Política farmacéutica y contribución al bien común - 28 de Mayo de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 726111609

Política farmacéutica y contribución al bien común

El sistema de salud colombiano, como el de la mayoría de los países, va a enfrentar grandes retos por el esperado incremento de los gastos en salud debido a dos factores principales: el envejecimiento de la población y la innovación en el sector farmacéutico que permite el acceso a nuevos medicamentos, en la mayoría de los casos más eficientes que los de generaciones anteriores, pero que conllevan unos costos elevados. En el contexto colombiano esta presión ejercida por los gastos en salud llegó de manera casi prematura porque en el segundo Gobierno de Álvaro Uribe se decidió desregular los precios de los medicamentos, lo que fue una pésima idea y resultó en una situación dramática que tuvieron que enfrentar los ministros de salud de los dos gobiernos del presidente Santos. En efecto, si hay un sector de la economía que tiene que ser regulado es el farmacéutico, y eso por dos razones interrelacionadas. La primera tiene que ver con el tema de la propiedad intelectual y el poder de mercado de las patentes que después de un proceso de investigación les otorgan a los laboratorios. La segunda se relaciona con la cobertura en salud que protege a los usuarios de los riesgos financieros asociados a los choques adversos en salud. Los gastos de bolsillo que pagan los pacientes en Colombia son bajos, lo que es obviamente motivo de gran satisfacción, pero al mismo tiempo implica que como usuarios seamos insensibles a los precios, lo que incentiva a los prestadores en salud –siendo los laboratorios farmacéuticos uno de ellos– a usar ese poder de mercado para cobrar precios altos. Para corregir estas dos fuerzas que contribuyen al incremento de los gastos en salud, el Gobierno ha tenido que aplicar mecanismos de regulación, por ejemplo, los valores máximos de recobro en el ‘No POS’, y la regulación vía “precios techo” para muchos medicamentos. Si bien esta última medida es necesaria y deseable en las clases terapéuticas caracterizadas por una baja competencia, en una evaluación de impacto que estamos terminando con Arturo Harker y Daniela Zuluaga encontramos que esta regulación ha podido contribuir al incremento de precios de medicamentos que ya enfrentaban una competencia. Ese efecto, bastante usual en economía, se debe a que los “precios techo” actúan como punto focal y los laboratorios con precios inferiores los suben para acercarse a los valores de referencia. Por eso creo que se debe restringir el uso de los techos a clases terapéuticas con baja...

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