Santa Rosa de Osos, naturaleza, territorio y Estado. ¿Un caso exitoso de participación política en el Proyecto Minero San Ramón?
| Autor | Andrés Carmona Toro |
| Cargo | Abogado de la Universidad Autónoma Latinoamericana -UNAULA, estudiante de la Maestría en Educación y Derechos Humanos de la misma universidad. Miembro de La Tertulia y el Observatorio de Derecho Constitucional, también de UNAULA |
| Páginas | 63-80 |
|63Facultad de Derecho • Vol. 3 núm. 6 • ISSN: 2463-0098 • Julio-diciembre de 2017
Facultad de Derecho • Vol. 3 núm. 6 • pp. 63-80• ISSN: 2463-0098 • Julio-diciembre de 2017
38 Este artículo es producto del proyecto de investigación formativa terminado “Mink’a Democrática” del Observatorio de
Derecho Constitucional de UNAULA, en la línea de investigación Constitucionalismo Crítico y Género, de la Facultad de
Derecho de la misma universidad. Contó con la participación de la docente Carolina Restrepo Múnera (coordinadora) y
los estudiantes Andrés Carmona Toro (investigador principal), Laura Cristina David Gómez, Luis Miguel García Correa,
Juan Sebastián Giraldo Villegas, María Susana Zapata, Juanita Zuluaga y Elizabeth González García (investigadores
auxiliares). El proyecto fue desarrollado a lo largo del calendario académico del año 2016, y el desplazamiento al
municipio de Santa Rosa de Osos, para el trabajo de campo en el estudio del caso, se llevó a cabo del 14 al 18 de
noviembre del mismo año.
* Abogado de la Universidad Autónoma Latinoamericana -UNAULA, estudiante de la Maestría en Educación y Derechos
Humanos de la misma universidad. Miembro de La Tertulia y el Observatorio de Derecho Constitucional, también de
UNAULA.
Santa Rosa de Osos, naturaleza, territorio y Estado38.
¿Un caso exitoso de participación política en el
Proyecto Minero San Ramón?
Andrés Carmona Toro*
Presentado: agosto 11 de 2017 - Aprobado: septiembre 2 de 2017
“¡Oh, el viaje a Santa Rosa, sobre oro edicada!”
Porrio Barba Jacob
Hace varios siglos, cerca al Río Porce que nace del beso acaudalado del Río
Medellín y el Río Grande, habitaba una comunidad indígena de lengua chibcha. Era el
norte de Antioquia del año 1541, cuando el capitán conquistador español Francisco
Vallejo dijo haber descubierto el Valle de los Osos. Pasaron menos de cien años para
que en 1636 fuera fundada como poblado por orden del Rey Felipe IV de España, al
descubrirse por los colonizadores las grandes reservas de oro que yacían en el sub-
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Santa Rosa de Osos, naturaleza, territorio y Estado
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suelo. Era el génesis del éxodo de los Nutabes que tenían ancestralmente sus raíces
en lo profundo de aquella tierra de la que fueron desplazados a causa de la pandemia
ornamental.
Casi quinientos años después, el primero de julio de 2015, Sostenibilidad Sema-
na publicó un artículo donde se preguntaba si el Proyecto San Ramón era un ejemplo
de minería responsable en el país, pues tras veinte años sin que fueran inauguradas
nuevas minas, por n se daba luz verde a un proyecto cuyo proceso de licenciamiento
se dijo que estaba basado en la transparencia y la construcción de consensos entre
la empresa Red Eagle Mining Company y la comunidad.
Esta noticia generó inquietud. Primero, porque la explotación de oro es lo que jus-
tica la fundación misma de Santa Rosa de Osos como municipio –que se llamó así
solo desde 1811–. Segundo, porque en pleno auge de tensiones sociojurídicas como
el desarrollo y un ambiente sano, la nación y la autonomía territorial, el interés general
y la identidad cultural, haber alcanzado un consenso con la comunidad en ejercicios
de participación política era un hecho sin precedentes.
Resultaba irresistible saber de qué manera había sido posible congurar los es-
pacios de discusión entre una multinacional extranjera y los santarrosanos, cuál había
sido el ideal normativo defendido por el Estado o la empresa minera en el ejercicio
democrático, o qué tan efectiva e incisiva había sido la participación ciudadana para
la toma de las decisiones públicas en el Proyecto Minero San Ramón.
La noticia fue, a primera vista, la perenne reminiscencia circular de la historia:
quinientos años después llega una vez más un nuevo poder extranjero, ya no militar
sino económico, ya no en nombre de la divinidad y la realeza sino por autoridad de la
Constitución y la ley, ya no haciendo uso de la represión y la fuerza sino del consenso,
pero con el mismo propósito de remover más tierra –en este caso mil toneladas por
día–, para extraer el oro y obtener las mayores utilidades posibles, con el n de recu-
perar las multimillonarias sumas que hasta ese punto una persona natural o jurídica
debe invertir en títulos, licencias, infraestructura, fuerza de trabajo e implementos de
dotación.
Era necesario ir hasta el lugar. La revisión documental era apenas útil para plan-
tear el problema y trazar hipótesis, pero las prácticas realizadas, los discursos estruc-
turados y las interacciones simbólicas solo podían ser precisadas si eran observadas
y estudiadas a partir de las relaciones o representaciones hechas por la misma co-
munidad en su propio contexto. Y así fue.
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