La filial trampol - Núm. 28, Junio 2012 - Estudios Gerenciales - Libros y Revistas - VLEX 881041301

La filial trampol

AutorPla-Barber, Jos

Introducción

Recientemente, desde el sector empresarial, han surgido diferentes afirmaciones destacando el valor añadido que España puede tener como trampolín de las inversiones hacia y desde Latinoamérica. En efecto, el auge espectacular de las multinacionales españolas en Latinoamérica ha generado unas fuertes conexiones a nivel empresarial entre ambos continentes (Guillen, 2006) y estas relaciones, a su vez, están convirtiéndose en un factor esencial para la atracción de la inversión directa a España en ambos sentidos: las empresas multi-latinas que dan el salto hacia Europa, y lo que es más significativo, las empresas multinacionales globales que buscan desarrollarse en los crecientes mercados latinoamericanos.

Por tanto, en esta época marcada por las continuas deslocalizaciones de las filiales establecidas en España, surgen nuevas oportunidades para éstas en la medida en que sus ejecutivos sean capaces de atraer la atención de sus casas matrices (Birkinshaw, Bouquet & Ambos, 2007) y reivindicar las posibilidades de este nuevo rol de mayor valor dentro del entramado complejo de sus multinacionales.

No obstante, a pesar del enorme interés de este fenómeno económico, el debate académico al respecto y el análisis de éste en un marco teórico apropiado, es prácticamente nulo. En este sentido, este artículo pretende dotar de contenido teórico a esta realidad. Para ello se ha estructurado el trabajo en tres apartados. En el primero, se definen las características que debe tener un país trampolín en el marco de la teoría de la internacionalización. En el segundo, utilizando los trabajos más clásicos sobre teoría de la empresa multinacional, se analizan las condiciones para que una filial pueda aprovechar las ventajas de localización del país y convertirse en una filial trampolín. Además, se reflexiona sobre los distintos tipos de filiales trampolín que se pueden encontrar. (3) El trabajo finaliza con una serie de conclusiones respecto a este nuevo concepto que abren futuras líneas de investigación.

(1) El país trampolín en el marco de la teoría de la internacionalización

La internacionalización implica la entrada en un entorno complejo donde la empresa tiene que hacer frente a distintos factores, algunos diferentes a los del país de origen, y por tanto, la falta de conocimientos sobre estos mercados es un importante obstáculo para el desarrollo de las actividades internacionales (Johanson & Vahlne, 1977; Johanson & Wiedershein-Paul, 1975). En este sentido, la teoría del proceso de internacionalización enfatiza la importancia del conocimiento y el aprendizaje como recursos imprescindibles para el desarrollo internacional de la empresa (Eriksson, Johanson, Majkgard & Sharma, 1997).

Operando en el exterior las empresas aprenden sobre sus clientes, sus necesidades de recursos y las nuevas amenazas y oportunidades que puedan surgir; lo que a su vez se convierte en una capacidad para seguir operando en otros mercados culturalmente más lejanos. Este tipo de conocimiento tácito y adquirido, por el hecho de operar en un mercado, es denominado por algunos autores como conocimiento experimental (Eriksson et al, 1997) que, a su vez, estaría formado por el conocimiento institucional y el conocimiento empresarial.

El conocimiento institucional hace referencia al conocimiento que una empresa posee de la cultura del país, de su lengua, tradiciones, normas de comportamiento, sistema educativo, leyes, regulaciones y costumbres comerciales (Kostova & Zaheer, 1999), lo que, en términos de la teoría institucional, sería el conocimiento del entorno regulatorio, cognitivo y normativo (Scott, 1995). Este tipo de conocimiento es una fuente de ventajas competitivas porque permite estar informado de las exigencias y necesidades locales. Cuanto más alta sea la distancia institucional entre el país de la empresa inversora y el país de destino, mayores serán los costes y las dificultades que deberán asumir las empresas porque les resultará más difícil interpretar correctamente los requerimientos institucionales locales así como el alcance de los ajustes necesarios (Kostova & Zaheer, 1999), pudiendo ello repercutir directamente en la legitimidad que la empresa multinacional pueda establecer en el país de destino.

El conocimiento empresarial es el conocimiento de los posibles clientes, competidores y condiciones del mercado en un país concreto. El desarrollo de redes personales, institucionales y de negocio en el mercado de destino es una herramienta que utilizan los directivos para incrementar el conocimiento empresarial (Johanson & Mattsson, 1988). Estas redes facilitan la internacionalización en un país a través de las posibles sinergias entre empresas. La promoción por parte de la autoridades de ferias, misiones comerciales, recepciones y contactos entre las empresas locales y extranjeras también es una herramienta útil que facilita el desarrollo de estas redes empresariales (Pla-Barber, 2001).

Pero, ?cómo se obtiene este conocimiento experimental en un país? El argumento básico de la teoría de la internacionalización es que dicho conocimiento se adquiere a través de la propia experiencia de la empresa en el país de destino. Sin embargo, algunos estudios muestran cómo las empresas pueden aprender a través de la imitación de otras empresas con cierta legitimidad, cuyas estrategias han sido exitosas (Bjõrkman, 1996) o por medio de diferentes atajos, como son la adquisición de otras empresas (Barkema & Vermeulen, 1998) o la contratación de personal con la necesaria experiencia (Forsgren, 2002). Estos atajos pueden reducir la incertidumbre percibida sobre el mercado de destino sin la necesidad de tener que esperar hasta que sea la propia empresa la que adquiera el nivel de conocimiento necesario.

Este concepto de país trampolín que se desarrolla en este artículo es una nueva forma de adquirir parte del conocimiento experimental necesario para abordar un nuevo mercado sin la necesidad inicial de invertir en éste. Un nuevo atajo, olvidado por la literatura sobre internacionalización, que permite acelerar el proceso de entrada de multinacionales en entornos institucionales muy diferentes al del país de origen.

Desde este punto de vista un país trampolín debe reunir dos condiciones necesarias:

* En primer lugar, con relación al conocimiento institucional, debe situarse en una posición intermedia entre el país de destino y el país inversor, de forma que el aprendizaje institucional en el país trampolín, de alguna forma, pueda trasladarse al país de destino y, por tanto, favorecer el establecimiento de legitimidad en este mercado.

* En segundo lugar, el país trampolín debe poseer un intenso flujo comercial con el país de destino, de forma que la empresa inversora pueda adquirir conocimiento empresarial y desarrollar redes en el país de destino desde el país trampolín. El Gráfico 1 representa estos argumentos.

Si se analiza el caso de España como país trampolín y la región latinoamericana como un conjunto de países de destino para los inversores europeos, se comprobará cómo se cumplen ambas condiciones.

Debido al rol que España ha...

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