Institucionalidad y permeabilidad el desafío político de barranquilla ante la globalización - Núm. 20, Diciembre 2003 - Revista de Derecho de la División de Ciencias Jurídicas - Libros y Revistas - VLEX 51759895

Institucionalidad y permeabilidad el desafío político de barranquilla ante la globalización

AutorAlexandra García Iragorri
CargoAbogada Politóloga. Profesora de la División de Ciencias Jurídicas Universidad del Norte. Candidata a Doctorado en Ciencia Política, Pennsylvania State University agarcia@uninorte.edu.co
Páginas31-56

    Trabajo presentado en el XlII Congreso de Colombianistas. Universidad del Norte, 12-15 de agosto de 2003. Documento preliminar. No citar sin autorización de la autora.


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El desafío de la globalización requiere que la ciudad ofrezca condiciones propicias para ser competitiva en términos no sólo económicos y sociales, sino que también cuente con una adecuada institucionalidad y permeabilidad política. Por institucionalidad política nos referimos a que todos los procesos y actuaciones que se realicen dentro y ante la administración local, deben ser claros, uniformes y públicos. En este sentido, la sociedad civil en general debe estar en capacidad de poder dirigirse al Estado de manera efectiva; debe estar en capacidad de solicitar del Estado determinadas actuaciones o decisiones, ya sea a través de grupos debidamente organizados o por medio de alianzas entre diferentes asociaciones y la comunidad. En pocas palabras, el aparato político debe ser accesible para sus ciudadanos, grupos de interés y grupos sociales en general.

Numerosos estudios en la Ciencia Política sugieren que la base de la democracia es una sociedad civildensa y activa. De acuerdo con esto, el auge de las nuevas democracias en los países en desarrollo se ha visto acompañado por un creci.ente número de grupos y asociaciones que van desde comunidades de barrio hasta organizaciones de ayuda formahnente estructuradas1. Algunos de estos grupos se forman de manera espontánea bajo la dirección y ayuda de ciudadanos, mientras que otros surgen de iniciativas del gobierno o de agencias internacionales. Estas agencias oficialesdel gobierno crean y financian estas asociaciones basadas, en la mayor parte, en la idea de que entre más grupos y asociaciones hay, mayor será el grado de democracia del sistema en el cual se encuentran.

Sin embargo, una correlación entre el número de organizaciones no gubernamentales (ONGS) y el nivel de democracia en Colombia muestra que, a través del tiempo, a medida que el número de ONGS aumenta, el nivel de democracia en Colombia decrece (Villar, 2001).Aparentemente, entonces, las organizaciones no gubernamentales están negativamente correlacionadas con el nivel de democracia, resultado contrario a lo que la teoría contemporánea sobre el debate entre la democracia y la sociedad civil argumentaría. Si, de acuerdo con los estudiosos del tema, una sociedad civil vibrante y densa es necesaria para que la democracia se consolide, entonces ¿por qué el nivel de democracia en Colombia cae a medida que el número de ONGS aumenta? (ver figura 1). ¿Por qué en ciudades como Barranquilla, donde hay 3.984asociaciones sin ánimo de lucro registradas en la Cámara de Comercio de la ciudad, no contamos con un desarrolloPage 32 político democrático? ¿Por qué seguimos siendo una de las ciudades más cuestionadas por su quehacer político?

[ VEA EL GRAFICO EN EL PDF ADJUNTO ]

Serie 2: Lag de ONGS basado en Directorio de ONGS en Colombia.

Serie 3: Democracia Score Polity 1II.

Figura 1

ONGS y democracia en Colombia 1980-1995

El argumento que deseo ofrecer es que el análisis de la relación entre democracia y sociedad civil debe ir mas allá del estudio de la densidad de la sociedad civil; debe incluir, además del estudio del comportamiento de los grupos que constituyen la sociedad civil, un análisis del contexto político en el cual la sociedad fUnciona. Esto es, es preciso conocer la realidad política en la cual actúa esa sociedad civil, qué estructura política tiene, cómo están repartidas las fuerzas vivas en la ciudad y cuál es la relación entre el Estado y la sociedad civil.

No basta que en una ciudad exista un sinnúmero de organizaciones y grupos sociales; es preciso que éstos tengan la posibilidad de participar, de incidir en las decisiones públicas, y esto lo lograrán no sólo por su habilidad para organizarse sino también por la disposición que tenga el Estado de permitirles participar. En otras palabras, ¿cómo sabemos que la presencia de un gran número de grupos y asociaciones no es más que un mero indicador estadístico de la densidad de la sociedad civil, como lo sugieren MiszlivetzPage 33 y Jensen (1998), pero no un indicador de su organización? ¿Cómo sabemos si estos grupos realmente tienen un impacto en la política real?

Este trabajo lo desarrollo en tres secciones. Inicio con un recorrido teórico del debate sobre la relación entre democracia y sociedad civil, e incluyo una discusión sobre el Estado y la conceptualización de institucionalidad y permeabilidad que utilizo en el análisis. Continúo con una mirada al caso de Barranquilla basada en entrevistas realizadas durante el último año a ediles, concejales, secretarios de despacho distritales y a varios actores políticos y empresariales de la ciudad. Cierro con algunas consideraciones y conclusiones preliminares.

Consideraciones teóricas

Democracia y Sociedad Civil: ¿En qué vamos?

En esta sección presento las consideraciones teóricas y las discusiones que fundamentan mi estudio. Inicialmente trato el terna de la relación entre democracia y sociedad civil haciendo un repaso de la evolución del concepto de democracia, sus distintos significados y los aspectos que considero deben incluirse en una definición del término. La idea detrás de está discusión es llegar a una definición de democracia que haga particular énfasis en los aspectos políticos y no sólo en las consideraciones de participación electoral.

Continúo con una discusión sobre la dificultad de conceptualizar sociedad civil y presento una serie de debates sobre la función que algunos autores le atribuyen y sus posibles efectos en la democracia. En esta sección argumento que si bien algunos teóricos ven la sociedad civil corno aquello opuesto al Estado, considero que el análisis debe ser integrado; para poder entender el rol de la sociedad civil es preciso conocer el contexto político en el cual actúa.

Conceptuar sobre el término democracia ha resultado un proceso complejo. Estudiosos del terna están divididos entre las definiciones rninimalista y maxirnalistas que incluyen mucho o muy poco de acuerdo con los objetivos teóricos que persiguen. Es así corno es posible encontrar varias definiciones de democracia que van de lo rninirnalista a los más comprehensivo basadas en los diferentes componentes que el autor desea resaltar, por ejemplo: participación, derechos civiles y libertades políticas o equidad social (Dahl, 1971; Bailen, 1993; Huber, Rueschemeyer y Stephens, 1997; Encarnación, 2000). Definiciones minimalistas, aquellas que identificanPage 34 algunos atributos particulares sin los cuales el sistema no sería democrático son útiles y nec:esariasporque permiten una mayor claridad almomento de realizar estudios empíricos; si la definición no es muy compleja, es más fácil identificar la presencia o ausencia del concepto en el mundo real. Sin embargo, esta definición minímalista no permite una conceptualización del tema más precisa, ya que normalmente se mniten características o atributos particulares a cada concepto que permitirían un mayor entendimiento del mismo (Munck y Verkuilen: 2002, 9).

Este vaivén entre definiciones minimalistas y maximalistas ha hecho que los teóricos caractericen el sistema político de los países de tantas maneras que a veces uno tiene sus dudas. Por ejemplo, Colombia ha sido clasificado en varias formas dependiendo del atributo específico del sistema que los autore,; desean resaltar. Unos ejemplos de estas caracterizaciones son: democracia consociacional (Dix, 1987,Hartlyn, 1988);autoritarismo incluyente (Bagley, 1984);democracia excluyente (Martz, 1997),democracia sectaria (Kline, 1995);casi poliarquía (Dahl, 1971);autoritaria (Huntington y Moore, 1970),y democracia perversa (Bejarano, 2000).

Las definiciones contemporáneas de democracia tienen su origen en Schumpeter (1954), quien argumentó que la democracia es aquel arreglo institucional en el cual los individuos adquieren el poder de tomar decisiones políticas a través de la competencia por el voto de los ciudadanos. En esta definición, el autor hace especial énfasis en el componente electoral de la democracia al afirmar que ésta requiere que los ciudadanos sean capaces de transferir su poder decisorio a aquellos oficiales elegidos por medio de un proceso competitivo. Más tarde, algunos autores como Dahl (1970) ofrecen definiciones un poco más amplias al argumentar que el término democracia en sí debía ser visto como un tipo ideal, como un sistema ideal poco probable de ser encontrado en el mundo, por lo que sugiere trabajar con el término de poliarquía.

Poliarquía indica la existencia de las condiciones minimas que un sistema político debe tener: libertad de asociación, libertad de expresión, derecho a elegir y ser elegido, elecciones libres y justas e instituciones del gobierno compuestas por individuos elegidos por los ciudadanos (Dahl, 1971:3). Es decir, para Dahl son dos los componentes claves para la poliarquía: liberalización o debate público y participación. Hay que anotar que estos componentes resaltan el aspecto electoral y no hacen alusión al nivel de participación de los ciudadanos dentro del proceso decisorio. Cuando Dahl habla de participación, lo hace refiriéndose a la oportunidad que deben tener los ciudadanos de elegir y ser elegidos, de que existan opcionesPage 35 de voto por parte de los participantes, pero no hace referencia al contacto directo de los ciudadanos con el proceso de toma de decisiones públicas.

Taylor (1991), Diamond Lipset, y Linz (1986) argumentan que la democracia es un sistema político que incorpora tres aspectos principales: a) una competencia extensa e importante entre individuos y grupos organizados, b) un alto nivel de participación política en la selección de los líderes y las políticas, y c) un nivel de libertades políticas y civiles suficiente que garantice...

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