Introducción
| Autor | Adriana Marcela Medina Carrillo |
| Cargo del Autor | Estudiante del doctorado en Derecho, Universidad del Rosario |
| Páginas | xiii-xvi |
xiii
Introducción
El punto de partida de esta investigación son los estudios contemporáneos
sobre migración internacional,1 y entre estos, especialmente, los dedicados a
los derechos de los migrantes a partir del traslado entre los sistemas de dere-
cho de las sociedades de origen y destino.2
A partir de la premisa de que la movilidad internacional, como proceso
geográco, también comprende un traslado entre los sistemas de derecho de
las sociedades involucradas, traslado del que los derechos de los migrantes
no hacen parte, este trabajo se ocupa de la manera en que los Estados3 y los
organismos internacionales4 han sometido la migración internacional a sus
1 Castles y Miller señalan que los estudios contemporáneos sobre migración internacional están
marcados, especialmente, por las siguientes tendencias: una globalización de las migraciones, una acele-
ración de la migración internacional, una diferenciación de los ujos migratorios, y una feminización y
politización de la migración (2003: 7). Se trata de circunstancias que acontecen entre los años ochenta
y lo transcurrido del siglo XXI, y que describen el marco de los estudios actuales sobre migración interna-
cional. El término de migración internacional se toma, de manera general, como la reubicación territorial
de individuos entre Estados-nación (Bauböck, citado en Ribas, 2004: 195).
2 El traslado entre sistemas de derecho, con ocasión de la migración internacional, hace referen-
cia a la movilidad que se da entre dos o más órdenes jurídicos estatales por efectos del desplazamiento
humano internacional. Abarca más allá del ámbito nacional y del derecho estatal, para contemplar
también las formas jurídicas (regulaciones, instituciones y culturas) que se producen en espacios locales
y trasnacionales (Santos, 2009: 290; Santos & Rodríguez, 2007: 19).
3 Se hace referencia al Estado moderno como la estructura organizativa que surge de la superación
de la conciencia nacional ligada al aspecto religioso, y que constituye un ente independiente de cualquier
control extranjero, pero cohesionado en torno a una conciencia nacional que presupone un territorio y
una forma central de gobierno (Weckmann, 1993: 243-261).
4 Para efectos de esta investigación, se toma principalmente a la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) como organismo central del sistema internacional de derechos humanos (Forsythe, 2000:
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