Proyecto de ley 158 de 2012 cámara
PROYECTO DE LEY 158 DE 2012 CÁMARA. PROYECTO DE LEY NÚMERO 158 DE 2012 CÁMARAPRESUPUESTO DEL SISTEMA GENERAL DE REGALÍASBIENIO 2013-2014MINISTERIO DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICOMINISTERIO DE MINAS Y ENERGÍAREPÚBLICA DE COLOMBIAOctubre de 2012
PROYECTO DE LEY NÚMERO 158 DE 2012 CÁMARA
por la cual se decreta el Presupuesto del Sistema General de Regalías para el bienio del 1° de enero de 2013 al 31 de diciembre de 2014.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
De conformidad con las disposiciones de la Constitución Política y de la Ley 1530 de 2012, el Gobierno Nacional presenta al honorable Congreso de la República el Proyecto de ley de Presupuesto del Sistema General de Regalías para el bienio 2013-2014[1][1], que asciende a $17,7 billones.
Este proyecto da estricto cumplimiento a la Constitución Política, a las leyes orgánicas, a la Ley 1530 de 2012 y demás normas reglamentarias del Sistema General de Regalías (SGR). La distribución de las regalías, entre beneficiarios y otros conceptos de gasto, se efectuó aplicando los criterios que la normativa explícitamente señala.
El proyecto de presupuesto que se presenta a consideración del Congreso de la República, se fundamenta en el plan de recursos, para un horizonte de 10 años, que se construye con base en información reportada por la Agencia Nacional Minera (ANM) y por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). Este plan de recursos fue presentado a la Comisión Rectora el 1° de agosto de 2012, y acogido por esta. Evidentemente, estas proyecciones pueden verse afectadas por múltiples factores que generan volatilidad en las variables del sector minero-energético, pero se han realizado con supuestos ajustados a la realidad. Las estimaciones para el SGR 2013-2022 se han efectuado con la mayor responsabilidad fiscal. Los recursos previstos se han asignado dando estricto cumplimento al mandato constitucional y a las normas que lo desarrollan y reglamentan.
La inversión de las regalías permitirá ejecutar programas estratégicos para apoyar el crecimiento económico, la generación de empleo y los programas sociales para superar la pobreza y mejorar las condiciones de equidad. No dudamos que el SGR, junto con el Plan Nacional de Desarrollo, será un instrumento de gran importancia para el desarrollo de las regiones y de sus habitantes, y para reducir las inequidades intra e interregionales.
A. Contexto macroeconómico y fiscal
El desempeño de la actividad económica de Colombia en 2011 fue notable. Fue uno de los más altos crecimientos en décadas (5,9%), superior al de la mayoría de los países de la región. Los resultados de ese año, y los registros observados en el primer semestre de 2012, demuestran que nuestra economía ha sido capaz de absorber con relativo éxito los efectos adversos de la crisis europea y el lento crecimiento de la economía estadounidense.
El crecimiento del PIB en 2011 (5,9%), el registro del primer trimestre de 2012 (4,7%), junto con el del segundo (4,9%), que estuvo por encima de las expectativas de la mayoría de analistas, incluso de las del mismo Gobierno Nacional, son resultados muy favorables si se comparan con los de la región y con los de otros países emergentes a nivel internacional e incluso con economías más desarrolladas.
Las cifras sobre crecimiento económico reportadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) para el primer semestre del año (4,8%) son muy satisfactorias. Estos resultados indican que las cosas van por buen camino y ubican a la economía del país como una de las más dinámicas del mundo. De hecho, entre los 64 países que hasta el momento han presentado los resultados para el segundo trimestre de 2012, Colombia ocupa el puesto 14. Este comportamiento se basa en el positivo desempeño de los hogares colombianos por la confianza que tienen en su economía y por el buen momento que presenta la tasa de inversión, que alcanza niveles superiores al 29% del PIB. La reactivación de la construcción, el dinamismo de la minería y una demanda muy dinámica explican este buen momento. No obstante, algunos sectores generan algo de preocupación, como es el caso de la industria manufacturera, a pesar de que esta empieza a registrar una leve mejoría en los últimos meses. Confiamos en que este sector, gran generador de empleo, retome nuevamente una senda ascendente durante el segundo semestre.
El positivo resultado se da, en buena medida, gracias a la gestión responsable de las finanzas públicas, a la modernización productiva lograda en los últimos años, a los flujos de Inversión Extranjera Directa, a la recuperación de la confianza de los mercados mundiales y a la política de estabilización que ha permitido mantener el control sobre las presiones inflacionarias y de apreciación del tipo de cambio.
A la luz de estos resultados, las previsiones contenidas en el documento del Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) 2012, que el Gobierno presentó a las Comisiones Económicas del Congreso de la República como parte del proceso de formulación y estudio del proyecto de ley de Presupuesto General de la Nación (PGN) para 2013, muestran que estas se hicieron con supuestos muy ajustados. En este documento se estima un crecimiento del PIB del 4,8% en 2012 y 2013, y de manera prudente, del mismo nivel en el mediano plazo, con una dinámica positiva en todas las ramas de actividad económica[2][2]. Considerando los datos alcanzados durante el primer semestre, creemos que vamos en camino de lograrlo.
Nos complace constatar que las acciones de política pública y el compromiso del Gobierno con las reformas adelantadas para fortalecer la institucionalidad fiscal y mejorar la competitividad de nuestras empresas han contribuido a alcanzar estos logros. Esperamos un segundo semestre mejor que el primero. Nuestro compromiso es el de mantener el rumbo en términos de la responsabilidad fiscal, que hoy además debe enmarcarse en las nuevas reglas del juego que determinó la Ley de Regla Fiscal.
Estamos seguros que en los próximos años la economía mostrará tasas muy satisfactorias de crecimiento. El sector público continuará apoyando el crecimiento con la inversión pública buscando mayores niveles de crecimiento, empleo y la reducción en la desigualdad social.
Las reformas que se aprobaron creando el Sistema General de Regalías[3][3], incorporando el criterio de constitucionalidad de la sostenibilidad fiscal[4][4], como marco de la intervención en la economía, e introduciendo una regla fiscal[5][5], conforman el nuevo marco institucional para el ejercicio y diseño de la política fiscal de mediano plazo. Este marco complementa la legislación sobre el gasto aplicable a las finanzas del sector público consolidado y de los gobiernos subnacionales, en especial las Leyes 358 de 1997 y 617 de 2000.
Con base en los principios y lineamientos que surgen de esta nueva normativa, en el MFMP 2012 se proyecta una senda fiscal favorable para los próximos diez años donde el balance del Sector Público Consolidado (SPC) pasa de un déficit de 1,2% del PIB en el 2012 a uno de 1,0% en 2013, del 0,7% del PIB en 2014, y a un superávit de 0,6% del PIB en el 2023. Estos valores son consistentes con balances primarios superiores al 2% del PIB. Desde el año 2011, con un valor equivalente a 1,1% del PIB, Colombia volvió a generar balance superavitario para el Sector Público No Financiero (SPNF). La mejora en el balance del SPC se apuntala en el hecho de que el gobierno y las regiones ahorran una parte de los ingresos extraordinarios del petróleo y la minería. Para 2013 y 2014, se propone una meta de déficit fiscal del SPC de -1,0% y del -0,7% del PIB, respectivamente, y para el Gobierno Nacional Central (GNC) de -2,2% y -2,1% del PIB.
Estos menores niveles de déficit reducirán la Deuda Neta de Activos Financieros del SPNF, desde 26,4% del PIB en el año 2012 al 12,7% del PIB en el 2020 y a niveles cercanos del 7,2 % del PIB en 2023. Al mismo tiempo, la deuda neta del GNC descendería cerca de 10 puntos del PIB, al pasar de niveles cercanos al 35% en 2012, a casi el 25% en 2023. En 2013 y 2014, los niveles de endeudamiento neto estarían cerca del 34% y 33% del PIB para el GNC y del 25% y 23,4% del PIB para el SPNF[6][6].
La aplicación de la regla fiscal sobre las finanzas del GNC, y el ahorro de las regiones en el SGR, permitirán reducir progresivamente el déficit fiscal del GNC y del SPC, y con ello la relación deuda neta a PIB[7][7]. Esto es relevante porque el ahorro que se logra con un menor pago de servicio de deuda, permite que esos recursos se destinen a la inversión.
La ampliación en la producción del sector minero-energético prevista para los próximos años, plantea un reto al diseño de la política fiscal, cuya aplicación deberá evitar que esta expansión se traduzca en un factor desestabilizador de la economía. Es precisamente en este contexto que tanto la reforma que creó el Sistema General de Regalías como la nueva regla fiscal buscan que se ahorren los ingresos extraordinarios que se esperan por el aumento en la producción minero-energética. Este ahorro responde al criterio responsable de ahorrar en los buenos tiempos para permitir que la tasa de inversión no tenga caídas drásticas cuando las condiciones sean más desfavorables.
Así mismo, generar este canal de ahorro permite que se moderen los efectos que los ingresos masivos de recursos en moneda extranjera generan sobre la tasa de cambio real y permite también mitigar los riesgos de la llamada ¿enfermedad holandesa¿ en la que se genera la pérdida de la competitividad de los sectores transables que son intensivos en empleo. El nuevo marco institucional fue creado precisamente para que el país pueda afrontar de manera responsable la coyuntura que atraviesa y aplicar las lecciones aprendidas durante muchos años de crisis que seguían a bonanzas extraordinarias en los precios y producción de...
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