Modelos interpretativos del corpus newtoniano: Tradiciones historio gráficas del siglo XX - Núm. 35, Enero 2007 - Revistas Estudios de Filosofía - Libros y Revistas - VLEX 744663369

Modelos interpretativos del corpus newtoniano: Tradiciones historio gráficas del siglo XX

AutorSergio Hernán Orozco Echeverri
CargoUniversidad de Antioquia
Páginas227-256
MODELOS INTERPRETATIVOS
DEL CORPUS NEWTONIANO:
TRADICIONES HISTORIOGRÁFICAS DEL SIGLO XX*
* Este artículo deriva de mi monografía titulada La reconstitución del palimpsesto divino. Un estudio
sobre la articulación del corpus newtoniano, dirigida por el Pr. Felipe Ochoa Rivera y presentada
en el 2006 al Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia para optar por el título de
Filósofo. Además hace parte del proyecto de investigación “Redescubrimiento y reconstitución
en el pensamiento de Isaac Newton: preliminares para una relectura de la Revolución Cientíca”,
adelantado en el Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia.
Sergio Hernán Orozco Echeverri
Universidad de Antioquia
sergiohorozco@gmail.com
Resumen: Este artículo pretende establecer los límites y alcances de las principales interpretaciones de Newton
en el siglo XX, resaltando, de un lado, la evidencia textual de la que disponían los intérpretes y, de otro,
las corrientes losócas y epistemológicas que denen los rasgos principales de sus interpretaciones.
Se verá que el rechazo al positivismo no es condición suciente para establecer una interpretación
adecuada y que, de la mano del fortalecimiento de la investigación a partir de los manuscritos de Newton,
se hace necesario un modelo interpretativo más amplio, exible y detallado que los establecidos por
algunos de los más importantes estudiosos como Alexandre Koyré, I. Bernard Cohen, Betty Dobbs y
Richard Westfall.
Palabras claves: historia de la ciencia, losofía de la ciencia, sociología del conocimiento, Isaac Newton,
interpretación.
Interpretative Models of Newtonian Corpus: Historiographic Traditions of Twentieth Century
Summary: This article tries to establish the scopes and limits of the main interpretations on Newton during the
20th century, highlighting on the one hand the textual evidence at disposal, and on the other hand the
philosophical and epistemological currents that denes the main features of those interpretations. It will
be shown that the rejection of positivism is not sufcient condition for establishing an adequate inter-
pretation and, together with the strengthening of the research from Newton’s manuscript, it is necessary
a wider, and more detailed model that those established by some of the most outstanding scholars like
Alexandre Koyré, I. Bernard Cohen, Betty Dobbs, and Richard Westfall.
Keywords: history of science, philosophy of science, sociology of knowledge, Isaac Newton, interpretation.
Cualquiera que intente extraer un sentido de una enigmática secuencia de acontecimientos,
que incluye sus propios actos, se verá obligado a introducir ideas que no están en los acontecimientos
en sí, sino que muestran a éstos en perspectiva. Cada descubrimiento de una estructura inmanente
implica un cambio de escenario, ya que los hechos-como-son y los hechos-de-los-que-se-conoce-
la-estructura no afectan a las personas del mismo modo. No hay escapatoria: entender un objeto
signica transformarlo, sacarlo de su medio natural e insertarlo en un modelo, en una teoría o en
un relato poético. Pero un tipo de transformación puede ser mejor que otro en el sentido que permite
incluso explicar lo que para otra transformación sigue siendo un enigma indescifrable.
Paul Feyerabend, 2001: 33
Estud.los ISSN 0121-3628 nº35 Febrero de 2007 Universidad de Antioquia pp.227-256
Fecha de recepción: 25 de enero de 2006
Fecha de aprobación: 18 de febrero de 2006
Sergio H. Orozco E.
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No dejan de causar asombro, poco más de tres siglos después, los intrincados
laberintos que trazó Newton para formular su teoría de la fuerza de gravitación
universal. Tradicionalmente se ha dicho que los Philosophiæ Naturalis Principia
Mathematica (Principios Matemáticos de la Filosofía Natural) (1687) —obra en
que se expone dicha teoría— constituyen la cumbre del proceso de transformación
que se inicia poco más de cien años antes, en 1543, con la publicación del De
Revolutionibus Orbium Celestium (Sobre las Revoluciones de los Orbes Celestes)
del polaco Nicolás Copérnico. Fechas, acontecimientos y publicaciones que los
historiadores y las tradiciones nos han señalado como puntos de inexión con
respecto a la manera como el hombre se ha aproximado a la naturaleza o se ha
sentido parte de ella. Pero, si bien los Principia marcan un episodio crucial de
asimilación, síntesis y superación de teorías como las de Galileo, Kepler y Descartes,
ocasionan un impacto inmenso sobre el surgimiento de las investigaciones naturales
en el siglo XVIII —proyectos en los que se ocuparían grandes matemáticos como
D’Alembert, Euler, Lagrange y Laplace— en tanto, en gran medida, derivan de
los problemas que allí quedaron planteados y de los caminos trazados por Newton
para su solución.1
1 Esta doble caracterización de Newton se discute en Dobbs (2000), artículo que, junto con el de
Westfall (2000), se convierte en punto de referencia para reevaluar la noción de “la Revolución
Cientíca”. Esta discusión se recoge en Osler (2000). Dobbs argumenta en contra de considerar
a Newton como “primer motor” de la investigación de la naturaleza en los siglos XVIII, XIX
y XX o como “causa nal” de la Revolución Cientíca. Considerado desde el punto de vista
del “primer motor” de las investigaciones cientícas posteriores se le reduce a lo matemático-
experimental y se dejan por fuera elementos importantes de la formación y transformación de
las ideas que Newton lleva a cabo. Desde el punto de vista de la “causa nal” de la Revolución
Cientíca, Dobbs argumenta que se reduce tal conjunto de episodios a una historia teleológica:
“Si él [Newton] no hubiera realmente existido en aquel tiempo y en aquel lugar, tal vez habríamos
tenido que inventarlo” (Dobbs, 2000: 29). El peligro de esta historia teleológica es que en ella
Newton termina siendo un constructo imaginario del historiador que no coincide con los registros
históricos. Como se verá, la posición de Dobbs es, a mi juicio, parcialmente acertada, en tanto una
consideración detallada de los factores sociales, culturales e históricos en los que se desenvolvió
Newton proporcionan una imagen diferente de la postulada por los historiadores positivistas o
whiggish —piénsese en Herbert Buttereld, A. R. Hall, incluso en I. Bernard Cohen y Derek
T. Whiteside. Sin embargo, la desconexión de Newton con los demás actores de la Revolución
Cientíca —esto es, el centramiento en su microcontexto— y con las tradiciones investigativas
que generaron las obras de Newton en los siglos XVIII, XIX y XX signica renunciar a una
importante tarea de la historia de las ciencias en la actualidad. Westfall se expresa enérgicamente
en este punto: “La mera descripción del pasado en sus propios términos no constituye la función
de los historiadores en mi noción de ella. No somos anticuarios. Estamos llamados a ayudar a
que el presente se comprenda a sí mismo al comprender cómo vino a ser” (Westfall, 2000: 42).

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