Denigrar de Duque - 13 de Junio de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 868905448

Denigrar de Duque

La memoria de los 21 muertos de estas jornadas de protesta -ojalá la cifra no siga creciendo- quedará grabada en la historia de uno de los gobiernos más difíciles que le han correspondido a un presidente colombiano. Pandemia y levantamiento social en todo el país, carreteras bloqueadas, hambre, muertos y heridos, millones de contagios, falta de hospitales e insumos. Claro, tampoco puede desconocerse que el Gobierno ha cometido equivocaciones y hasta osos, pero ninguno con la dimensión de agravar el problema. Uno, Duque al presentarse en Cali a las 11 de la noche, cuando la capital del Valle ardía como foco inicial de las protestas; al otro día regresó en un horario más normal, pero el daño ya estaba hecho. Luego se produjo el autorreportaje en el que, con un impecable inglés, Duque se dirigía al mundo sobre el tema del paro, una autoentrevista con teleprompter circulando por las redes que lo hizo ver desconectado y hasta arrogante. Otra gran equivocación fue la cantidad de días que duramos ‘mamándole gallo’ a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Por grave que sea su informe a la ONU, no lo será más que el causado con la sensación de que en Colombia no queríamos testigos internacionales de las "masacres". Eso sí: muy probablemente el informe será adverso a la autoridad colombiana, porque esa comisión ‘tira línea’ y no va a cambiar ahora. Errores, osos del Gobierno, pero si ninguno de ellos se hubiera cometido, las cosas estarían igual. Son aspectos marginales del desprestigio del Presidente. Lo de la reforma tributaria fallida es harina de otro costal. Por ambiciosa, rompió el saco; y el pésimo manejo político del Gobierno condujo a su satanización. Con una meta de recaudo de 12 o 13 millones, tal vez habría sido más realista y manejable. Su razón de ser siguen siendo medidas urgentes para reconstruir la economía, financiar los problemas sociales que deja la pandemia y subsidiar directamente, con plata contante y sonante, los bolsillos de los desposeídos por la pandemia. ¿Existirá algún colombiano que pueda oponerse a eso? Sin embargo, se ha convertido en pasatiempo nacional hablar mal del presidente Iván Duque. El motivo no importa. Tampoco de qué sector provienen esas críticas. Porque en despotricar de Duque coinciden santistas y gente de izquierda con uribistas y gente de derecha. Lo que diferencia a ambos sectores es que los primeros ven a un hombre joven e inexperto, que, por débil, está arreglando a bala el estallido social...

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