Presentación - Núm. 49, Mayo 2014 - Revista de Estudios Sociales - Libros y Revistas - VLEX 649614309

Presentación

AutorMara Viveros Vigoya - Carmen Gregorio Gil
CargoDoctora en Ciencias Sociales por la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS), Francia - Doctora en Antropología por la Universidad Autónoma de Madrid, España
Páginas9-16
Presentación
Nos embarcamos con mucho entusiasmo
en la coordinación de este monográfico
de la Revista de Estudios Sociales, debido
a nuestra participación en diferentes
proyectos de investigación sobre sexua-
lidad, tanto conjuntamente1 como con otros grupos
de investigación y proyectos en los que cada una de
nosotras hemos venido trabajando.2 Ambas somos
conscientes del interés que en los últimos años ha ido
tomando el estudio de las sexualidades en las Cien-
cias Sociales y en la etnografía en particular. Durante
este tiempo hemos estado involucradas de distintas
maneras en proyectos feministas de transformación
social, y de defensa de los derechos ligados a las sexua-
lidades e identidades de género no heteronormativas.
En nuestros acercamientos al estudio de la sexualidad
hemos adoptado una perspectiva interseccional para
ilustrar las sexualidades que operan en contextos
racializados, bien sea por las relaciones históricas
coloniales que los han constituido (Viveros 2009 y 2013;
Wade, Urrea y Viveros 2008), bien sea por las políticas
migratorias de la Unión Europea hacia la ciudadanía
procedente de países no comunitarios (Gregorio 2004 y
2010). Con base en esta experiencia académica y polí-
tica común planteamos la convocatoria que dio origen
a este número monográfico.
Debemos al feminismo el hecho de que situó en la
escena política la sexualidad como relación de poder
(Millet 1971), ya que, como señala Pat Caplan, la sexua-
lidad no fue conectada analíticamente con lo político
por parte de otros movimientos sociales, incluso, “el
marxismo la desconsideró como superestructura al
no vincularla con la lucha de clases” (Caplan 1987, 8).
La distinción analítica entre sexualidad y género, y al
mismo tiempo su articulación, se han venido plan-
teando en las ciencias sociales desde 1980,3 siendo
fundamentales las aportaciones que se hicieron desde
el movimiento lésbico, y en los últimos años, desde el
movimiento transexual.4
DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res49.2014.01
Mara Viveros Vigoyav - Carmen Gregorio GilD
v Doctora e n Ciencias Sociales po r la École des Hautes Étud es en Sciences Sociale s (EHESS), Francia. Profes ora asociada Escu ela de Estudios de
Género y Depa rtamento de Ant ropología, Univer sidad Nacional de Co lombia. Correo ele ctrónico: mvivero sv@unal.edu.co
D Doctora e n Antropología por l a Universidad Autón oma de Madrid, Espa ña. Profesora titul ar en el Departame nto de Antropolog ía Social, Univer-
sidad de Gran ada, España. Corr eo electrónico: c armengg@ugr.es
1 En el marco del 54 Congreso Internacional de Americanistas (54 ICA), celebrado en julio de 2012 en la ciudad de Viena (Austria), coordinamos el Simposio
“Sexualidades y colonialidad del poder en América Latina, el Caribe y su diáspora”. Queremos volver a agradecer aquí a todas las personas que presentaron sus
trabajos en este simposio, ya que sin duda los interrogantes y discusiones que se dieron en él han sido los que nos han animado a plantear esta propuesta en
la Revista de Estudios Sociales.
2 En el caso de Carmen Gregorio, en el proyecto de investigación “Laboratorio iberoamericano para el estudio sociohistórico de las sexualidades (FEM2011-
29275)”, dirigido por el profesor José María Vancuende de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), y la dirección de diferentes trabajos de investigación
de máster y doctorado sobre parentescos y sexualidades transgresoras, disidentes del sistema heteronormativo y patriarcal, en el marco del grupo
de investigación “Otras. Perspectivas Feministas en Investigación Social”. En el caso de Mara Viveros, en distintos proyectos de la línea “Biopolítica
y sexualidades” del Grupo Interdisciplinario de Estudios de Género (GIEG), que han sido desarrollados explícitamente desde una perspectiva teórico-
metodológica interseccional.
3 Cabe mencionar al respecto, la influencia de la obra de Michel Foucault y los trabajos pioneros de los años ochenta, tales como el de Jeffrey Weeks
(1981), Sex, Politics and Society, o el de Gayle Rubin (1984), “Thinking Sex: Notes for a Radical Theory of Politics of Sexuality”. Todos ellos contribuyeron a
desnaturalizar la sexualidad y a darle un lugar preeminente en la comprensión de las desigualdades sociales. En el caso de la antropología social, ésta
no estuvo especialmente interesada en el estudio de la sexualidad, como plantea Vance (1984, 393). Sin duda, uno de los hechos más asentados durante
largo tiempo en la teoría antropológica fue la “naturalización de la sexualidad”. Fueron las críticas feministas dentro de la disciplina las que sacaron a
la luz las relaciones de poder implícitas en la normativización de un tipo de sexualidad: la heterosexual y reproductiva.
4 Véase, por el ejemplo, el libro, recientemente publicado en el contexto español, Transfeminismos de Miriam Solá y Elena Urko (2013).
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