La pandemia COVID-19 y el rol de las mujeres en la economia del cuidado en America Latina: una revision sistematica de literatura/The COVID-19 pandemic and the role of women in the care economy in Latin America: A systematic literature review/A pandemia de COVID-19 e o papel das mulheres na economia do cuidado na America Latina: uma revisao sistematica da literatura. - Vol. 37 Núm. 158, Enero 2021 - Estudios Gerenciales - Libros y Revistas - VLEX 869432575

La pandemia COVID-19 y el rol de las mujeres en la economia del cuidado en America Latina: una revision sistematica de literatura/The COVID-19 pandemic and the role of women in the care economy in Latin America: A systematic literature review/A pandemia de COVID-19 e o papel das mulheres na economia do cuidado na America Latina: uma revisao sistematica da literatura.

AutorMalaver-Fonseca, Luisa Fernanda
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  1. Introducción

    A lo largo de la historia, las mujeres han desarrollado un papel fundamental en el trabajo de cuidado, y son ellas quienes, de manera anónima desde sus hogares, protagonizan dichas tareas, por lo que contribuyen de manera significativa al crecimiento económico y social de sus países (Windebank, 2012). En este contexto, se entiende la economía del cuidado como un ejercicio de corresponsabilidad entre Estado, empresas, comunidad y hogares para brindar bienes y servicios a la población; estos servicios son prestados dentro de los hogares y, en particular, son las mujeres quienes asumen las labores que generan beneficios en el desarrollo, bienestar, crecimiento y reproducción de la sociedad (Batthyány y Scavino, 2018). Según Moreno-Salamanca (2018), este concepto enmarca la contribución que a diario las mujeres realizan a la sociedad a través de su trabajo, tiempo y energía. Esta contribución se traduce en múltiples tareas domésticas, como el cuidado de niños y adultos, y en tareas asociadas a la reproducción; tareas que representan una contribución directa al crecimiento de la fuerza laboral en las sociedades (Nordenmark, 2004). Nordenmark (2004) expone que son las mujeres quienes más tiempo dedican a las labores de cuidado no remunerado. Según Moreira da Silva (2019), en el mundo, las mujeres y niñas son responsables en promedio del 75% del trabajo doméstico y del cuidado no remunerado que se realiza cada día en los hogares y en las comunidades a las que pertenecen. Para el caso de América Latina, según la Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU_Mujeres) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) (ONU_Mujeres y CEPAL, 2020), las mujeres destinan más del triple del tiempo en la semana a los trabajos de cuidado no remunerado en comparación con los hombres. En el caso de las mujeres con mayores ingresos, su dedicación es en promedio de 33 horas, mientras que en el caso de las mujeres con ingresos reducidos, su dedicación es de 46 horas aproximadamente (ONU_Mujeres y CEPAL, 2020).

    En América Latina y el Caribe, se ha identificado que, en gran medida, son las mujeres las encargadas de realizar las labores del cuidado (domésticas y de atención) en los hogares. Las brechas de género prevalecen en la región pese a que las mujeres han alcanzado niveles de educación más altos que los hombres, y su inclusión en el mercado laboral también ha aumentado. Investigaciones precedentes (Batthyány y Scavino, 2018; Blofield y Martínez-Franzoni, 2015) han demostrado que la desigualdad en la división de las labores de cuidado en los hogares genera para las mujeres una doble carga laboral y mayores desigualdades socioeconómicas. Por lo anterior, algunos países de América Latina y el Caribe en los últimos diez años han venido implementando las encuestas del uso del tiempo (ENUT), con el propósito de evaluar la contribución que las mujeres desde los hogares realizan a las economías de sus países e identificar las desigualdades de género a las que se enfrentan, ejemplo de ello son los estudios desarrollados sobre el tema para el caso de América Latina (Blofield y Martínez-Franzoni, 2015), Uruguay (Batthyány y Scavino, 2018) y Colombia (Moreno-Salamanca, 2018).

    A pesar de los avances sobre el tema, en Latinoamérica, las políticas públicas asociadas a la economía del cuidado se han desarrollado con base en la premisa de que los servicios de cuidado están en un ámbito privado y, por ende, corresponde a los hogares y en especial a la potestad de las mujeres su realización dentro de ellos (Blofield y Martínez-Franzoni, 2015). El informe de la CEPAL (2020) indica cómo las mujeres de América Latina y el Caribe desde antes de la pandemia eran las encargadas de las labores de cuidado remunerado y no remunerado, y cómo con la pandemia COVID-19 estas labores de cuidado se han incrementado. Lo anterior ha agudizado las desigualdades de género en el interior de los hogares. En 1995, la ONU, en la conferencia de Beijing, resaltó la relevancia del análisis de las labores de cuidado no remunerado en los sistemas económicos de los países, a la vez que generó visibilidad mundial frente al tema de la igualdad de género en la distribución de dichas labores (Rao, 2018). En particular, dentro del quinto objetivo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la ONU integró este tema como prioridad en la agenda global, con énfasis en la relevancia de su análisis y en la importancia de generar reconocimiento a las labores de cuidado no remunerado, usualmente, realizadas por mujeres, y destaca que estas labores repercuten de forma directa en la economía de mercado (McCarthy, 2018; Moreira da Silva, 2019; Rao, 2018).

    Este tema se ha estudiado de forma heterogénea desde diferentes geografías; países como Suecia (Nordenmark, 2004), Francia (Windebank, 2012) y Países Bajos (Warren, Pascall y Fox, 2010) no solo reconocen la importancia de los trabajos de cuidado que realizan las mujeres, sino que mediante políticas públicas permiten que la división del trabajo dentro de los hogares sea distribuida de forma más equitativa (Schmidt, 2014). En contraste, se encuentran también estudios de países como China (Dong y An, 2015), India (Singh y Pattanaik, 2019), Nepal (Marphatia y Moussié, 2013), Uruguay (Batthyány y Scavino, 2018), Brasil (Aguayo y Ramírez, 2019) y Colombia (Moreno-Salamanca, 2018), en los que se destacan los retos en la implementación de políticas públicas sobre el tema. Para Cook y Dong (2011), en el caso de China, la disminución de los servicios de cuidado que provee el Estado genera como consecuencia que se perpetúen esquemas de desigualdad en la distribución de trabajo no remunerado en el interior de los hogares.

    De acuerdo con lo anterior, y como lo confirma la literatura, estas desigualdades no solo se manifiestan en la cantidad de trabajo adicional que las mujeres deben realizar, sino que estas condiciones les afectan su bienestar (enfermedades físicas y mentales) y genera efectos negativos desde la perspectiva social y económica (trabajos informales, dependencia económica de la pareja y escasa participación de las mujeres en el mercado laboral). Estudios previos establecen que, en promedio, el porcentaje de horas dedicadas por las mujeres a estos trabajos en comparación con los hombres es de casi nueve horas; para el caso de América Latina, esta situación se intensifica, y se llega a establecer que podría ser la región más desigual del mundo en este tema (Blofield y Martínez-Franzoni, 2015; Dong y An, 2015; Moreno-Salamanca, 2018; Press, Fagan y Bernd, 2006; Reid y LeDrew, 2013).

    Los efectos antes descritos se agudizaron durante la pandemia COVID-19 (Farré, Fawaz, González y Graves, 2020). El confinamiento y la integración de nuevas tareas a las labores del hogar exacerbó las profundas desigualdades de género que han persistido durante años sobre el tema (Power, 2020). En específico, se demostró que los cierres de escuelas y el confinamiento en los hogares trasladó el trabajo de cuidado de los niños, de la economía remunerada (guarderías, escuelas, cuidadores pagos) a la no remunerada (Lewis, 2020). De igual manera, la reducción de la atención médica no COVID-19 y la necesidad de cuidar y proteger a las personas mayores, dada su vulnerabilidad al virus, generaron un aumento dramático en la carga del cuidado dentro de los hogares (Casale y Posel, 2020). Por otra parte, la pandemia afectó la situación laboral de las familias, en el corto y mediano plazo, al mismo tiempo que generó impactos negativos en la calidad del empleo. Situación que tuvo mayores efectos en los grupos de trabajadores bajo condiciones laborales débiles (Ernst y López-Mourelo, 2020), conformados en su mayoría por mujeres. Así, se establece que el impacto económico y social de la pandemia en América Latina ha sido muy alto y, en especial, ha afectado a las mujeres, dado que en ellas ha recaído la sobrecarga de trabajos de cuidado no remunerado dentro de los hogares (ONU_Mujeres y CEPAL, 2020). Se encontró que las madres solteras y las mujeres que no viven con otros adultos con los que pudiesen compartir las tareas del hogar han sido las más afectadas (Hupkau y Petrongolo, 2020). Adicional a lo expuesto, la falta de servicios de cuidado ofrecidos por el Estado obligó a las mujeres que participan en el mercado laboral a buscar alternativas para el cuidado de sus hijos con parientes o amigos cercanos, que terminaron siendo también mujeres. En su gran mayoría, mujeres mayores de 60 años quienes presentaban limitaciones de acceso al mercado laboral (Marphatia y Moussié, 2013; Warren et al., 2010; Wright, 2007).

    Dada la relevancia del tema y las implicaciones que este tiene para las mujeres, se hace necesario realizar más investigaciones que profundicen en el estudio de la economía del cuidado, en especial para los países en desarrollo (Dong y An, 2015; Qi y Dong, 2016). La generación de nuevo conocimiento sobre el campo permite el desarrollo de políticas públicas sobre el tema, a la vez que favorece la participación de las mujeres en el mercado laboral formal (Cook y Dong, 2011). Considerando tal necesidad, esta investigación tuvo como propósito analizar las tendencias investigativas sobre el estudio de la economía del cuidado, con énfasis en el entendimiento del concepto y en las implicaciones de la pandemia COVID-19 sobre este, estableciendo una agenda de investigación futura sobre este campo de conocimiento en América Latina. Con este propósito, se realizó una revisión sistemática de literatura publicada desde 2002 a 2020 (se toma como año base 2002, pues los resultados son arrojados desde ese año) con base en datos multidisciplinares de Web of Science[R] (WoS), utilizando como apoyo el software de minería de datos VOSviewer[R] y el software de análisis cualitativo MAXQDA[R]. El principal aporte de la investigación es la generación de un aporte teórico a la comprensión de la economía del...

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