Fumigaciones, incumplimientos, coaliciones y resistencias - Núm. 22-2, Julio 2020 - Estudios Socio-Jurídicos - Libros y Revistas - VLEX 847222400

Fumigaciones, incumplimientos, coaliciones y resistencias

AutorFrancisco Gutiérrez
Páginas34-70
estu d. socio -jur íd., bog otá (colo mbia) , 22(2)
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Fumigaciones, incumplimientos, coaliciones
y resistencias*
Fumigations, B reaches, Coalit ions and Resistanc e
Fumigações, incumprimentos, coalisões e resistências
Franc isco gu tiér rez sa nín* *
Fecha de r ecep ción: 27 d e enero de 2020. Fe cha de a probació n: 30 de a bril d e 2020
Doi: https://doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/sociojuridicos/a.9146
Para citar: Gut iérrez Saní n, F. (2020). Fumig aciones, incumpl imientos, coa liciones y resis tencias. Estudios Socio-
jurídicos, 22(2), 1-37. https://doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/sociojuridicos/a.9146
RESUMEN
Este artíc ulo intenta explicar la forma en que e l estado colombiano procesa las de man-
das y moviliz aciones cocaleras : sentarse a negoci ar para después incu mplir (“el ciclo
de incumplimie nto”). Muestro que, a pesar de lo aparente mente contraproducente que
es, el ciclo es una forma pe rsistente, quizás la pri ncipal, de respuesta de nuestr o estado
frente a las movil izaciones. Argum ento que al menos parte del ciclo del in cumplimiento
se debe a la naturale za de las coalicione s que soportan la g uerra contra las dro gas en
Colombia. Por una parte, e sas coaliciones son t ípicamente “la rgas”, yendo desde lo
global hasta lo p uramente local, por lo que p ueden cargarles co stos prohibitivos a los
campesinos cul tivadores sin que los diseñadores de las p olíticas se vean afectados. Por
la otra, esas coal iciones no siempre se han ar ticulado fácil mente a la otra gran g uerra
global que se ha llevad o a cabo en el país, la guerra cont ra la subversión. Ambas circ uns-
tancias generan p ermanentes bloqueos, inest abilidades y problemas de acc ión colectiva.
Palabras clave: movilizaciones cocaleras, coal iciones, estado, incumpli-
mientos, abandono
* Los resultados pr esentados aquí son pr oducto del proyecto “D rug and Disorde r”:
https://drugs-and-disorder.org/. Aunque todo el equipo d e investigación ha contr ibuido a ellos,
agradezco aquí pa rticularmente a Luis Cas tillo y Sebastián Cris tancho.
** Profesor del In stituto de Estudios Polít icos y Relaciones Internac ionales de la Universi-
dad Nacional de Colombi a. Correo electrónico: g utiers2002@ yahoo.com
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est ud. s ocio -ju ríd. , bogot á (c olomb ia) , 22(2 ). ju lio -dici emb re de 2 020issn 0124 -0579 issne 2145-4531
Fra nci sco gu tié rre z sa nín
ABSTRACT
This art icle aims to explain how t he Colombian state addr esses coca demand s and
mobilizat ions: negotiating and t hen defaulting --the noncompl iance cycle. Despite how
apparently counter productive it is, the cycle is persistent a nd, perhaps the main for m
of the state's response t o those mobiliz ations. I argue th at part of the noncompli ance
cycle is due to the nature of t he coalitions t hat support the dr ug war in Colombia.
Further more, these coalitions, typ ically long, range from glob al to purely local, so they
can charge peas ants with prohibitive costs w ithout being affected by the new p olicies.
In addition, thes e have not always been smooth ly articul ated to the countr y's greater
waged global war, the wa r against subversion. Both cir cumstances generate per manent
blockages, inst abilities, and problems of collect ive action.
Keywords: Coc a mobilizations, coalitions , state, breaches, abandonment.
RESUMO
Este arti go tenta explicar a forma em que o estado co lombiano processa as demandas
e mobilizaç ões cocaleira s: sentar-se a negociar p ara depois descump rir (“o ciclo de
incumprimento” ). Mostro que, apesar do apa rentemente contraproduc ente que é, o
ciclo é uma forma persi stente, talvez a principal, de re sposta de nosso estado frente às
mobilizaçõ es. Argumento que pelo menos part e do ciclo do incumprimento se deve à
natureza das c oalisões que suportam a guer ra contra as drogas na Colômbia. Por uma
parte, essas co alisões são tipic amente “longas”, indo desde o g lobal até o puramente
local, pelo que pode m carregar-lhes custos proi bitivos aos camponeses cult ivadores sem
que os desenhadores da s políticas se vejam afe tados. Pelo outro lado, essas c oalisões
não sempre se têm art iculado facilment e à outra guerra glo bal que se tem levado a
cabo no país, a guer ra contra a subversão. Ambas as c ircunstâncias geram p ermanentes
bloqueios, instabi lidades e problemas de ação coletiva .
Palavras-chave: mobilizações cocalei ras, coalisõe s, estado, incumpr i-
mentos, abandono.
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est ud. s ocio -ju ríd. , bogot á (c olomb ia) , 22(2 ). ju lio -dici emb re de 2 020issn 0124 -0579 issne 2145-4531
Fum igaci one s, i ncum pli mie ntos , coa lic ione s y res ist enc ias
Introducción: el rompecabezas y la pregunta
En este artículo, plantearé que la respuesta básica del Estado a las
movilizaciones cocaleras consiste en lo que llamaré el ‘ciclo del incum-
plimiento’. A la vez, propondré una explicación de por qué se produce:
por las dificultades persistentes por parte del Estado colombiano para
construir coaliciones estables alrededor de sus políticas frente a los
cultivos ilícitos. Tales políticas no son autosostenibles, pues generan
sistemas de incentivos y problemas de acción colectiva que se expresan
a través de permanentes desalineamientos de actores claves a todos los
niveles territoriales.
El ciclo del incumplimiento consiste de dos movimientos. Primero,
el Estado se muestra dispuesto a negociar y a llegar a acuerdos frente a
las protestas. De hecho, buena parte de ellos se formalizan por medio
de actas y eventos solemnes. Segundo, el Estado no cumple con lo esta-
blecido en esas actas y eventos. El problema analítico, pero también de
política pública, que plantea el ciclo es que las explicaciones y visiones
más comunes sobre el Estado y su desempeño solamente pueden expli-
car uno de los dos componentes del mecanismo; más aún, los criterios
que ofrecen para entender uno de los componentes del ciclo impiden
comprender la existencia del otro.
El ciclo también genera una perplejidad, que no es fácil de responder.
¿Por qué diablos sentarse a negociar para después incumplir? ¿Cuál es
el propósito? ¿Lo hay? Son preguntas más bien evidentes, pero no tan
fáciles de contestar. La extrañeza se hace mayor cuando se tiene en
cuenta la enorme centralidad que ha tenido la política antidrogas —en
general, y contra los cultivos ilícitos en particular— en el país en los úl-
timos años. En efecto, diversas figuras gubernamentales han afirmado
obsesivamente que en los territorios cocaleros se están jugando apuestas
fundamentales para la seguridad del Estado colombiano. De hecho, la
idea de que el narcotráfico era la gasolina de la guerra se convirtió en
explicación oficial del conflicto desde mediados de la década de 1980;
también aparece, así sea en sordina, en el Acuerdo Final entre el go-
bierno y las Farc. Eso convirtió a la lucha contra los cultivos ilícitos en
una de las prioridades de la guerra contrainsurgente. La retórica estatal
—incluyendo no solamente la ‘producida para la galería’, sino aquella

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