La Reconceptualización: una opción a la encrucijada del Trabajo Social en Colombia - Núm. 29, Enero 2020 - Prospectiva - Libros y Revistas - VLEX 876238954

La Reconceptualización: una opción a la encrucijada del Trabajo Social en Colombia

AutorVíctor Mario Estrada-Ospina
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Internacional.
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Estrada-Ospina, V.M. (2020). La Reconceptualización: una opción a la encrucijada del Trabajo Social
en Colombia. Prospectiva. Revista de Trabajo Social e intervención social, (29), 01-38. doi:
10.25100/prts.v0i29.8097.
e-ISSN: 2389-993X Doi: 10.25100/prts. v0i29.8097Universidad del Valle - Cali, Colombia
La Reconceptualización: una opción a la encrucijada
del Trabajo Social en Colombia
Reconceptualization: an Option to the Crossroads of
Social Work in Colombia
Víctor Mario Estrada-Ospina
Trabajador Social. Magíster en Estudios Políticos
Universidad del Valle. Cali, Colombia
victor.estrada@correounivalle.edu.co
1. A manera de introducción
El énfasis en esta publicación no está centrado en el análisis del cuestionamiento sobre
la profesión llevado a cabo por la “Generación del 65”, en cuanto a su filosofía, fundamentos
teórico-conceptuales, fines, objetivos y los denominados métodos tradicionales o clásicos.
Por el contrario, se pretende más bien profundizar en el análisis de la experiencia
colombiana, realizada por una de las unidades académicas pioneras de la
Reconceptualización, como condición fundamental que permita examinar si las tesis que en
ese momento se planteaban estaban en correspondencia con el carácter complejo de la
realidad social. De otro lado, porque sólo a partir de ese análisis se podría avanzar en la
construcción de un marco referencial teórico-metodológico más aproximado, cuando se
asistía a un momento histórico en el que el Trabajo Social como profesión, luchaba en la
búsqueda y elaboración de alternativas que respondieran ampliamente a la realidad social
latinoamericana (perspectiva y proceso que aún hoy sigue teniendo vigencia), que le
permitiera avanzar, superando el dilema o la encrucijada en que se encontraba.
Este proceso de cuestionamiento profesional tiene explicación en un contexto
caracterizado por el “agotamiento” o “crisis” del modelo económico de desarrollo
capitalista, que se venía promoviendo en el continente por los centros hegemónicos de
poder internacional, a partir de la conmoción conocida como la “Gran Crisis o Depresión
Económica Mundial”, que se inició en 1929 y cuyos efectos económicos, políticos, sociales
se manifestaron hasta 1936. Después de un relativo auge en el proceso de industrialización
en algunos países, con un tipo de capitalismo dependiente, este modelo económico de
desarrollo hacia adentro, en la década de 1950 empezó a manifestar los primeros signos de
“agotamiento”, lo cual se expresa en la imposibilidad de vincular laboralmente a la
La Reconceptualización: una opció n a la encrucijada
Estrada-Ospina
Prospectiva. Revista de Trabajo Social e intervención social • No. 29 • ene.-jun. 2020 • pp. 01-38
e-ISSN: 2389-993X • Doi: 10.25100/p rts.v0i29.8097
Universidad del Valle - Cali, Colombia
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población a las actividades productivas, la existencia de un desempleo estructural, el
aumento de la pobreza y la situación de injusticia social generalizada. Desde entonces, se
inicia y profundiza un debate en el continente latinoamericano en torno a los llamados
“obstáculos para el desarrollo”, la situación de subdesarrollo y de dependencia de estos
países en el ámbito internacional.1 Este es el contexto en el que surge el movimiento de
Reconceptualización signado por la crisis y la perspectiva política que se debatía en esa
época en todo el continente, “Reforma o Revolución”.
Herman Kruse (1969) uno de los más sobresalientes miembros de la “Generación del
65”, refiriéndose al problema de la encrucijada en que se encontraba el Servicio Social en ese
momento2, formulaba el siguiente planteamiento: “Uno de los clásicos de la literatura
uruguaya, el “Tabaré” de Zorrilla de San Martín, comienza en estos versos: “El Paraná y el
plata vivían su salvaje primavera (…)”. El poeta necesitó apenas nueve palabras para definir
1 Es clave anotar que este debate toma mucha fuerza en este período en el ámbito continental,
el cual se fortalece en la medida en que los teóricos de la dependencia fundamentando sus teorías en
investigaciones concretas, comienzan a elaborar desde una perspectiva genuinamente
Latinoamericana, explicaciones sobre la razón de ser del subdesarrollo de estas economías. Se deben
destacar algunos autores como: André Gunder-Frank, 1967, 1973; Celso Furtado, 1969 y otros como:
Theotonio dos Santos, Fernando H. Cardoso. Alonso Aguilar, Josué de Castro y a los colombianos
Mario Arrubla con su texto clásico: “Ensayos sobre el Subdesarrollo Colombiano” y José Consuegra
Higgins con su original “Teoría de la dependencia y el subdesarrollo estructural”; este último fue
además, fundador de la “Revista Desarrollo Indoamericano” en 1966 y fundador también de la
Universidad Simón Bolívar de Barranquilla en 1973. Por último, hay que destacar los debates que se
iniciaron con la Escuela Cepalina bajo la dirección de Raúl Prebisch y los aportes a esta reflexión de
entidades como la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) fundada en 1948 y su
organismo adscrito el ILPES (Instit uto Latinoamericano de Planificación Económica y Social) creado
en 1962.
2 Desde el punto de vista histórico es importante destacar la conferencia dictada por Kruse en
Concepción Chile en 1969 por este importante miembro de la “Generación del 65”. Sobre el particular
señalaba el autor: “La primera oportunidad de expresar públicamente estas nuevas ideas sobre la
profesión en el Cono Sur, la brindaron los colegas brasileños al organizar en Porto Alegre en mayo
de 1965, el I Seminario Regional Latinoamericano de Servicio Social. A partir de ese encuentro
empezamos a llamar la “Generación del 65” al grupo de profesionales de los tres países sur-atlánticos
(Brasil, Uruguay y Argentina) del continente que compartían esas inquietudes; paralelamente
aparecía en Buenos Aires, el N° 1 de la Revista “Hoy en el Servicio Social”, (posteriormente cambió
su nombre siendo conocida ahor a como “Hoy en el Trabajo Social”), esta pu blicación fue editada por
la Editorial ECRO). Kruse (1969) en ese momento comentaba: la “Generación del 65” es gente que
oscila entre los 35 y 45 años de edad, que pasó por la Escuela de Servicio Social en la década del 50
recibiendo el pleno impacto del servicio social al estilo norte americano y entró luego a trabajar en las
viejas instituciones acumulando razonamientos y frustraciones. Es la generación que se puso a
repensar el servicio social, sin desdeñar la formación científica, pero sopesando la realidad
institucional y el marco global de subdesarr ollo en medio del cual se debía actuar (…) Aunque dicho
sea de paso, su lucha generacional es muy distinta en las instituciones, que en los centros doce ntes,
porque en la primeras sus arquetipos se confrontan con los de una generación mayor, en retirada,
superada por el cambio social vertiginoso y temerosa; en tanto que en las Universidades, sus
arquetipos se confrontan con los de una generación menor, virgen de fracasos, pujante, con sed de
llegar a ser y mucho más definida ideológicamente.” A nivel continental, el documento más
representativo de la nueva concepción del servicio social, sin lugar a dudas, fue el Informe de Araxá
del año 1967 (Kusse, 1969, p. 1-2).
La Reconceptualización: una opción a la encrucijada…
Estrada-Ospina
Prospectiva. Revista de Trabajo Social e intervención social • No. 29 • ene.-jun. 2020 • pp. 01-38
e-ISSN: 2389-993X • Doi: 10.25100/p rts.v0i29.8097
Universidad del Valle - Cali, Colombia
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el mundo sereno, idílico, que la llegada del español terminaría para siempre. Si tuviéramos
que definir el Servicio Social de hace una década, tendríamos que buscar términos parecidos
a los que usó Zorrilla de San Martin, porque nuestra profesión vivía una dorada y plácida
adolescencia. Ese devenir idílico hoy se ha quebrantado. Nuestra profesión vive
intensamente una problemática compleja. Podríamos decir en el sentido unamuniano del
término, que el Servicio Social agoniza, o sea, lucha por sobrevivir. Creemos que el Servicio
Social se enfrenta a una encrucijada. Y la Enciclopedia nos dice que encrucijada es “punto
de intersección de dos o más calles o caminos (…) alternativa, dilema.” ¿Qué es lo que nos
ha colocado en la encrucijada? Nos atrevemos a decir que dos fuertes impactos que ha
recibido la profesión en la presente década: un impacto generacional y un impacto
ideológico” (Kruse, 1969, p. 1).
A partir de este fuerte impacto generacional e ideológico empezaron a soplar nuevos
vientos desde el Cono Sur hacia el Norte de Suramérica, lo cual permitió que fueran
circulando con notable fuerza sus principales ideas y propuestas. Este cuestionamiento, el
planteamiento de diferentes posturas ideológico-políticas y teóricas, en relación con la
formación académica, se convirtió en la base para reorientar algunos programas de Trabajo
Social en Colombia, en particular el programa de estudios de Trabajo Social de la
Universidad de Caldas, el cual se constituyó en el más importante abanderado de este
movimiento, contando para ese entonces con una nueva estructura curricular que incorporó
las principales ideas que se venían reconceptualizando3.
En ese contexto se abre el programa académico vinculándose la primera promoción
de estudiantes admitidos directamente por la Universidad, se promueve un nuevo currículo
y la realización de unas prácticas académicas desde los primeros semestres. Al comienzo
ligada a instituciones públicas y privadas; luego por fuera de ellas, por supuesto, sin hacer
una crítica fundamentada sobre el rol o papel de estas entidades, sobre todo de aquellas
encargadas del tema social; a nombre de una perspectiva crítica se las rechazó por razones
puramente ideológico-políticas, puesto que se conceptuaban desde una mirada simplista
por determinista y mecanicista, como instrumentos de dominación para el mantenimiento
del orden político, social. Era como si al abandonar las instituciones la dominación
despareciera o se neutralizara; esta posición se puede calificar como una postura bastante
ingenua desde el punto de vista ideológico-político.
3 La Facultad de Trabajo social fue creada en la Universidad d e Caldas por decisión del Consejo
Superior mediante el acta N° 003 del 11 de diciembre de 1967. El programa académico de estudios
en Trabajo social fue creado primero por el Consejo Directivo y luego ratificado por el Consejo
Superior según el acta N° 007 del 4 de noviembre de 1968. El Consejo Directivo orienta iniciar
actividades académicas admitiendo la primera promoción en 1969, efectivamente se da la admisión
ese mismo año con un cupo de 100 estudiantes. Sin embargo, hay que precisar que creada la Facultad
de Trabajo Social se recibió la última promoción de estudiantes que terminó estudios en el Colegio
Católico femenino, las cuales se matricularon en 1968, durante un semestre en la Universidad de
Caldas, graduándose posteriormente como Licenciadas en Trabajo Social; por esta razón, se les puede
considerar como la primera cohorte de egresadas del programa de estudios. (Notas tomadas del
discurso pronunciado por la profesora jubilada María Teresa Velásquez en la celebración de los 25
años de existencia del programa de Tra bajo Social en la Universidad de Caldas).

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