Por una nueva generaNación política - Núm. 2, Diciembre 2002 - Criterio Jurídico - Libros y Revistas - VLEX 43859007

Por una nueva generaNación política

AutorHernando Llano Ángel
CargoAbogado de la Universidad Santiago de Cali
Páginas225-235

Abogado de la Universidad Santiago de Cali, Magíster en Estudios Políticos de la Pontificia Universidad Javeriana Bogotá, Magíster en Derecho Comunitario Europeo de la Universidad de Comillas de Madrid, Candidato a Doctor por la Universidad Complutense. Actualmente es Docente de la Carrera de Ciencia Política de la PUJ-Cali.

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Tenemos la fortuna de vivir en tiempos difíciles. De alguna manera, todos los que nos encontramos aquí reunidos, no obstante nuestras diferencias de edades, pertenecemos a una misma generación, politicamente hablando. Aquella generación que infructuosamente, desde mediados del siglo pasado, ha tratado de forjar una nación democrática.

De allí el extraño título que encabeza esta breve presentación de la Carrera de Ciencia Política: "Por una nueva generaNAción política". Pues generar esa nación democrática, dolorosamente lo sabemos y constatamos todos los días, continua demandado entre nosotros la vida, libertad y dignidad de muchas generaciones. Desde aquellas inmoladas por el odio fratricida entre facciones rojas y azules que, bajo supuestas banderas partidistas, ocultaron bien el hegemonismo excluyente de sus privilegios políticos, económicos, sociales, militares, culturales y religiosos.

Banderas empapadas de sangre e ignominia, que luego sirvieron para cubrir, con la complicidad del Frente Nacional, un statu quo sustentado en la violencia institucional del estado de sitio y en la violencia estructural de la exclusión social y económica. Como algunos de ustedes, crecí bajo ese ambiente terriblemente aséptico de la reconciliación nacional, que transmutó la política en un gran negociado, y terminó engendrando esos actores mutantes que hoy se disputan la escena nacional.

Actores cuyas identidades es casi imposible discernir, pues ellas se debaten entre los crímenes de guerra y de lesa humanidad, el narcotráfico y la defensa de un establecimiento que hoy, en forma irresponsable y eufórica, agita Page 226 banderas de guerra, invocando de nuevo valores e instituciones democráticas que todavía no hemos sido capaces de construir entre todos y, por lo tanto, es de un cinismo criminal llamar a defender en lugar de forjarlas concertadamente, sin violencia y exclusión alguna.

Tal es, precisamente, el mayor desafio que hoy tenemos: contribuir entre todos a formarnos una identidad nacional democrática con su correspondiente Estado Social de Derecho y superar así el actual régimen electofáctico, bajo el cual pocos viven bien y muchos mueren mal. Un régimen que, en palabras de nuestro Nobel García Márquez, nos ha legado "una patria densa e indescifrable, donde lo inverosímil es la única medida de la realidad".

Un régimen electofáctico es una especie política menor que pertenece al género mayor de los regímenes sincréticos. Aquellos regímenes que tratan de fusionar y conciliar, sin éxito alguno, realidades que se excluyen y repelen entre sí. Tal es el caso de pretender conjugar y articular elecciones con violencia, desconociendo el aserto irrefutable de Bryce, según el cual "la democracia es el modo de contar cabezas sin cortarlas". En un régimen electofáctico dicho aforismo sufre un giro trágico y absurdo, pues la "democracia" se convierte en una forma de cortar cabezas sin poder contarlas.

El régimen electofáctico es, pues, aquel que bajo el manto discreto de elecciones, periódicamente realizadas, oculta poderes de facto que determinan sus resultados y condicionan así de manera sustancial la gestión y futuras decisiones de sus gobernantes. Pero no se crea que dicho régimen se configura sólo en aquellos municipios donde los alcaldes y concejales son rehenes políticos de organizaciones armadas ilegales. No. El régimen electofáctico se configura en todos aquellos eventos en los cuales los poderes de facto, sean ellos económicos, sociales, políticos, militares o incluso institucionales, prevalecen sobre los procedimientos propios de un Estado de derecho y convierten las instancias de deliberación pública y decisión democrática en una mera coartada para la realización de sus estrategias y proyectos específicos.

Por eso nuestro mayor desafio histórico es transformar dicho régimen y aportar al diseño de los cimientos de una gran Casa Democrática -que nunca Page 227 hemos tenido- en lugar de abrir nuevas trincheras o cavar más tumbas en este fértil, ancho y, en su mayor extensión, todavía ajeno campo colombiano. Justamente para contribuir a la construcción de esa generosa y amplia Casa Democrática, desde esta región, pero con proyección nacional e internacional, es que surge en la Pontificia Universidad Javeriana de Cali la Carrera de Ciencia política, como una opción de vida y compromiso para las nuevas generaciones empeñadas en generar y consolidar esa nueva nación democrática, acogedora y justa, donde por fin la heredad y la prosperidad sean dignamente compartidas.

Permííanme, por tanto, continuar con la metáfora de la Casa, para contarles como, desde la Carrera, con su ciclo básico de formación, durante seis semestres, y los cuatro de énfasis en Gobernabilidad Democrática e Integración en el Sistema Internacional, proyectamos unos valores y unas convicciones fundamentales para avanzar en esa dirección, no sólo en el terreno académico y teórico, sino sobre todo en el social e institucional.

Y la primera convicción que nos asiste, es que nos corresponde, en nuestra condición cotidiana de ciudadanos y ciudadanas, redescubrir y reinventar el poder político, porque este se encuentra en peligro de extinción en nuestra sociedad. En efecto, él ha...

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