Capítulo IV: Elementos para una reconstrucción del estatuto epistemológico de la cultura política
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INTRODUCC IÓN
La cultura política, como bien lo plantean diferentes manuales de
ciencia política en las diversas tradiciones anglosajona, continental e
iberoamericana, constituye una de las subdisciplinas estructu rales dentro
de la ciencia política contemporánea1 cuyo origen es el ya clásico estudio
de Almond y Verba sobre la cultura cívica (1992) el cual constituye un
concepto determinante de la disciplina en la medida en que proporciona
vigentes, desde una perspectiva macropolítica, al tiempo que permite
acercarse a una interpretación de las actitudes individuales frente al
mismo, desde una perspectiva micropolítica. La cultura política, por
tanto, se presenta a un mismo tiempo, como un objeto de estudio y la
subdisciplina que lo aborda, al interior de la ciencia política. Tiene pues
Pero la cultura política ha tenido un intenso desarrollo, no exento
estatuto mismo. Y la principal razón de ello sin duda ha sido el carácter
multidisciplinario de su concepto. En efecto, como otras disciplinas
que al ser incorporadas al corpus de la ciencia política han tenido que
1 Ver, entre la amplia literatu ra al respecto, a y (1998);
(1999); Cohen y Arato (2001); Pasquino (1993); Águila (1997) y Mejía (2004).
Oscar Mejía Quintana - Diana Hincapié Cetina154
( 2006), la cultura política de manera análoga ha tenido que
deslindar fronteras con diversas disciplinas.
En efecto, la sociología, la antropología, la psicología, la historia, la
comunicación se han acercado y se acercan a su objeto de estudio y a su
problemática, cada cual, desde la visión particular de su disciplina, lo que
además se problematiza adicionalmente en cuento es claro, aquí más que
en otras subdisciplinas de la ciencia política, la necesidad de una mirada
plural que logre reconstruir la complejidad de su realidad y problemática.
De ahí la importancia que los estudios de A y
tuvieron en cuanto son ellos los que, desde la tradición funcionalista,
aborda la cultura política en un primer momento y, pese a las
limitaciones que el funcionalismo impone sobre la misma, permite
independizarla de las otras miradas y emplazarla al interior de la
también reciente ciencia política angloamericana.
Este escrito busca reconstruir la problemática de la cultura
política, sus orígenes, desarrollo y replanteamiento de tal suerte
que, parafraseando a , cuando decía que “el problema de la
historia es la historia del problema”, podamos detectar en su discurri r
ha decantado hoy tanto a nivel universal, como de América Latina y
Colombia (H, I y , 2005).
En ese orden, la hipótesis de trabajo que intentaremos ilustrar es
la sig uiente:
de las rupturas con la versión inicial del funcionalismo asumiendo,
en una de sus tendencias, la hermenéutica crítica como estr uctura
vertebral de inter pretación de la misma, tomando como u nidades de
análisis las problemáticas sobre el car ácter híbrido de su condición
sociológica, los modelos socioculturales predom inantes en el abordaje
de la misma, el diagnóst ico de nuestras neodemocra cias y la proyección
autoritaria que pa recen asumir en el contexto latinoamericano,
los mitos de estado-nación como dispositivo de dominación y
alcance de la alienación en la socied ad global postmoderna a t ravés del
dispositivo de la democracia liber al y la plausibilidad emancipatoria
de la democracia radical , real y disputatoria.
Para el efecto, en una primera parte abordaremos lo que fueron los
orígenes de la disciplina, los supuestos y derivaciones metodológicas
Capítulo IV. Elementos para una reconstrucción del estatuto espistemológico... 155
del planteamiento, acercándonos a las críticas que le hicieran al
modelo funcionalista y los replanteamientos que se formularon para
construir un cuerpo teórico más universal. En la segunda parte se
básicamente, la tradición hermenéutica y crítica continental europea, y
en qué términos se pudo reconstrui r una disciplina menos etnocéntrica
y occidentalista, cuyos parámetros pudieran ser aplicados de manera
más amplia y menos sesgada a los contextos latinoamericanos,
especialmente. En la tercera se explorarán las unidades de análisis y
las problemáticas centrales desde las cuales fundamentar el estatuto
epistemológico de la cultura política.
1. LA CULTURA POLÍTICA COMO DISCIPLINA
y que la proyectan
como una categoría estructural para la comprensión de las democracias
occidentales. El concepto de partida establecía la cultura política como
hacia el sistema político, sus partes componentes y uno mismo como parte
del sistema proponiendo un aparato metodológico para la comprensión
de la cultura política con base en la exploración de tres dimensiones de la
relación agente-sistema político ( y 199 2).
La pregunta de A y es clave en su momento, en pleno
periodo de la Guerra Fría, es acerca del carácter que la cultura política
mundial asumiría en este contexto entre democracia y totalitarismo,
frente a lo cual se hacía imperativo preguntarse por los procesos
sociales que sostienen a los sistemas políticos, máxime cuando las
tendencias observables en ese momento en el Tercer Mundo mostraban
una peligrosa inclinación hacia regímenes socialistas y un rechazo
potencial a la democracia liberal. Incluso es interesante observar
de la cultura política y del tipo de cultura política que pueda sostener
los procesos democráticos es insalvable (A y , 20 02).
En realidad, el escrito –sin mencionarlo– es un intento, primero,
por traducir a categorías funcionalistas, en boga en ese momento en
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