¿El saber farmacéutico: objeto de patente? - Núm. 3-1, Enero 2004 - Revista e-Mercatoria - Libros y Revistas - VLEX 844330046

¿El saber farmacéutico: objeto de patente?

AutorDiego José Bernardo - Ernesto Moreno Cruz
CargoEstudiante de quinto año de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia
Páginas86-104
REVIST@ eMercatoria Volumen 3, Número 1. (2004)
1
¿EL SABER FARMACÉUTICO: OBJETO DE PATENTE?*
Por: Diego José Bernardo Ernesto Moreno Cruz**
“El sentido mismo del
derecho individual, la
conciencia de que la
conducta, el ser y el tener
de cada ciudadano,
necesariamente está y ha
de estar en función de los
demás.” Fernando
Hinestrosa Forero
1) INTRODUCCIÓN
En el presente esfuerzo académico nos referiremos a la inmensa importancia social y
económica que contiene el tratamiento jurídico, consistente en el régimen de patentes
de invención aplicable a la producción químico- farmacéutica en nuestro país. El
ordenamiento jurídico al regular esta industria particular, se comporta como una
balanza creada por los diferentes agentes sociales, que compiten entre ellos para
ubicar sus intereses en una posición más amable frente al derecho. Por un lado se
encuentra un trascendental interés: la salud pública. Por el otro, el interés particular y
de carácter comercial de la industria farmacéutica internacional. Se trata entonces de
una lucha por la inclinación de la balanza.
No se puede ser indiferente ante el serio problema de la disminuida posibilidad de
acceso a los medicamentos por parte de la población de los países en desarrollo. Más
del 80% de la producción mundial de medicamentos es consumida en los países ricos,
al tiempo que cerca de 2000 millones de habitantes, es decir un tercio de la población
mundial, carece de acceso a medicamentos esenciales. El SIDA es un ejemplo de ello,
ya que en Estados Unidos las terapias antirretrovirales se han aplicado ampliamente
reduciendo de esta forma las muertes en un 70%, mientras que en Latinoamérica y el
Caribe, 2.0 millones de personas afectadas por el SIDA están condenadas al no
tratamiento de la enfermedad por la simple razón de no tener medios para procurarse
los medicamentos. Más de 30000 personas mueren cada día en el mundo por
enfermedades curables, y el 90% de esas muertes ocurren en los países en
desarrollo. En Colombia cerca de 20 millones de personas no tienen acceso a los
beneficios de la Salud debido a que no pertenecen al Sistema de Seguridad Social o
bien perteneciendo no pueden pagar las medicinas que el Sistema no les suministra,
que equivalen al 40% de la totalidad de las prescripciones. De 200.000 afectados de
SIDA en el país, solo reciben medicamentos uno de cada diez enfermos.1
* Artículo ganador del primer puesto del Primer Concurso para Estudiantes Revist@ e-Mercatoria año
2003.
** Estudiante de quinto año de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
1 HOLGUIN ZAMORANO, Germán. La Propiedad Intelectual en el ALCA: Impacto sobre la salud de los
colombianos. Documento para el Gobierno colombiano. Agosto de 2003. 2 p.
REVIST@ eMercatoria Volumen 3, Número 1. (2004)
2
La inclinación de la balanza supone en sí la conquista anhelada por sectores con
intereses disímiles. ¿Que debe prevalecer la salud o el dinero?2 Parece que en una
economía de mercado no se tiene una respuesta sencilla, debido a los beneficios y
costos que están en juego, pero el panorama esbozado anteriormente impone la
necesidad de que el ordenamiento jurídico asuma, con urgencia, un papel que refleje
de manera más activa al interés público respecto a las patentes, debiendo atender la
siguiente pregunta: ¿Quién decide lo que es saber, y quién sabe lo que conviene
decidir?3
2) EL SABER COMO OBJETO DE COMERCIO
Al mismo tiempo que la sociedad entra en la edad post-industrial, el “saber” se
transforma y asume un papel definitivo para el desarrollo de las relaciones
internacionales actuales. El “Saber Comercial” es el conocimiento profundo de
métodos de producción de bienes y servicios que involucran en su formación altos
grados de investigación y desarrollo tecnológico4.
El saber ha perdido su carácter personal para asumir una condición de bien mercantil,
de valor, es decir, se produce para ser vendido, convirtiéndose así en la principal
fuerza de producción.5
Pero la producción del “saber” solo resulta si se tiene capacidad de inversión para la
investigación y desarrollo de procesos que permitan generar información para la
elaboración de bienes y servicios de gran demanda. Esto pone de presente como los
únicos generadores de “saber” de preciado contenido o información son los países
desarrollados, que cuentan con toda una infraestructura social, política y económica
para ello.6 Son pues los únicos oferentes del mercado internacional de esta clase de
productos, circunstancia que los ubica en una posición dominante en el escenario
mundial y que les permite al mismo tiempo, lograr en muchas ocasiones, que sus
exigencias económicas se sitúen por encima de las exigencias estatales de los países
en desarrollo, a causa de la presión ejercida por una nueva forma de circulación de
capitales: la empresa multinacional.7
2 WIENER, Norbert. Inventar. Sobre la gestación y el cultivo de las ideas. Barcelona: Metatemas 40,
1995. 20 p. “…la era de la megalociencia. Le disgustaba que el gran laboratorio de investigación –en
especial el laboratorio industrial, con proyectos bien definidos y un alto grado de especialización entre los
empleados- se estuviese convirtiendo en la norma, y expresa su temor de que los científicos e inventores
libres e independientes se conviertan en una r areza. Lamenta la proliferación de “aventureros científicos”
que sólo buscan enriquecerse, sin una verdadera vocación en la- ciencia en sí...”-“…el dinero sigue siendo
una motivación social de pr imer orden, leer que “el auténtico científico de primera categoría es, por la
propia naturaleza de su oficio, un hombre demasiado atareado para prestar mucha atención al dinero o los
signos de prosperidad ordinario” es un soplo de aire fresco…”.
3 LYOTARD, Jean-Francois. La condición postmoderna. Argentina: Rei, 1991. 24 p.
4 ZUCCHERINO, Daniel. El derecho de propiedad del inventor. Buenos Aires: AD-HOC S.R.L, 1995. 45
p. “Debe r esaltarse que dentro del nuevo sistema de creación de riqueza el nuevo héroe, no es ya el
trabajador man ual, ni el experto financiero ni el ejecutivo, sino el in novador, quien combina el
conocimiento, la imaginación y la acción. Los grupos sociales dirigentes de la sociedad del saber serán
los “tra bajadores del saber”, ejecutivos que saben como aplicar el saber a un uso pr oductivo:
profesionales del saber, empleados del saber”.
5 LYOTARD, Jean-Francois. Ob. Cit. 16 p.
6 CARSTEN FINK. How stronger patent protection in India might affect the behavior or transnational
pharmaceutical industries. Washington: Development Research Group The World Bank, 2000. 2p. Desde
1960, el desar rollo y pr oducción farmacéuticos ha sido dominado por un número limitado de
corporaciones transnacionales de países desarrollados como Estados Unidos, Aleman ia, el Reino Unido,
Suiza, Francia y Japón.
7 LYOTARD, Jean-Francois. Ob. Cit. 18 p.

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