Educación popular y género: mirada desde América Latina y el Caribe
Autor | Héctor Fabio Ospina y Alba Inés Cano-Ballesteros |
Páginas | 117-136 |
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Capítulo 4
EDUCACIÓN POPULAR Y GÉNERO:
MIRADA DESDE AMÉRICA LATINA
Y EL CARIBE
Héctor Fabio Ospina
Alba Inés Cano-Ballesteros
4.1. IntroduccIón
Uno de esos sueños por los qué luchar, sueño posible pero
cuya concreción requiere coherencia, valor, tenacidad,
sentido de justicia, fuerza para luchar, de todos y todas
los que a él se entreguen, es el sueño de un mundo menos
feo, en el que disminuyan las desigualdades, en el que las
discriminaciones de raza, de sexo, de clase sean señales de
vergüenza y no de afirmación orgullosa o de lamentación
puramente engañosa.
Paulo Freire
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•Héctor Fabio Ospina, Alba Inés Cano-Ballesteros
Educar, para Freire y para algunos pensadores y pensadoras
de América Latina, es un proceso histórico, social, político,
cultural y económico, que tiene que ver con formar a hombres
y mujeres —que son diferentes— como iguales, con el fin de
desarrollar relaciones de cooperación, reconocimiento e inclu-
sión, y relaciones de sostenibilidad con nuestra casa-mundo. Se
prepara y se educa para que la comunidad de hombres y muje-
res esté en capacidad de establecer históricamente relaciones
de equidad y de igualdad de género, etnias y generaciones, de
igualdad de clase social y de convivencia con la casa-ambiente.
Estos factores relacionales se conciben transversalmente y se
entrecruzan unos con otros en los procesos sociales.
Los hombres y las mujeres necesitamos formarnos mediante
una educación que se conciba desde una perspectiva ético-
política, de bien común, de nuevos valores, de justicia social,
de igualdades, de respetos, de responsabilidades sociales e
individuales, de cooperación y colaboración, de convivencia
y fraternidad, de participación; una educación que implique
co-determinaciones, autonomías, libertades, reconocimiento de
otredades, cuidado de los otros y del ambiente, aceptación de
las diferencias, asunción de las diversidades, de las particulari-
dades, de las singularidades, de las confianzas, de las lealtades;
que incluya honestidad, sinceridad, dialogicidad, búsquedas
colectivas e históricas.
La educación se concibe como una tarea humana crítica,
develadora de la realidad, de las contradicciones, de los proble-
mas, de los sometimientos, de las dominaciones, de las coloniza-
ciones, de la explotación, de las exclusiones, de las negaciones,
de los desconocimientos, de las ideologías, de las violencias,
de los maltratos, de las guerras, de las despolitizaciones, de la
corrupción, del deterioro del ambiente, de las negaciones de la
diferencia, de los autoritarismos, del patriarcalismo, del poder
del mercado, de la negación del rostro del otro, de la mentira.
Se trata de aprender a vivir como iguales y con la naturaleza,
a convivir como comunidad de hombres y mujeres que somos
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