Narcotráfico en Colombia: un problema creado en otra parte, importado y asumido como propio - Núm. 149, Enero 2010 - Estudios de Derecho - Libros y Revistas - VLEX 478964782

Narcotráfico en Colombia: un problema creado en otra parte, importado y asumido como propio

AutorÁlex García Pulgarín
CargoAbogado de la Universidad de Antioquia, artículo presentado como requisito de grado
Páginas261-281

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Introducción

La lucha mundial contra las drogas, liderada por los EE.UU., en la que nuestro país juega un papel importante, obliga a relexiones que nos permitan abordar el problema desde distintas perspectivas. La imagen que muestra a la droga y por ende al narcotráico, como un monstruo capaz de derrotar gobiernos democráticos o como el enemigo número uno de la humanidad, lagelo de la juventud y gran responsable de la totalidad de todos los males, es aceptada por la mayoría de los gobiernos; así lo demuestran las políticas llevadas a cabo para combatir el tráico de algunas sustancias convertidas desde hace algún tiempo en ilegales. Diariamente, a través de los medios de comunicación escuchamos por parte de políticos, médicos, periodistas, economistas, ambientalistas, entre otros, promesas de un mundo mejor si derrotamos la droga, reducida ésta, en la actualidad como problema, al narcotráico. Pero cuando revisamos un poco la historia no podemos dejar de encontrar otros elementos importantes para entender, en otra perspectiva, lo que se nos muestra como obstáculo para un mundo mejor.

En el presente artículo se intentará dilucidar algunos aspectos relevantes sobre el fenómeno del narcotráico; especíicamente se pretende ubicar el origen de estas políticas prohibicionistas en el país y los objetivos perseguidos con éstas, en determinados momentos históricos. Así mismo, se analizan algunas dinámicas importantes a nivel interno, teniendo como punto de referencia el campo de la política criminal colombiana.

Es pertinente aclarar, que la cuestión del narcotráico, tema central de este artí-culo, fue posible abordarla gracias a la información obtenida en la investigación "El código penal de 1980: sus antecedentes y contextos mirados desde la política criminal colombiana", en la cual actué como auxiliar de investigación, y pretende abordar el tema en una perspectiva más amplia.

Este artículo no se circunscribe al contexto del código penal de 1980, sino que pretende tratar algunas cuestiones lógicas que, pueden resultar importantes en materia de drogas y narcotráico. Especíicamente, pretende analizar algunas estrategias

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llevadas a cabo en la "guerra" contra las drogas; además, busca indagar por el origen y desenvolvimiento de dichas estrategias, así como sobre el contexto social en el que ellas surgen, tanto a nivel local como internacional. Igualmente, busca mostrar la instrumentalización que se ha dado al discurso de la droga y articular algunos de los procesos que ocasiona, para la vida social e institucional del país, la persecución al narcotráico.

Este trabajo busca revelar cómo, más allá de los efectos sobre la salud y las discusiones respecto al uso terapéutico de algunas drogas consideradas como ilícitas o el debate en torno a la legalización o no de ciertas sustancias, la droga ha sido utilizada por algunos grupos de poder (personas con capacidad de incidir en ciertas decisiones que involucran a la sociedad), para encubrir ciertos intereses. La perse-cución al narcotráico ha jugado un papel importantísimo en términos de política criminal, problema que se retomará más adelante. El desarrollo de la lucha contra las drogas en Colombia ha estado en gran parte orientado por la política criminal, lo que ha permitido, de un lado, ejercer un control del que se beneician algunos grupos de poder liderados por el Estado norteamericano, y de otro, a través de su persecución, se insertan y se consolidan dinámicas sociales, económicas y políticas importantes en nuestro país, algunas de las cuales tendremos la oportunidad de examinar en este escrito.

Se trata de poner de maniiesto que, detrás de la cruzada antidroga, se han escon-dido otro tipo de intereses, especialmente geopolíticos, y que más que la salud del planeta, con la guerra al narcotráico se persiguen, y efectivamente se logran, objetivos no declarados. El supuesto paraíso que se ofrece después de que erradique el enemigo encarnado en el narcotráico, está muy lejos de la realidad y la tesis de que podemos lograr un mundo libre de drogas, como se ha pretendido hacer creer con una política sentada en la prohibición, puede ser vista sólo como una estrategia política totalmente alejada de la realidad.

Apelando a la política criminal colombiana y el manejo de nuestro país en la materia de narcotráico, se trata de repreguntar sobre algunos de los posibles orígenes de tales políticas, los ines que pretenden, quiénes las formulan y cuáles ines cumple efectivamente.

El fenómeno del narcotráico es preocupante, entre otras cosas, por las cifras de detenidos por delitos relacionados con sustancias prohibidas; en Colombia, además, miles de hectáreas son fumigadas con pesticidas y la violencia generada alrededor del negocio no es menos signiicativa. Este es un muy breve panorama de la lucha frontal desatada contra las drogas en nuestro país, teniendo en cuenta, entre otras cosas, las características de país productor y el conlicto armado y a la violencia generalizada que se vive desde antes; esta lucha o guerra terminó produciendo una

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imbricación de una complejidad enorme. Estudiar sus inicios es de gran importancia para poder entender algunos de los procesos sociales vividos en el país alrededor de un fenómeno que sin duda aporta elementos decisivos para el entendimiento actual de nuestra cultura y nuestra situación política, social y económica.

Se trata de hacer un acercamiento al llamado problema del narcotráico para determinar las consecuencias y efectos que hasta el momento deja esta disputa y preguntarse por el verdadero sentido y las tácticas de poder que encubren la guerra frontal por un mundo libre de drogas.

El análisis del problema de las drogas y por supuesto, del narcotráico, comporta dos niveles. En primer lugar, es necesario ubicarlo en un plano global dadas las características del mercado de las drogas, empresa transnacional que no conoce fronteras, una basta red de producción, venta, distribución y redistribución del producto y del capital con todas las implicaciones que ello trae. En segundo lugar, la situación particular de cada país, teniendo en cuenta el lugar que ocupa en el plano global antes mencionado; que en nuestro país pasa principalmente por el cultivo y producción de algunas de las drogas más apetecidas en el mundo.

Así las cosas, este trabajo se compone de dos partes. Una primera parte, se dedi-cará al tratamiento político de las drogas y del narcotráico en cuanto a su origen y evolución; se tratará de demostrar cómo con la lucha contra algunas sustancias consideradas como ilícitas, se encubren estrategias de poder, sobre todo de índole económica y política; se mostrarán los inicios del narcotráico en Colombia a tra-vés de su persecución iniciada por EE.UU, se analizarán algunas de las políticas llevadas a cabo y la incidencia que las mismas tienen en la lucha actual contra el narcotráico.

La segunda parte, se dedicará al examen del caso colombiano. Es decir, cómo esa política contra el narcotráico desplegada a nivel interno en nuestro país que se deriva del discurso y política mundiales referida en la primera parte, comporta desde el inicio de su aplicación, o al menos así lo entendemos, un instrumento de la política criminal que se despliega en contra de la droga, entiéndase en nuestro caso narcotráico; por lo tanto, en esta segunda parte se hace un repaso del concepto de política criminal para extender posteriormente el análisis, partiendo de algunos datos bibliográicos en nuestro país sobre el narcotráico en sus inicios, cómo este fenómeno se imbrica en el conlicto existente en nuestro país y algunas relexiones sobre el mismo.

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Antecedentes sobre el narcotráfico en colombia: referentes de la política antidroga norteamericana

En la última década del siglo XIX en Occidente se gestaron grandes movimientos prohibicionistas con relación a algunas sustancias narcóticas incluido el licor; estas "cruzadas" eran lideradas especialmente por congregaciones protestantes, apoyadas en algunas ocasiones en ciertos poderes médicos, los cuales presionan a la sociedad para que se dicten políticas tendientes a solucionar "el problema" de la droga. En el año 1909 en la conferencia de Shangai se prescribe que el opio, la morina y la heroína sólo pueden utilizarse con una inalidad estrictamente médica1.

En 1911-1912 Se realizó la conferencia de La Haya donde se irmó la convención sobre el opio.

La presión de los movimientos religiosos obliga a que en EE.UU, en 1914 se expida la ley Harrison antinarcóticos; el periodo que sigue a esta ley traza los primeros mapas en el camino de la lucha mundial contra las drogas. A partir de la aplicación de esta Ley surge un mercado negro y las primeras organizaciones criminales destinadas a satisfacer la demanda de narcóticos. Esta normatividad, como hecho sobresaliente dispone, y será así a partir de entonces, que solo los médicos pueden prescribir ciertas sustancias; lo que no esté autorizado por el saber médico entra a la esfera de la ilegalidad.

Después de la Primera Guerra Mundial la Liga de Naciones2redacta varios tratados en materia de narcóticos tendientes a mantener un control efectivo sobre los mismos. Se destaca La Convención de Ginebra sobre el opio de 1925 que, dicho sea de paso incluía también el control y persecución a la cocaína y la marihuana3.

El opio y sus derivados en la deinición médica, por lo menos, son narcóticos; la cocaína y la marihuana no entran en tal clasiicación. No obstante, se habla de todas estas sustancias indistintamente.

En Colombia se había...

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