El estado republicano hispanoamericano y la inmigración - Salvajes, bárbaros e inmigrantes en el derecho administrativo hispanoamericano - Libros y Revistas - VLEX 950269351

El estado republicano hispanoamericano y la inmigración

AutorMiguel Malagón Pinzón
Páginas123-169
123
capítulo iv
el estado republicano hispanoamericano
y la inmigración
En este capítulo vamos a estudiar el comportamiento de
algunos países latinoamericanos frente a nuestro tema in-
vestigativo. En concreto veremos cómo los Estados Unidos
implementaron la doctrina de la civilización vs. barbarie
para exterminar a los indígenas y para poder traer inmigra-
ción. En la América hispana, la Argentina y Chile copiaron
y aplicaron estos postulados a través del famoso político y
escritor Domingo Faustino Sarmiento. Veremos de igual
manera el pensamiento del padre de la nación argentina,
Juan Bautista Alberdi, y su influencia en la constitución de
1853 en el Río de la Plata. Mostraremos que estos países
suramericanos se apartaron de la matriz de la policía y
terminaron causando un genocidio mayor que el nuestro,
de acuerdo con lo que veremos en los capítulos siguientes.
1. la lIteratura, el vINo y la INmIgracIóN.
SarmIeNto y el Facundo
Con el arribo de las ideas liberales, producto de las revo-
luciones, las naciones de Hispanoamérica no rompieron
completamente con las ideas del absolutismo. Prueba de
ello es el tema de la inmigración, que siguió teniendo un
rol preponderante como política estatal, pero, como ve-
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remos en este capítulo, se mezcló con ideas provenientes
de la ilustración escocesa que promovieron el exterminio
indígena tanto en Norte como en Suramérica.
El principal proyecto de los latinoamericanos de crea-
ción del Estado Nacional se quiso hacer a través de la inmi-
gración1. En palabras del gran historiador Tulio Halperin
Donghi:
Esta tendencia [la de la inmigración] se acentuó hacia mediados
del siglo xIx, cuando Estados Unidos comenzó a dar un ejem-
plo impresionante de cómo ella podía contribuir a cambiar el
ritmo de crecimiento de un país. Sin embargo, la inmigración
fue en Latinoamérica de importancia muy variable. En todas
partes continuó y se acentuó la integración de extranjeros en los
niveles altos de las sociedades urbanas; las nuevas funciones
que iba asumiendo la economía metropolitana aseguraban,
en efecto, el mantenimiento de este proceso2.
Por esto durante el siglo xIx en nuestro subcontinente se
promovió la llegada masiva de extranjeros con un propósito
básico. Este respondía al modelo de civilización vs. barbarie
que consistía en la traída de grandes cantidades de europeos
y norteamericanos, para mejorar la raza y poder aparecer
como un territorio plenamente occidentalizado3.
Esta idea se tomó en el cono sur básicamente de los his-
toriadores del siglo xvIII escocés. Entre ellos podemos citar
a William Robertson, Adam Ferguson, John Millar y Lord
1 martíNez, fréderIc. “Apogeo y decadencia del ideal de la inmigración euro-
pea en Colombia en el siglo xIx”, Boletín Cultural y Bibliográfico, Bogotá, Banco
de la República, n.° 44, 1997, pp. 9-34.
2 halperIN doNghI, tulIo. Historia contemporánea de América Latina, Madrid,
Alianza, 2008, p. 222.
3 malagóN pINzóN, mIguel. “La ciencia de la policía y el proceso de civilización
de indígenas”. En El Derecho administrativo en los albores del siglo xxi, Bogotá,
Universidad del Rosario, 2007, pp. 131-147.
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Kames. Aquí nos ocuparemos brevemente en estudiar la
Historia de América escrita por el primero de estos ilustrados
y de alguna reflexión del segundo de ellos.
Antes de entrar en detalle, vale la pena que nos refiramos
un poco a las relaciones entre los primeros colonos anglo-
sajones con los indios, para comprender mejor la situación
a fines del 1700 y en años posteriores.
Según hemos visto, los españoles, siguiendo a los ale-
manes, implantaron la teoría de la ciencia de la policía para
occidentalizar a los aborígenes. Los ingleses, por el con-
trario, no la aplicaron, y lo que hicieron en algunas de las
trece colonias, por ejemplo en Nueva Inglaterra, fue tratar
de evangelizar, pero no a la fuerza, a los indios, y si no se
conseguía se les debía alejar para que no entorpecieran el
desarrollo normal de la colonia4.
En esta colonia tuvieron una figura protectora de los
indígenas, que en algo se asemeja al padre Bartolomé de
las Casas, cuyo nombre era John Eliot. Este era un pastor
puritano que se interesó por aprender el idioma algonqui-
no para predicar el evangelio a los aborígenes y traducir la
Biblia y el Nuevo Testamento al idioma local5.
Fundó poblados indígenas a una distancia relativamente
lejana de los pueblos ingleses para que allí los algonquinos
pudieran conservar su idioma, sus costumbres, resolver los
conflictos según su propio derecho y practicar la religión
cristiana. Estos pueblos, que llegaron a ser más de 14, sub-
sistieron hasta 1675, año en el que fueron destruidos por
una guerra entre los colonos y los otros pueblos indígenas
de Nueva Inglaterra, conflicto este que se conoce como
4 ellIot, johN. Imperios del Mundo Atlántico, Madrid, Taurus, 2006, p. 128.
5 Ibid., p. 126.

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