El dolor crónico en la historia - Núm. 47, Diciembre 2013 - Revista de Estudios Sociales - Libros y Revistas - VLEX 649614569

El dolor crónico en la historia

AutorJavier Moscoso
CargoDoctor en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid
Páginas170-176
El dolor crónico
en la historia*
Javier Moscosov
Introducción
John J. Bonica definió el dolor crónico como una
forma maléfica que impone al enfermo, a su
familia y a la sociedad un grave estrés emocio-
nal, físico, económico y sociológico. El concepto
implica que el dolor ya no funciona como señal
y que adquiere en consecuencia la característica de una
afección autónoma que debe considerarse en sí misma
como una enfermedad. Al contrario de lo que ocurre con
el dolor agudo, el dolor crónico no atraviesa culturas ni
períodos históricos; no es un fenómeno universal ni en
la historia ni en la cultura (Kleinman et al. 1992, 3).1 Por
supuesto que la existencia de un sufrimiento persisten-
te, que se manifiesta a lo largo de intervalos temporales
continuos, no atañe en exclusividad a la práctica médi-
ca del siglo XX. Los dolores de cabeza o de espalda, los
de los miembros amputados, las llamadas causalgias
o neuralgias, han existido siempre. Pero eso no quiere
decir que podamos considerar “enfermos” a quienes en
el pasado hayan sufrido semejantes padecimientos. Aun
cuando estuviéramos tentados a pensar que la cronici-
dad del dolor puede haber afectado a la humanidad en su
conjunto a lo largo de la historia, no sucedería lo mismo
con la idea, extraña, de que quienes sufrieron esos males
fueron también enfermos de eso.
DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res47.2013.13
El presente artículo pretende sugerir que el surgimiento de
la medicina del dolor y, de modo más general, la nueva po-
lítica del dolor que aparece a mediados del siglo XX no están
relacionados con la sustitución de marcos teóricos, o con la
modificación y objetivación del objeto de estudio, sino con
otras condiciones culturales relacionadas con la acotación
de la experiencia. Al contrario de la interpretación más ex-
tendida, que hace de la aparición de la medicina del dolor
la conclusión inevitable de las dificultades y obsolescencias
de un modelo teórico agotado, me gustaría sugerir aquí
una alternativa de mayor imbricación cultural. De mane-
ra general, quisiera plantear cómo la medicalización del
dolor crónico no ha dependido tan sólo de factores internos
dentro de la práctica hospitalaria y la teoría clínica, sino
también, y sobre todo, de la formación y categorización de
grupos humanos. Aun cuando la relación entre el dolor y
la guerra no requiere ulteriores clarificaciones, la medicali-
zación del dolor no sólo tuvo como protagonistas a los ciru-
janos de campaña, sino a grupos de población militar que
había que reintegrar a la vida civil.
Dolor crónico
En una publicación de 1982, Patrick D. Wall y Ronald
Melzack decían escribir para ilustrar un tipo de dolor
* Este texto e stá inspirado e n el capítulo VIII d e mi libro Historia cultural d el dolor, publicado e n 2011 por la editorial Taurus, y en 2 012, en su traduc-
ción al inglé s, por la editorial Palg rave-Macmilla n.
v Doctor en Fi losofía por la Unive rsidad Autónom a de Madrid. Profes or de investiga ción de Historia y F ilosofía de las Cien cias en el Consejo S uperior
de Investig aciones Cientíc as – Centro de Cienc ias Humanas y Social es. Correo elec trónico: javier.mosco so@cchs.csic.e s
1 “Unlike acute pain, ch ronic pain (last ing for months or yea rs) is not a ubiquito us experienc e. Nor has it been show n to be universal, c rossing cult ures
and histori cal epochs”.
Revista de Estudios Sociales No. 47 • rev.estud.soc. • Pp. 224.
ISSN 0123-885X • Bogotá, septiembre - diciembre de 2013 • Pp. 170-176.
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