Trabajar para vivir, no para morir - 10 de Noviembre de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 696355661

Trabajar para vivir, no para morir

Las altas tasas de suicidio y muertes por infarto y apoplejías crecen debido a agotadoras jornadas laborales. Ya no es un tema exclusivo de Japón, pues en países como India, Corea del Sur y Taiwán ocurre lo mismo. En China, mueren a diario alrededor de 1.600 personas por el guolaosi, es decir, muerte por exceso de trabajo. En Japón se llama karoshi y causa muertes continuas, sobre todo a ejecutivos adictos al trabajo y/o por presión de su empresa. Pero la adicción al trabajo es un mal universal del que debería hablarse más para buscar soluciones a tiempo. Hay trabajadores compulsivos que se suicidan por cuotas, paso a paso acaban con su salud. A esa locura los llevan la ambición, la baja autoestima, el ego y la ausencia de vida espiritual. Acaso las dos palabras más importantes de la vida son amor y conciencia. ¿Qué sabe el humano de ellas? Del amor bien poco, y eso se ve en los mediocres resultados de su vida en pareja y sus relaciones con los demás. Pocos se interesan en aprender el exigente arte de amar y se contentan con desear, enamorar, querer y llamar amor a lo que no lo es. Amar es raro en la sociedad del consumo, el trabajo compulsivo, las apariencias, la obsesión por tener y el poco tiempo dedicado al ser y al espíritu. Y en ese desvarío es que se refleja la falta de conciencia y claridad sobre quién eres y a qué llegaste a este plano. Lo habitual es despertar conciencia a golpes, ante una muerte, una enfermedad o algo adverso. Solo entonces el humano se hace buenas preguntas y acaso decide darle prioridad al ser y no al tener. Algunos cambian de lleno y se ubican, otros cambian por un tiempo, y vuelven al...

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