De la gestión pública y la rendición obligatoria de cuentas en salud
| Autor | Andreas Schedler |
| Páginas | 3-5 |
Revista Gerencia y Políticas de Salud
3
EDITORIAL
De la gestión pública y la rendición
obligatoria de cuentas en salud
Si la información fuera perfecta y el ejercicio
del poder transparente, no habría necesidad de
exigir cuentas a nadie
Andreas Schedler
La importancia y la necesidad de me-
dir el desempeño de los sistemas de
salud, en términos de sus resultados
sobre el nivel de salud de la población, es algo
que ya no tiene discusión. Aún aceptando
la multifactorialidad de la salud y la res-
ponsabilidad multisectorial, al sector salud
le corresponde ejercer el liderazgo social
para concertar las acciones necesarias para
mejorar los niveles de salud y aumentar la
equidad respecto de la misma.
La gestión sectorial es por definición una
gestión pública destinada a la producción de
un valor público: la salud. Toda gestión pública
se refiere al desarrollo de políticas públicas y
éstas tienen razón de ser en la medida en que
contribuyan a la creación de valor público.
En los regímenes democráticos, los funcionarios
públicos, electos ó nombrados, responsables de
dicha gestión, no pueden olvidar que su deber
primordial, en consecuencia, es contribuir a la
formación de valor público en forma eficiente;
éste se encuentra condicionado, no por sus pre-
ferencias personales sino por las preferencias
públicas (Kelly & Muers, 2003).
En el contexto democrático “el valor público
es creado en última instancia por las prefe-
rencias del público y la legitimidad del estado
depende de qué tan bien crea dicho valor”
(Kelly & Muers, 2003).
La administración pública, que por supuesto
tiene que ver con la formulación y desarrollo
de las políticas públicas, está sometida, por su
naturaleza, al escrutinio del público. Cómo se
formulan y se aplican, cuáles son sus resulta-
dos y sus costos, son aspectos que deben estar
sometidos a procesos transparentes, de do-
minio público, acordados mediante amplios
procesos democráticos. De todo lo anterior
trata la rendición obligatoria de cuentas o
accountability de la literatura inglesa.
La construcción de procesos confiables de
rendición de cuentas hace parte inherente
de la construcción de democracia. Estos
procesos deben ser por lo tanto no sólo
públicos, sino participativos; ellos deben
estar abiertos a todos los ciudadanos y el
mandatario o funcionario público no puede
eximirse de ellos. Son procesos de doble vía,
en donde el ciudadano pregunta, vigila, exige
con responsabilidad y el funcionario público
responde con verdad y honestidad.
La ac ademi a, como par te info rmada y
documentada, tiene en estos procesos una
responsabilidad especial que no puede ser
pasada por alto. Lo anterior conduce al
derecho del público a conocer los resulta-
dos de las políticas públicas y a exigir dicha
información, y la obligación del funcionario
de informar, en forma veraz, sobre ellos.
Según Schedler el término rendición de
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