Cómo pensar la transición energética en Colombia - 21 de Abril de 2023 - El Tiempo - Noticias - VLEX 929326552

Cómo pensar la transición energética en Colombia

Philip Wright (*) - para el tiempoA pesar de la retórica sobre la transición energética hacia grandes reducciones de emisiones de CO2, aún no existe un plan detallado. Lo que existe son varias iniciativas y conceptos difusos que han suavizado la propuesta inicial del gobierno Petro de actuar frenando la producción de combustibles fósiles. Los ministerios de Hacienda, Minas y Energía y Comercio ahora identifican cinco ejes que enmarcaran la transición: mayores inversiones en energías limpias y descarbonización; sustitución progresiva de la demanda de combustibles fósiles; mayor eficiencia energética; revisión y eventual flexibilización de la regulación para acelerar la generación con energías limpias y reindustrialización de la economía. El Plan Nacional de Desarrollo (PND) contiene una canasta de políticas que incluye el programa de Basura Cero, medidas para sustituir el uso de leña, carbón o residuos para cocinar, la prohibición de nuevas minas a cielo abierto de carbón térmico, medidas para reducir las emisiones del sector del transporte y el establecimiento de un Fondo Único de Soluciones Energéticas. Sin embargo, falta una priorización de intervenciones mediante la cual se relacionen problemas concretos con las expectativas de soluciones específicas. Es pertinente sugerir cómo se podría pensar una transición energética. Dos puntos introductorios son relevantes. El primero es que, según el Banco Mundial, Colombia ocupa la posición número 121 en el mundo en cuanto a sus emisiones per cápita: son de 1,61 toneladas, solamente el 11 por ciento de los de Estados Unidos. Si el promedio mundial estuviera en el nivel de Colombia, las emisiones mundiales de CO2 se reducirían en un 60 por ciento. En este sentido, se podría afirmar que Colombia ya ha hecho una transición energética basada en la alta participación de la hidroelectricidad en la generación eléctrica, modesto consumo interno de carbón y un bajo consumo per cápita de energía. Esto se debe en gran parte a una distribución extremadamente desigual de los ingresos y al inaceptable predominio de la pobreza. Por lo tanto, lo mínimo que podría decirse en este contexto es que el consumo de energía puede necesitar crecer, pero intentando evitar aumentos en emisiones. El segundo punto es que la transición no puede proceder principalmente con una restricción rápida en la oferta nacional de crudo y carbón, particularmente porque la mayoría de su producción (60 y 90 por ciento respectivamente) se...

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