Ausentismo parlamentario
| Autor | Laura Wills-Otero - Angelika Rettberg |
| Páginas | 181-206 |
Capítulo segundo
Ausentismo parlamentario
Presentación y operacionalización de la variable
La inasistencia de los parlamentarios a las sesiones programadas por el Senado
o la Cámara ha sido uno de los aspectos más discutidos sobre el trabajo legis-
lativo en diferentes medios de comunicación. En los momentos en que existe
algún plan legislativo especíco, presentado por algunos sectores guberna-
mentales, sobre el cual crean un ambiente de gran expectativa e importancia
para el país, se procura hacer notoria, si hay demora en su aprobación, la res-
ponsabilidad de los legisladores por no asistir al Parlamento. Los medios publi-
citarios voceros del Ejecutivo presionan al Legislativo por medio de la creación
de imágenes de desprestigio, bien sea de la institución parlamentaria o de los
congresistas ausentistas. Este sistema se ha venido acentuando en los últimos
años, a la par con el predominio del Ejecutivo sobre el Legislativo dentro de la
unidad del Estado.
Sin embargo, nadie sabe a ciencia cierta en qué proporción o en qué cir-
cunstancias se produce el ausentismo, no obstante se propague que el fenó-
meno se ha agravado cada vez más. En este sentido, se observa que en las
críticas se tiene poco en cuenta el número de sesiones que se llevan a cabo en
cada periodo, aunque, algunas veces, en forma indirecta, se vislumbra el fenó-
meno de que muchas sesiones programadas se frustran por falta de quorum.
De esta manera, se puede apreciar que tanto el volumen de sesiones como el
ausentismo personal producido en las sesiones llevadas a cabo son fenómenos
complementarios, ya que este se mira a través de aquellos desde dos ángulos
distintos pero convergentes. La intención de este capítulo es presentar el pro-
blema del ausentismo de una manera objetiva, sobre la base de datos extraídos
a partir de , enriquecidos con un somero análisis histórico.
E C R C
Para este efecto se han tomado dos series de indicadores específicos.
Por una parte, se tiene el número de sesiones producidas en el Senado y en la
Cámara, a partir del año base (), tomadas separadamente por años legisla-
tivos y según hayan sido las sesiones ordinarias o extraordinarias y especiales.
Por otra parte, se elaboró un indicador de ausentismo en el que se relacionan
el número de asistencias individuales posibles en cada año legislativo por se-
parado, en sus periodos ordinarios o extraordinarios y especiales, y el número
de asistencias individuales que realmente hubo. Ambos datos se toman en
función del número de sesiones que se produjeron. La asistencia posible se cal-
culó por el producto entre el número de parlamentarios de cada Cámara con
posibilidad de asistencia (total de principales elegidos) y el número de sesiones
habidas en el respectivo año. La asistencia y el número de sesiones se tomaron
directamente de los Anales del Congreso, por medio de las llamadas a lista, las
especicaciones de quiénes llegaron durante el desarrollo de cada sesión y la
relación de todas las sesiones ocurridas. De esta manera, el índice señala el
porcentaje de ausentismo general durante cada lapso considerado. Por desgra-
cia, la información recopilada en los Anales del Congreso trae la relación com-
pleta de llamadas a lista y asistencia solo a partir del año legislativo -.
Desde el año , hay algunas deciencias en la información de asistencia,
pero estas se subsanaron casi en su totalidad.
Número de sesiones
Si se toma el número de sesiones transcurridas a partir de , se pueden
aclarar algunas de sus características generales, teniendo en cuenta que el lapso
de trabajo legislativo ordinario es por lo general constante ( días para cada
año legislativo). En el tabla así como en el gráco se puede ver el número de
sesiones ordinarias del Congreso desde hasta . Una de las tendencias
generales que se aprecian a primera vista es la relación más o menos estrecha
existente entre el número de sesiones del Senado y el de la Cámara. Este fenó-
meno es explicable en razón de que el trabajo legislativo de las dos cámaras
es complementario. También los acontecimientos políticos relacionados, bien
con el aspecto legislativo, con las personas que forman el Congreso o con los
problemas que requieren la atención institucional o externa al Parlamento por
parte de los congresistas, conuyeron de manera similar en la programación
de las sesiones ordinarias de ambas cámaras. Las mayores variaciones obser-
vadas entre el Senado y la Cámara se ven en los años legislativos de , ,
, y, sobre todo, en . En , la mayor diferencia en el número
de sesiones se debe a que el Senado continuó controlado por la oposición
conservadora, en tanto que la Cámara, en la elección directa de tal año, logró
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