El espacio bibliotecario, de custodia a consulta. - Vol. 31 Núm. 2, Julio 2008 - Revista Interamericana de Bibliotecologia - Libros y Revistas - VLEX 60364124

El espacio bibliotecario, de custodia a consulta.

AutorPrieto Guti
CargoRevisiones y Reflexiones

Resumen

Los edificios bibliotecarios históricamente han sido destinados a la consulta y preservación de las colecciones bibliográficas, el artículo describe el proceso de cambio sufrido por estas edificaciones a través de la historia, derivado, a su vez, de las transformaciones en el rol de las bibliotecas: de albergues de documentos a instituciones que son hoy espacios de sociabilidad y referentes culturales, que almacenan grandes cantidades de información, prestan servicios a públicos cada vez más amplios y que demanda de ellos un papel dinámico en la sociedad.

Palabras clave: Edificios de bibliotecas, diseño arquitectónico

Abstract

Historically, library buildings have been destined for the inquiry and preservation of bibliographical collections. This paper describes the process of change experimented by these buildings throughout history, which has derived, at the same time, from the transformations in the role of libraries; that is, from the repositories of documents to institutions that are currently cultural references and spaces to socialize. They store great quantity of information, provide services to an ever increasing public, which demands from them a dynamic role in the society.

Keywords: custody of documents, library planning, building of libraries

How to cite this article: PRIETO GUTIÉRREZ, Juan José. The library space: from custody to inquiry. Revista Interamericana de Bibliotecología. Jul.-Dec. 2008, vol. 3 l, no. 2, p. 143-159.

Introducción

A lo largo de la historia los edificios bibliotecarios han cumplido la función de albergar, custodiar y acceder a los fondos documentales. Con este artículo se busca demostrar la transformación del espacio de acuerdo con los cambios sociales, (1) los avances en materia de construcción y la forma de acceso a la documentación.

Los diferentes soportes documentales depositados en el interior de las bibliotecas fueron adquiriendo protagonismo e incrementando la demanda de consulta por parte de los usuarios.

El texto hace un recorrido en el tiempo de la evolución del acceso a la información, finalizando con variadas experiencias y recomendaciones tanto de arquitectos como de expertos del mundo bibliotecario.

  1. Evolución del espacio como custodia

    Desde los inicios de las bibliotecas hace más de seis mil años, hasta la Edad Media con la aparición de las bibliotecas en las universidades, destaca la función de custodia y salvaguardia de las mismas de los documentos albergados en su interior.

    Ya en el IV milenio a.C. las tablillas se guardaban y custodiaban en una dependencia del templo a la que sólo tenían acceso ricos, nobles, reyes y clero (2), pero con el paso de los años estas dependencias se separaron, e incluso hubo alguna dedicada al personal bibliotecario. (3)

    Hasta la Edad Media son tres las bibliotecas, Alejandría, Pérgamo y Constantinopla, que destacan por la grandiosidad de sus instalaciones y por la cantidad y calidad sus de fondos bibliográficos dedicados básicamente a la salvaguardia.

    Ptolomeo I fundó la Biblioteca de Alejandría, (4) la cual llegó a tener bajo su protección más de 700.000 volúmenes o rollos de papiro. Fue construida con el fin de albergar todo el registro de la memoria humana. (5) Debido a su amplitud documental fue necesario llevar a cabo una organización y almacenaje de la información que permitiera identificar las obras.

    La Biblioteca de Pérgamo (197-159 a.C.) desarrolló un ansia de saber como nunca antes, fruto de los contactos entre oriente y occidente. Fue una de las grandes joyas de la antigüedad llegando a reunir más de 200.000 volúmenes. Se encontraba dentro de un recinto sagrado. (6) En las excavaciones arqueológicas se pudo observar que los muros exteriores estaban formados por dobles muros a modo de cámara para proteger los fondos de los cambios climatológicos lo que nos habla de una preocupación por la conservación.

    Durante el siglo III encuentra su origen la biblioteca de Constantinopla, que albergó cerca de 100.000 volúmenes aproximadamente.

    Hacia el siglo IV, las bibliotecas se amparan en la Iglesia. Tanto en Italia, como en Francia y España comienzan a situarse dentro de las basílicas, monasterios, iglesias, etc. En esta época fueron los religiosos quienes optaron, mayoritariamente, por salvaguardar y proteger el material bibliográfico. (7) El acceso sólo estaba permitido a personalidades y clérigos. El conocimiento, que había sido custodiado durante siglos en las bibliotecas monacales, empieza a ser custodiado en las escuelas catedralicias y posteriormente en las bibliotecas de las universidades, hecho que provoca una incipiente apertura de las bibliografías a una minoría universitaria privilegiada.

  2. Evolución del espacio para consulta

    A lo largo de los siglos se produce un cambio en la concepción de lo que es la biblioteca; de ser meros almacenes se transforman en espacios de consulta y del saber por la conjunción de varios factores, como la evolución en los soportes documentales y sus accesos, los avances en la concepción de las construcciones e inventos como la imprenta y la tinta. Todo ello conduce a las bibliotecas hacia una función más social, incrementando el acceso, la demanda (8) y la alfabetización.

    Las primeras bibliotecas universitarias, creadas en la segunda parte del siglo XII, como la de París o la de Bolonia, depositan y guardan los libros en armarios ubicados en las salas de lectura y consulta, disponiendo también de depósitos con funciones de custodia y preservación. Los fondos bibliográficos son accesibles para toda la comunidad estudiantil, y despiertan un gran interés. (9)

    El préstamo de documentos estaba permitido en algunas bibliotecas dependiendo de la duplicidad de los documentos y del perfil del usuario (docente, investigador o estudiante). Cabe destacar en estas edificaciones dos secciones, una con fines exclusivamente de consulta (es curioso encontrar libros encadenados (10) a las propias mesas y estanterías para evitar tentaciones de sustracción), y otra, donde se ubicaban las obras duplicadas, las cuales podían ser sacadas del centro.

    Durante el siglo XIII aparecen los primeros tratados de biblioteconomía, (11) con el fin de ofrecer servicios a los estudiantes y usuarios como el préstamo de libros, (12) hecho que influye en el planteamiento de la distribución bibliotecaria.

    La imprenta, como instrumento de mayor producción impresa, fue decisiva en el surgimiento del Renacimiento cultural europeo. Fomentó la educación, influyendo de forma directa en la evolución de las bibliotecas hacia una función más social, (13) con el acercamiento del saber a un gran número de ciudadanos. El uso y disfrute de los centros se generaliza, bien para consultas, investigaciones o aprendizaje, floreciendo las primeras Bibliotecas Nacionales, creadas por reyes y príncipes, con la responsabilidad de colectar, mantener y preservar la literatura nacional.

    En el mundo anglosajón, durante el siglo XVIII, aparecieron dos tipos de bibliotecas, las parroquiales (por girar en tomo a las parroquias) y las de asociaciones (creadas para la adquisición cooperativa de libros); ambas utilizaban la lectura pública como forma de promoción de los libros, dando pie en el siglo XIX a las actuales bibliotecas públicas, las cuales supusieron un acercamiento de los libros para la formación profesional, moral y recreo de la población. (14)

    En Estados Unidos, gracias a Andrew Carnegie, se desarrolló un sistema bibliotecario de primer nivel, modificando el concepto de biblioteca iniciado con las primeras bibliotecas universitarias. Es aquí donde realmente las bibliotecas comienzan a concebirse como instituciones educativas y no como archivos de memoria. Diversos aspectos permiten denominar a los Estados Unidos como el padre de la biblioteconomía moderna, como la creación de las primeras reglas de catalogación (Cutter y Dewey) y sistemas de clasificación, el establecimiento de escuelas de biblioteconomía en universidades, la creación de las primeras asociaciones, como la American Library Association (ALA), la aparición de las primeras publicaciones periódicas sobre la temática, como Library Journal, y la edificación de grandiosas bibliotecas como la Library of Congress.

    Se construyeron espaciosos edificios funcionales para albergar gran diversidad de materiales como libros, cuadros, mapas, planos, gráficos, etc. La comodidad de los usuarios fue de vital importancia para la consulta de bibliografías, y se facilitó el acceso mediante la ordenación de la misma. Los libros...

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