Los caminos de la NO violencia
| Autor | Graciela Peyrú |
| Cargo del Autor | Presidenta de la Fundación para la Salud Mental |
| Páginas | 161-185 |
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Los caminos de la NO violencia
The paths of NO violence
“La comunidad de las víctimas es la misma que la que une a la víctima con el
verdugo, pero el verdugo no lo sabe”
Albert Camus
De acuerdo con lo planteado por Sharp en el tercer tomo de su libro Las polí-
ticas de la acción no violenta:
la acción no violenta es una manera de ejercer poder político y social que no
involucra a sus participantes en el uso de violencia. Para poder tener éxito debe
actuar sobre el poder sostenido por sus oponentes en forma reiterada. Utiliza
tácticas de lucha distintas de aquellas que utilizan la acción violenta para los
mismos propósitos. (Sharp, 2000, p. 451)
El autor dice: “combatimos con armas psicológicas, sociales, económicas y
políticas” y centra el eje de la lucha en quitar toda colaboración de las víctimas
con su victimario. Esta desobediencia civil puede organizarse en diversas
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Mujeres en riesgo. Catalizadores de la violencia de género
prácticas sociales: manifestaciones, huelgas, resistencias físicas pasivas, boi-
cots, entre otras.
Son intercambiables coloquialmente los términos: “noviolencia”, “no-vio-
lencia” y “no violencia”, aunque no signiquen exactamente lo mismo. La no
violencia es todo un programa de tipo ético, social, económico y político de
emancipación y cambio social que fue introducido dentro de las páginas de la
historia por Mahatma Ghandi en su lucha por la emancipación India del poder
Británico.
Los movimientos por los derechos de la mujer, por su desarrollo histórico
y sus actividades, participan de los dinamismos de las acciones no violentas y
utilizan una variedad medios con este propósito: libros, artículos, reuniones,
discursos, debates por radio, televisión, etc. Uno de los dinamismos más
potentes, cuando es masivo, el retiro de la colaboración, puede llegar a des-
integrar la situación social preexistente. Este tipo de dinamismo no ha sido
activado con frecuencia por quienes laboran para enfrentar la violencia social
contra las mujeres.
#METOO #NiUnaMenos y #NosQueremosVivas producen acciones reite-
radas, colectivas y actos públicos simbólicos. Los métodos más habituales de
protesta incluyen marchas, tanto de mujeres como de hombres, denunciando
las situaciones existentes.
Hay muchos sentidos en los cuales los programas no violentos cuestionan
el poder aún más directamente que las acciones bélicas. Estas estrategias
también involucran riesgos, como mostraron reiteradamente las luchas de las
sufragistas, y habilidades especiales. Esto se puede ver también en los movi-
mientos por los derechos civiles de los negros de Estados Unidos y los diversos
movimientos pacistas y ecologistas del mundo entre otros.
En ese camino, la primera barrera a vencer es la creencia popular de que
la violencia es una solución y no un problema o que, por lo menos, es un
mal necesario e inmodicable. Frases populares como: “un buen cachetazo
lo hubiera resuelto”, resumen esta opinión. ¿Qué es lo que la bofetada hubiera
resuelto? ¿Una interrupción temporaria al conicto en cuestión? A lo sumo,
lo que hubiera logrado una bofetada es la interrupción del altercado. A corto
plazo, parece una solución. Con los años, será el paso inicial de un continuo
ciclo de violencias.
Modicar la convicción de que las conductas violentas contra las mujeres
son un modo de actuar legítimo y natural, requiere un trabajo sistemático con
acciones no violentas. Quizá parte de esta tarea incluya cuestionar la convic-
ción corriente de que es necesario, dentro de una crianza normal, aplicar el
castigo físico a los niños y a las niñas.
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