Distopias: pesadilla política desde el cine ¿fantasía hiperbólica o profecía? - Núm. 147, Junio 2009 - Estudios de Derecho - Libros y Revistas - VLEX 70249484

Distopias: pesadilla política desde el cine ¿fantasía hiperbólica o profecía?

AutorLeidy Johanna Velásquez Serna
CargoEstudiante de Derecho en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia.
Páginas139-149

Texto del ensayo ganador del concurso realizado en el marco de los conversatorios Distopias: pesadillas políticas desde el cine, promovidos por el cineclub de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia "ALUCINE".

¿Cómo vas a tener un eslogan como el de "la libertad es la esclavitud" cuando el concepto de libertad no exista? Todo el clima del pensamiento será distinto. En realidad, no habrá pensamiento en el sentido en que ahora lo entendemos. La ortodoxia significa no pensar, no necesitar el pensamiento. Nuestra ortodoxia es la inconsciencia.

George Orwell

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El término Distopía hace referencia a una utopía siniestra o visión anti-utópica del futuro de la humanidad, donde la realidad transcurre en representaciones disímiles a las de una sociedad ideal. Al contrario de la utopía, donde la visión del mundo por venir es paradisíaca, sublimada y perfeccionada, la distopía es la proyección de los temores vigentes del hombre; es un enfoque caótico y apocalíptico de un futuro posible.

Para la proyección de esas pesadillas en su campo de acción -el futuro- el artista distópico se basa en su imaginación y en los datos del presente; por ello es usual que las distopías se originen en prospectivas1 elaboradas con antelación. No se basan en cualquier temor subjetivo del creador, sino que tratan de proyectar los miedos colectivos de la época y el contexto socio-político en que son concebidas, ya que su autor -como cualquier individuo que forma parte de una sociedad- interactúa con los problemas que rodean su existencia. Por ejemplo, los peligros del socialismo de Estado, de la mediocridad generalizada, del control social, de la evolución de la democracia liberal hacia un sistema totalitario, del consumismo y del aislamiento, fueron advertidos por algunas distopías de la primera mitad del siglo XX. Una Page 140 buena muestra de ello en el cine es la revolución de las masas de "Metrópolis'", la distorsión de la memoria histórica e individual en "1984" o en "Fahrenheit 456", la opresión del Estado autoritario en "Brazil” e igualmente la fragmentación social en "La Naranja Mecánica".

Con relación a este tema, una enorme creatividad se ha diseminado en los trabajos de gran variedad de expertos que incursionan en el arte; verbigracia, es innegable el inmenso talento de aquellos que desarrollan sus habilidades en el mundo cinematográfico. Como caso típico, podemos tomar algunas películas recientes que nos enseñan un medio monopolizado por grandes transnacionales financieras y tecnológicas, a través de creaciones de ciencia ficción adaptadas en un futuro cercano y etiquetadas como ciberpunk2 (en ellas, impera el capitalismo corporativo y neoliberal, y los gobiernos públicos se reducen funcionalmente a ellos, especializándose en vigilar o militarizar la sociedad o en abrir nuevos mercados al consumo masivo por medio de la coerción y el miedo); además de otras cuantas que son exteriorizadas como utopías desde un punto de vista superficial, pero mientras más penetran los personajes en la misma, más van descubriendo que el supuesto mundo utópico mantiene ocultas características que resultan indispensables para el funcionamiento de escenarios lúgubres. En este caso, éstas suelen estar pensadas para advertir sobre los riesgos de la manipulación mediática o política3.

Siempre contextualizadas por la tensión mercado-Estado, las elaboraciones distópicas suelen hacer hincapié en algunos aspectos determinados de dicha coyuntura. Nacen en la primera mitad del siglo XX como una crítica a las utopías optimistas de autores de ciencia ficción -como Julio Verne o H.G. Wells-, cuyas obras se fundamentan en la mejoría de las condiciones de vida de un gran fragmento de la población en el occidente tecnificado. Muestran el lado oscuro al que podrían enfrentarse aquellas sociedades que quisieran llevar al extremo el progreso científico y técnico; las consecuencias de que los Estados o las grandes corporaciones industriales adquieran cada vez más poder. Además, en el mismo periodo histórico suceden grandes acontecimientos políticos: dos Guerras Mundiales, la primera de las cuales termina con la Revolución Rusa, y la Segunda que comienza con el ascenso del nazismo y la lucha contra este sistema que es concebido como "totalitario e inhumano"; todo lo cual inspira la creación de estas utopías tergiversadas. Page 141 Ciertamente, Aldous Huxley nos aproxima a una sociedad futura totalitaria en su libro "Un mundo Feliz"4, publicado ocho años antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. En ella previene a sus lectores contra la autoridad manipuladora de las grandes corporaciones financieras e industriales y la selección genética aplicada sobre el hombre, que puede distorsionar el viejo sueño de Platón de dividir la sociedad en diferentes castas y convertir esa fantasía en una espeluznante opresión tecnológica llevada a cabo en el gran edificio llamado: "Centro de Incubación y Condicionamiento de la Central de Londres".

Así mismo, con posterioridad a la derrota del nacionalsocialismo y su política de invasiones en toda Europa, se presenta una lucha ideológica entre el Capitalismo y el Marxismo, la cual alcanza su esplendor -social y artísticamente hablando- en las manifestaciones distópicas del séptimo arte y la literatura, a través del esbozo de sistemas de opresión en los que la humanidad cumple un papel similar al que desempeñan los peones en un juego de ajedrez, donde quienes los manejan son fuerzas insuperables y ante las cuales no hay posibilidad de salir de manera triunfante. En consecuencia, es inadmisible no ver reciprocidades entre las transformaciones políticas del siglo XX y las elaboraciones anti-utópicas.

Al respecto, cabe mencionar entonces algunas de las producciones cinematográficas más distinguidas: Metrópolis (Fritz Lang, 1927); La Jetée (Chris Marker, 1962); Fahrenheit 451 (Francois Truffaut, 1966); La Naranja Mecánica (A Clockwork Orange, Stanley Kubrick, 1971); Naves misteriosas (Silent Running, Douglas Trumbull, 1972); Cuando el destino nos alcance (Soylent Green, Richard Fleischer, 1973); Zardoz (John Boorman, 1974); El Guerrero del Camino (Mad Max, George Miller, 1979); Blade Runner (Ridley Scott, 1982); 1984 (Nineteen Eighty-Four, Mi-chael Radford, 1984); Brazil (Terry Gilliam, 1985); Doce monos (TwelveMonkeys, Terry Gilliam, 1995); Ghost in the Shell (Mamoru Oshii, 1996); Gattaca (Andrew Niccol, 1997); Dark City (Alex Proyas, 1998); El Piso 13 (The Thirteenth Floor, JosefRusnak, 1999);Matrix (TheMatrix, hermanos Wachowski, 1999); Equilibrium (Kurt Wimmer, 2002); V de Venganza (V for Vendetta, James McTeigue, 2006); Idiocracia (Idiocracy, Mike Judge, 2006); Los hijos del hombre (Children of Men, Alfonso Cuarón, 2006); Wall-E (Andrew Stanton, 2008).

A pesar de que todas ellas se originan en...

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