Prólogo
Autor | Miguel Ángel Cerón Hurtado |
Páginas | 11-13 |
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Prólogo
La administración es una disciplina que tiene orígenes muy antiguos, si se con-
sidera que desde la Antigüedad la humanidad ha estado realizando las activi-
dades con el mismo propósito que hoy se realiza esta actividad. Dice Nayeli
Saray, en una publicación de Gestiopolis, que “En la prehistoria, los primeros
pobladores tuvieron que coordinarse y conjuntar esfuerzos para el logro de
objetivos. Conforme fue avanzando la humanidad, la población empezó a
formar y establecer grupos pequeños que se convirtieron más tarde en gran-
des masas; por lo que fue de importancia el buscar formas y estrategias sobre
cómo lograr organizaciones que realizaran sus actividades de manera más e-
caz y eciente; esto condujo y aportó al desarrollo de la administración”.
Por su parte, Jorge Mejía, en una publicación de monografías.com, dice que
“Claude S. George y Lourdes Álvarez arman que es muy probable que el pro-
ceso administrativo comenzara primero en la organización familiar, expan-
diéndose después a la tribu, y que nalmente penetró en las unidades políticas
formales, tales como las encontradas en la antigua Babilonia. En esas organiza-
ciones se inventó un tipo de control nanciero y archivo que ordinariamente
tomó la forma de tablillas de arcilla con inscripciones. El reconocimiento del
concepto de responsabilidad administrativa fue claramente establecido a tra-
vés del Código de Hammurabi. Finalmente los egipcios nos suministraron uno
de los primeros ejemplos de una organización descentralizada dispersa de or-
ganización para dirigir un imperio”. La palabra administración se forma del pre-
jo ad, hacia, y de ministratio. Esta última palabra viene, a su vez, de minister,
vocablo compuesto de minus, comparativo de inferioridad, y del sujo ter, que
sirve como término de comparación. Siendo magíster (magistrado), función
de preeminencia o autoridad y menester expresa subordinación u obediencia.
Por lo que, etimológicamente, se reere a una función que se desarrolla bajo el
mando del otro (Cuartas, 2008).
Pero lo cierto es que es después de la Primera Revolución Industrial ocurri-
da a nales del siglo XVIII, cuando se formaron las empresas con un número
elevado de trabajadores y el mercado comenzó a imponer sus reglas, cuando
el pensamiento administrativo tomó relevancia por la necesidad de manejar
adecuadamente las empresas y, ya en siglo XX, se consolida la teoría que esta-
blece los patrones que hoy se aplican.
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