El observador global - 1 de Mayo de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 637404981

El observador global

Milagro en Barcelona

Moisés Naím

“Suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa”. Así define ‘milagro’ el Diccionario de la Real Academia Española. La semana pasada presencié un suceso a la vez raro, extraordinario y maravilloso. Asistí por primera vez a la fiesta de Sant Jordi, en Barcelona. Resulta que todos los años, el día 23 de abril, Las Ramblas de la capital de Cataluña se llenan de rosas, libros y gente. La celebración del día de San Jorge es, por supuesto, muy antigua. Él es además el santo patrón de esa región. Pero en el siglo XV se popularizó la costumbre según la cual ese día los hombres le dan a su amada una rosa roja. En la década de los años 20 del siglo pasado, durante los festejos de Sant Jordi se inició la práctica de que, a cambio de la rosa, las mujeres le regalan a su hombre un libro. Afirmar que estas costumbres han calado no le hace justicia a lo que sucede en Barcelona ese día. En la capital catalana, el sábado 23 de abril se vendieron un millón seiscientos mil libros y casi 6 millones de rosas. Cientos de autores, muchos venidos de otros países, se instalaron para firmar libros para sus lectores. Casi mil librerías montaron tiendas en Las Ramblas, por donde se estima que pasearon más de un millón doscientas mil personas. Tan solo en las pocas horas de ese sábado en que las librerías estuvieron abiertas, facturaron cerca de 21 millones de euros, el 10 % de sus ventas de todo el año. La multitud de personas interesadas en libros, en conversar con sus autores favoritos –o con nuevos autores de los que nunca antes habían oído hablar– o simplemente en pasear por calles llenas de rosas y libros creó un ambiente maravilloso. Otra observación interesante es que, en todo el mundo, los eventos al aire libre que atraen a millones de personas suelen ir acompañados tanto de un alto consumo de alcohol como de cierta inseguridad. No en Sant Jordi. Y si bien, al igual que en el resto de Europa, España está en alerta elevada ante la amenaza de nuevos atentados terroristas, ese peligro parecía ser lo más lejano de la mente de quienes se tomaron las calles. Esta era una fiesta de convivencia y cultura como es raro encontrarla en otras partes. Tanto así que Markus Dohle, uno de los participantes extranjeros, me comentó que su sueño sería tener un evento como el de Sant Jordi, pero en...

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