La administración científica de F.W. Taylor - Teorías clásicas de la organización y el management - 1ra edición - Libros y Revistas - VLEX 878823583

La administración científica de F.W. Taylor

AutorGuillermo Murillo Vargas
Páginas47-191
INTRODUCCIÓN
Frederick Winslow Taylor, considerado por muchos como el “padre de la admi-
nistración”, es uno de los principales exponentes del pensamiento administrativo
clásico. Taylor, al contrario de la visión práctica de Henry Ford, ofrece una
primera aproximación teórica “científica” sobre el quehacer administrativo, así
desarrolla sus ideas sobre la organización de las actividades industriales, enfo-
cándose especialmente en los problemas de “dirección y organización” del taller
industrial.
Taylor con su obra Principios de la administración científica, sus colabora-
dores y sus seguidores intentaron, desde el enfoque de la racionalidad científica,
elaborar una forma sistemática de organizar la empresa. Louis Bradel denominó
este enfoque como “Scientific Management”. En su época (Finales del siglo XIX),
este enfoque despertó muchas expectativas, incluso tuvo una rápida difusión, ya
que hablaba de las posibilidades de controlar, casi con exactitud matemática, la
actividad organizativa de la empresa industrial.
Hasta su aparición, se pensaba que era suficiente, simplemente con esforzarse por
la profesionalización de la dirección para darle una base sólida a la organización
industrial, y por consiguiente progresar constantemente en la dirección (management)
del sistema productivo. Con el pensamiento de Taylor, se orienta el quehacer pro-
ductivo a la racionalización; entendiendo racionalización como un comportamiento
“científico” opuesto al mero “arte” empírico basado en la experiencia y orientado a
la “razón instrumental”, que hace énfasis en la eficiencia y la tecnologización de la
planificación y organización de los factores de producción.
Es difícil no aproximar el desarrollo de la visión racionalista de Taylor a la pers-
pectiva tecnocrática de la interacción entre hombre y naturaleza que tenía tam-
bién su desarrollo en la época, en otras palabras no puede negarse la influencia
entre el pensamiento de Taylor y el pensamiento teórico económico moderno, el
cual estaba enmarcado dentro del paradigma del “homo economicus”. Es clara
la conexión cuando se entiende que siendo Taylor un ingeniero, construye su
pensamiento desde una perspectiva técnica, en otras palabras, el ingeniero apli-
ca al mundo real los conocimientos de la nueva ciencia, siguiendo así el común
de los ingenieros en el marco de la Revolución Industrial, enfoque sobre el cual
se desarrollan las ideas y modelos modernos sobre la organización.
Es importante aclararle al lector que este planteamiento de “gestión científica del
trabajo”, es asumido hoy en día como un enfoque carente de toda sensibilidad
humana hacia el trabajador, el cual no corresponde sino a una visión recortada y
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sesgada de la verdadera intencionalidad de Taylor y su pensamiento
organizacional, en otras palabras, no corresponde a la visión donde el malo de la
película es el taylorismo y el bueno –o salvador- el movimiento de las relaciones
humanas, nacido de los famosos experimentos en la fábrica de Hawthorne rea-
lizados por Mayo y sus seguidores. Al respecto, Taylor dice que “El principal
propósito de la administración debería consistir en asegurar el máximo de pros-
peridad al empleador, unido al máximo de prosperidad para cada empleado
(Taylor: 1971; 133), prosperidad orientada no solamente al logro de grandes
dividendos para los dueños de la empresa, sino que incluía al empleado, quien
en recompensa por un buen trabajo debería percibir un salario por encima del
corriente, logrando así índices elevados de eficiencia en una relación mutua y no
antagónica de beneficio para las partes en conflicto.
Es importante que el lector entienda que no debe caer en uno de los dos extre-
mos de la discusión, por un lado el de la racionalidad tecnológica o por otro
lado, en el de la gran virtud motivacional de las relaciones humanas en el ámbito
del quehacer organizacional. Sin embargo, sí es nuestro interés advertir al lector
sobre los excesos cometidos en nombre del taylorismo especialmente sobre
aspectos humanos; aunque es evidente que la dimensión lógica y técnica del
organizar, tal como pretendió sistematizarla el taylorismo, sigue siendo una exi-
gencia esencial para todo sistema “socio - técnico”; lo que se confirma con la
vigencia del pensamiento taylorista y fordista en las empresas colombianas.
Es claro que esas teorías surgidas de la revolución industrial, que recogen ideas
sobre la organización de pensadores anteriores como Adam Smith y Charles
Babbage, han marcado las pautas del desarrollo de la organización industrial enfo-
cado durante todo un siglo en la “eficiencia técnica” de los sistemas de producción.
En este sentido, lo que para muchos constituye una nueva revolución industrial,
la “nueva ola”, el Toyotismo, Lean Manufacturing, entre otros, son manifestacio-
nes más sofisticadas y complejizadas de los principios básicos de la teoría cien-
tífica; especialmente en lo que concierne a la eficiencia técnica y a la infraestruc-
tura para la “productividad”; situación que fácilmente permite validar la vigencia
de algunos aspectos del pensamiento “taylorista” y “fordista”.
Para terminar esta introducción, se pretende que el lector entienda los aportes
de Adam Smith sobre su visión del universo económico y la división del trabajo;
de Charles Babbage y su incansable búsqueda de la reducción del costo del
trabajo a través de la división máxima de actividades; y de Frederick Taylor y su
organización racional del trabajo. Considerados hoy en día como los aportes
fundamentales que soportan todo el pensamiento administrativo dominante en el
occidente industrializado de principios del siglo XX.
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PARTE II. LA ADMINISTRACIÓN CIENTÍFICA DE F.W. T AYLOR
CONTEXTO HISTÓRICO
La división del trabajo en el moderno sentido del término, tiene sus inicios en la
Revolución Industrial. Taylor desarrolla sus ideas a partir de los planteamientos
hechos por varios pensadores; el matemático de Cambridge, Charles Babbage
(1792-1871), quien habla de el menor costo del trabajo subdividido; el físico
Charles Auguste de Coulomb (1736-1806), quien quiso determinar “la cantidad
de acción que los hombres pueden prestar por su trabajo asalariado, según las
diferentes maneras como pueden emplear sus energías”, y el máximo de rendi-
miento en el trabajo que podía provocar el fenómeno de cansancio; estas ideas
fueron anticipadas por el mismo Leonardo da Vinci (1452-1519).
En este sentido, se pueden mencionar tres pilares fundamentales en el pensa-
miento administrativo occidental que soportan todo el pensamiento administrati-
vo dominante en occidente industrializado a principios del siglo XX, que se re-
gistran en la denominada Administración Científica del Trabajo. El primer pilar
conocido corresponde a los aportes de Adam Smith referentes a su visión del
universo económico, maravillosamente regulado por una “mano invisible”, y al
equilibrio del mercado surgido de la confrontación de los intereses individuales
de sus actores. El segundo pilar es Charles Babbage y su búsqueda de la reduc-
ción del costo del trabajo a través de la división máxima de actividades. Para
finalmente llegar a los aportes de Frederick W. Taylor y su organización racional
del trabajo.
Adam Smith (1723-1790): de la mano invisible a la organización racional
del trabajo
Adam Smith atravesó una época de grandes transformaciones, también conocida
como la Revolución Industrial. Su aporte más valioso consistió en la observación
que hizo de su entorno acerca del rumbo de la industrialización de occidente.
Considerado el inventor de la ciencia económica, a su vez, resaltó las virtudes de
la división del trabajo y lo presentó como uno de los procesos más decisivos y
beneficiosos para la humanidad. Entre los beneficios de la división del trabajo
considerados por Smith encontramos: la aceleración de la producción y la ga-
nancia de tiempo, el incremento de habilidades y el mejoramiento en la capaci-
dad de innovar.
Otro elemento importante señalado por Smith es la idea de mercado, el cual
define como el regulador de los intercambios entre los individuos que no están

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