Región Caribe y desarrollo endógeno. Visión de región de la élite política de la Costa Caribe - Segunda parte. El territorio y su organización - El territorio. Un análisis desde el derecho y la ciencia política - Libros y Revistas - VLEX 950666021

Región Caribe y desarrollo endógeno. Visión de región de la élite política de la Costa Caribe

AutorAdriana Algarín Castillo/Alexandra García Iragorri
Páginas163-217
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REGIÓN CARIBE Y DESARROLLO
ENDÓGENO
Visión de región de la elite
política de la Costa Caribe[*]
Adriana Algarín Castillo[92]
Alexandra García Iragorri[93]
INTRODUCCIÓN
El Caribe colombiano es señalado como una región atrasada y de un
pobre desempeño económico y social (Parada, 2006); problemática
a la que se le ha dado múltiples explicaciones y posibles soluciones,
entre ellas, otorgar mayor autonomía a la región, definida esta como
espacio sociogeográfico con elementos físicos y humanos que le dan
unidad y lo distinguen de otros, siendo la integración de esos
elementos lo específico de ella (Bell & García, 1999, p. 131), y que
en esta investigación se limita al espacio compuesto por los
siguientes departamentos: Atlántico, Bolívar, César, Córdoba,
Magdalena, San Andrés y Providencia, Sucre y Valledupar,
señalados en la figura 1. Esta definición hoy es superada por nuevas
realidades políticas que convierten a las regiones en espacios de
ejercicio de poder político, que a su vez requieren ciertos grados de
autonomía para poder regularse; en Colombia tal autonomía se
prevé se produzca a través de la descentralización[94].
Fuente: http://www.colombianisima.com/region_caribe.asp
Figura 1. Mapa Político Región Caribe (Colombia)
Bell y Meisel (1989) al estudiar la historia caribe explican el
porqué la Región Caribe entra a las pugnas políticas posteriores a la
Independencia con desventaja sobre las otras regiones, haciendo
énfasis en el poco desarrollo del capital humano de sus habitantes
debido a la desigualdad entre ellos, la economía basada en ganadería
extensiva y la falta de educación (p. 7). A esto se sumó la reducción
de la población costeña a causa de las guerras de Independencia, que
tuvo como consecuencia una menor representación de la Costa en el
Congreso.
La debilidad política de la Costa de finales del siglo XIX
aumentó a inicios del XX debido a la expansión de la caficultura,
que generó grandes ingresos económicos al interior del país y
aumentó la desigualdad entre regiones. Ante este panorama, surgió
la Liga Costeña como un bloque constituido por los congresistas de
la región para defender los intereses de esta zona a nivel nacional
pero que no obtuvo mayores resultados debido a que los intereses
particulares prevalecieron sobre el interés general (Bell & Meisel,
1989, p. 16). En los años siguientes se hicieron otros esfuerzos, pero
el de mayor trascendencia fue la pugna por una mayor autonomía de
las regiones, en especial la Caribe, en los años 60, liderada por
Evaristo Sourdis, quien junto con representantes de la Región
Caribe iniciaron una lucha por obtener mayor reconocimiento y
poder de autogestión para la región (Sourdis, 1996). Los esfuerzos
del Caribe por lograr mayor control y autonomía se vieron
reflejados en la creación de los Consejos Regionales de
Participación (Corpes), los cuales, como lo expone García (1996),
cumplían una función planificadora de la mano de Planeación
Nacional, lo cual limitaba su actuar haciéndose insuficiente para
promover el desarrollo de la región. Con la Constitución de 1991 los
Corpes fueron eliminados de la estructura estatal con el fin de que
sus funciones fuesen asumidas por las Regiones Administrativas y
de Planeación (RAP), que se constituyen, a su vez, en un primer paso
para que los departamentos logren agruparse en un nuevo ente
territorial, y poder estar frente a una verdadera regionalización que
dote de autonomía en el manejo de asuntos locales.
En Bell y García (1999) se puede encontrar el desarrollo
legislativo del tema, dando importancia a lo consagrado en la
Constitución de 1991 acerca de las regiones como Regiones
Administrativas y de Planificación (RAP) o como Entes Territoriales
(RET), y el escaso avance que se había llevado hasta el momento en
el desarrollo normativo que permitiera que tales figuras nacieran a la
vida jurídico-política, puesto que no fue sino hasta 2011 que el
Congreso de la República (después de 19 proyectos presentados)
expidió la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, con la cual se
esperaba que se reglamentara lo necesario para la creación de las
RAP. Sin embargo, si bien la Ley 1454 de 2011 identifica la
regionalización como uno de los principios del ordenamiento
territorial, no ofrece verdaderas pautas para que las RAP nazcan a la
vida jurídica. No se definen competencias, estructuras, la ley parece

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