González Amuchastegui, Jesús. Autonomía, dignidad y ciudadanía. Una teoría de los derechos humanos. Tirant lo Blanch, Valencia, 2004, 574 p. - Núm. 5, Diciembre 2005 - Criterio Jurídico - Libros y Revistas - VLEX 43935445

González Amuchastegui, Jesús. Autonomía, dignidad y ciudadanía. Una teoría de los derechos humanos. Tirant lo Blanch, Valencia, 2004, 574 p.

AutorLuis Freddyur Tovar
Páginas157-163

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La sociedad contemporánea se encuentra enfrentada a la disyuntiva que polariza los conceptos de orden o desarrollo, como si tales nociones fueran antagónicas y consagraran una decisión agonal. Para abordar el anterior dilema simplemente tenemos que tratar de conceptuar y vivenciar dos categorías bien claras y definidas: El Estado, cualquiera que sea su técnica constitucional distintiva y, la persona.

El Estado, entendido como una organización dinámica y estable de una población políticamente soberana asentada en un territorio, solo es concebible como el resultado de la voluntad humana de crear esa organización y, el acto humano es el que lo delimita y define; es decir, el Estado hoy se concibe como un acto convencional.

Por su parte, la persona, ente biológico que supera su simple condición material, solo es admisible entenderla como una pluralidad de aspiraciones y sentimientos. Razón, conciencia y sueños, son las características de la persona que requiere, entonces, de un espacio para su realización.

Planteada la situación en los anteriores términos, las dos categorías implican una necesariedad existencial de la una y de la otra. El Estado requiere de la persona para que lo idée, para que lo constituya y la persona sólo puede desarrollarse y convivir en tal organización. Esto es, ambas nociones o juicios constituyen entre sí una dialéctica de complementariedad tensional pero no una dialéctica fatal de autodestrucción o de mutua extinción.

Sentadas estas premisas, es bueno volver a la disyuntiva inicial: orden o desarrollo. Para entrar de fondo sobre la cuestión podemos, a título de hipótesis, afirmar que

el Estado es orden convencional por excelencia, que la persona es desarrollo por antonomasia y que crecen conjuntamente.

La anterior afirmación implica, a manera de solución de la disyuntiva, que debe encontrarse el punto de unión, el de equilibrio entre lo que es (el Estado, orden) y lo que dinamiza ese ser y que a la vez debe ser (la persona, sueños, aspiraciones). Page 158

En este sentido cobra toda su importancia y fuerza el texto de Jesús González Amuchastegui: Autonomía, dignidad y ciudadanía. Una teoría de los derechos humanos que reseño, puesto que el mismo autor expresa en su Introducción:

El trabajo que publico es la primera parte o etapa de un proyecto más amplio cuyo objetivo consiste en mostrar el tipo de vínculo existente entre un determinado modelo de organización social y política -que hemos dada en llamar Estado Social y Democrático de Derecho- y una concepción de los derechos humanos que resulte satisfactoria. Dicho de otro modo, el objetivo último del proyecto de investigación que he emprendido y cuya primera parte se recoge en este volumen, consiste en mostrar que el Estado Social y Democrático de Derecho es el único modo de organización social y político compatible con la concepción de los derechos humanos que defenderé.

(...)

Es una reflexión centrada en cuestiones de carácter conceptual y justificativas, y se mueve, por tanto, en un terreno prejurídico. 1

Sin pretender agotar el contenido del texto, me referiré a tres aspectos de éste que considero encierran al núcleo del mismo y que marcan su fundamento y se encuentran en su título: Autonomía, dignidad y ciudadanía, para esbozar algunos comentarios, sin que esto signifique que ignoro o desconozco la importancia de los demás temas tratados, dentro de los cuales, por ejemplo, es vital para entender el texto el capítulo dedicado a la justificación de los derechos humanos.

1. Sobre la autonomía. Corresponde a Kant el mérito de haber elaborado, de la manera más fina, el concepto de autonomía como una categoría intrínseca de la moral individual y que le permite a la persona ser lo que es y proyectarse al mundo de la vida, utilizando la expresión husserliana que popularizó Habermas.

En efecto, al descomponer la expresión autonomía en las voces...

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