil. Al momento de la venta María y José eran arrendatarios de al-
gunos vehículos de la empresa y con el producido de estos cancelaban
el canon pactado con Pedro. Viendo la oportunidad de convertirse en
propietarios, en lugar de simple arrendatarios, María y José decidieron
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