Conflictos ambientales en ecosistemas de alta montaña: páramos
| Autor | Carlos Alfonso Rueda Ardila |
| Páginas | 29-147 |
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Conf lictos ambientales en
ecosistemas de alta montaña:
páramos
Revisadas alg unas nociones sobre ecosistemas de alta
montaña, páramos y los conictos ambientales, en este
capítulo, damos paso al estud io de algunas investigaciones
en las que se hacen ejercicios importantes de diagnós-
tico, experiencias y propuestas de resolución de conictos
ambientales, para comprender las tensiones que les son
comunes a estos ecosistemas y las estrategias de gestión.
A la par, se incorporan referencias documentales sobre el
páramo de Ocetá para ilustra r las tensiones previamente
diagnosticadas en el plan de manejo ambiental () del
Parque Natural Regional Siscunsí-Ocetá ( Sis cunsí-
Ocetá). Además, se pretende generar un debate respecto
de la concepción de área protegida, sus formas y alcances
ante las gentes que la habitan.
Existen múltiples investigaciones que evidencian cómo
algunas comunidades étnicas, campesinas y rurales han
asentado su estilo de vida en complejos paramunos,1 e
incorporado actividades agr ícolas, ganaderas y mineras
1 Indagando el conc epto en bases de datos y ante en el Min isterio de
Ambiente y Desar rollo Sostenible (M inAmbiente), no se encontró de nición
legal ni técn ica del término, mas sí algu nos elementos que dan cuenta de
su signic ado. El concepto fue utiliz ado por primera vez en Colombia por
Alexande r von Humboldt y puede entenderse como el conjunto o u nión de
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que han acentuado una conictiv idad con los usos del suelo
permitidos en estos lugares. Dada la importancia ecológica
producto de los múltiples servicios ecosistémicos que presta
tan valioso ecosistema a la humanidad (y otros elementos
de la naturaleza), es imperioso ahondar en los conictos,
sus actores e incidencias, y así visualizar alternativas de
desarrollo que permitan ar ticular dinámicas de cultura y
economía local con la correcta funcionalidad ecosistémica.
Conforme a ello, a continuación se expondrán los estud ios
más relevantes sobre conictos ambientales en ecosistemas
de alta montaña, para posteriormente ilustrar la compleji-
dad conceptual que reviste este bioma tan peculiar.
Las tensiones entre conservación de áreas de especial
importa ncia ecológica2 y actividades productivas derivan
en transgresiones a derechos tanto individuales como
colectivos. Lo anterior puede enmarcarse en un con icto
de distribución ecológica, entendido este último según
dos o más páramo s (u otros ecosistemas) que pueden esta r aislados, pero
que constituye n una unidad entre sí.
2 A par tir de la revisión téc nica, normativa y ju risprudencia l, es posible
construi r el concepto de áreas de especial importanci a ecológica, el cual puede
enmarcase en a quellos espacios que producto de pro cesos ecológicos y evo-
lutivos natur ales han deriva do en la oferta de múltiples bie nes y servicios
ambientales ese nciales para el biene star humano y la dive rsidad biológica. El
Artícu lo 79. Todas las persona s tienen derecho a gozar de u n ambiente sano
de la Constituc ión Política de 1991 alude a l deber del Estado de conserva r
las áreas de es pecial importancia ec ológica. Bajo ese tenor, la Corte Cons-
estas áreas , tales como a) asegura r la continuidad de los proceso s ecológicos
y evolutivos natu rales para mantene r la diversidad biológica , b) garantizar la
oferta de bienes y ser vicios ambientales e senciales para el bienes tar humano
y c) garantiza r la permanencia del medio nat ural, o de alguno de su s com-
ponentes, como fun damento para el manteni miento de la diversidad c ultural
del país y de la va loración social de la nat uraleza.
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Monterroso (2008, p. 231) como las asimetrías o desigual-
dades sociales, espaciales y temporales en el uso humano
de los recursos y servicios ambientales.
Derechos fundamentales como la vida, la sa lud y el
mínimo vital pueden afecta rse si se garantiza el derecho
al medio ambiente sano por medio de la preservación y
conservación restrictiva, e igualmente vulnerarse si no se
hace, de ahí la importancia de hacer e sfuerzos de diagnós-
tico sobre conictos ambientales para atenderlos y formular
ejercicios de armonización o ponderación.
Al respecto, Henao Mera (2018) expone tal tensión al
referirse al Sistema de Parques Nacionales Naturales, cuya á rea
de protección ambiental es del 12% del territorio nacional,
como un límite a los derechos al mínimo vital y la vivienda
digna de las comunidades asentadas en estas á reas, “debido a
que las mismas prohíben en su totalidad la utilización de los
recursos natura les con independencia del uso permanente que
pudieran haber llegado a realizar sus moradores antes de ser
declaradas como áreas protegidas”
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(p. 55).
De ello resulta necesario admitir que los derechos al
mínimo vital y a la v ivienda digna pueden verse seriamente
afectados, pues la fuente de sustento se vería comprometida:
“De cumplirse de manera ta xativa las prohibiciones estipu-
ladas en la normatividad de , un campesino que habite
en los mismos y que haya dedicado toda su vida al desa-
rrollo de actividades productivas como la pesca artesanal,
3 Conforme a lo e stipulado en el Dec reto 1076 de 2015 (art.2.2 .2.1.1.2,
lit. a), se entiende por área pr otegida el área den ida geográca mente
que haya sido desig nada, regulada y adm inistrada para alca nzar objetivos
especíco s de conservación.
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