El gobierno y el globo - Economía para todos. El capital justo - Libros y Revistas - VLEX 850620843

El gobierno y el globo

AutorPhilip McShane
Páginas115-142

EL GOBIERNO Y EL GLOBO
Probablemente este tema sea el más patente para el lector, así sea solo
un principiante en economía. El régimen scal trat a de agarrarse rme-
mente a sus ingresos y gastos. Los medios de comunica ción lo sintoni-
zan con los acuerdos comerciales y la deuda externa del tercer mundo.
Empero, no es fácil ir más allá de las apariencias y de la confusión
hasta el meollo del asunto. Los dia rios económicos hoy están atiborra-
dos de artículos eruditos sobre las estructuras tributarias, las uctua-
ciones de las tasas de ca mbio, las políticas de exportación de los países
menos desarrollados, el problema de la deuda internacional. Nuestros
esfuerzos introductorios no pueden adentrarse en estas sutilezas, pero
tal vez al na l de un arduo trabajo en este capítulo, los lectores puedan
alcanza r una arista, los inicios de una perspectiva sobre los componen-
tes que hacen falta en las investigaciones actuales en la economía del
comercio internacional y las operaciones gubernamentales.
Usted ya tiene un bosquejo de lo que hace falta gracias a su vi-
sión primaria de los dos ujos de la economía ensamblados en nuestra
diagramación básica de los ujos y sus cruces. La economía actual no
tiene —y, mucho menos, se desarrolla— en torno a estas distinciones.
Los circuitos básico y agregado, y los requisitos para su engra naje equi-
librado, no son asuntos de los textos de primer año de universidad; y su
ausencia lanza a los estudiantes a la desorientación, a la antipatía y a la
relativa irrelevancia de la teoría económica actu al, a la vez que los predis-
pone hacia el comercio y la tributación. Así que lo que añadimos aquí a
la perspectiva de los capítulos anteriores no se parecerá al tratamiento
 Economía para todos
que por lo regular se les da a estos temas. A la precisión de nuestro
diagrama de los circuitos vamos a agregar y a superponer los circuitos
que corresponden a las operaciones del comercio internacional y el Go-
bierno nacional. Pero, además, con el n de ocuparnos de la economía
internacional, debemos añadir un dia grama tras otro, de modo que cada
uno corresponda a una unidad económica reconocida: una nación o
un grupo de naciones.1 Bernard Lonergan, en su primer intento por
abordar este tema, escribió:
Bien sea por fatiga mental o por imposibilidad objetiva, no veo que
sea posible un estudio genera l de la interacción de varias e structuras
mecánicas. L os problemas son demasiado complejos. Sin embargo, las
soluciones de los asuntos particulares sí son posibles; así que, una vez
el investigador se asigna un objetivo nito y limitado, y a medida que
van apareciendo estos a suntos, él puede prescindir de una innidad d e
temas irrelevante s para localizar el punto exac to en la mano.2
Aquí tenemos un objetivo limitado: localizar de ma nera amplia
los efectos del comercio y del Gobierno en los ritmos de los dos
circuitos. La clave para hacer esta necesaria ampliación de nuestra
exposición, que va más allá de las consideraciones de una economía
cerrada, es conectar las economías mediante sus funciones redistri-
butivas. Inicialmente, puede ser útil imagin ar nuestra isla acoplada
como una unidad al resto del globo, de modo que ahora va a tener
dos diagramas de los circuitos. Si su imaginación se lo permite,
puede avanzar mucho más para que vincule las unidades económi-
cas mundiales en niveles, apilándolas una sobre otra, así como se
hacía con los antiguos discos de música, c onectando cada diagrama
1 Jane Jacobs, C ities and the Wealth of Nations (Nuev a York: Random Hous e, 1984);
traducción al e spañol de I. Hierro: Las ciudades y la rique za de las nacio nes. Principios d e
la vida económi ca (Barcelona: A riel, 1986); este texto e s muy útil en este luga r para una
reexión sobre el proble ma de las unidade s económicas y las autonom ías locales. También es
provechoso Robins on y Eatwell, An Introduction acerca de l a pregunta: “¿Por qué hay proble-
mas en la bala nza de pagos en el Rei no Unido y no en el condado de Oxfords hire?”, 245.
2 Lonergan, For a New, cap. 6, sección 45, 94. Evidenteme nte, no se trata de fati ga
mental: el proce so económico es no sis temático de múltiple s modos. Véase Lonerga n, In-
sight, índice, entra da “No sistemático”.

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