La hybris totalitaria - La configuración política del totalitarismo - Totalitarismo y paranoia. Lecturas de nuestra situación cultural - Libros y Revistas - VLEX 851269446

La hybris totalitaria

AutorCarolina Andrea Montoya
Páginas41-64

LA hy bris TOTA LITARI A*
Carolina Andrea Montoya
Este trabajo hace parte de u na investigación sobre las relaciones entre
un pasado genocida y su confrontación en el presente, es decir, sobre
las formas de narrar este acontecimiento del terror contemporáneo
y los ámbitos en que se instala el silencio y el problema de la violen-
cia. Adriana Cavarero ha creado un neologismo que se reere a la
violencia contemporánea: “En el amplio repertorio de las violencias
humanas, hay una particularmente atroz cuyos fenómenos podrían
ser resumidos bajo la categoría de horrorismo” (Cavarero 2009, 12).
Este estudio sostiene que la interpretación de Hannah A rendt en los
años cincuenta sobre el terror (hybris) se mantiene vigente para la
comprensión de nuestro presente. Tal como lo argumenta Adriana
Cavarero, catalogando los vacíos de sentido que el léxico político
no consigue colmar con la maquinaria tradicional de sus conceptos,
sostengo que nuestras masacres en Colombia pertenecen a la escena
congelante del horror contemporáneo:
Como es obvio, los nombres no cambian la sustancia de una época
que ha llegado a escribir el capítulo más largo y anómalo, si no más
repugnante, en la historia hum ana de la destrucción. Tampoco la cru-
* La ide a inicial de este ar tículo se enmarc a en uno de los problemas plante ados en mi
proyecto de doctora do en la Ponticia Universidad Catól ica de Chile. El presente tr abajo se
desarroll a igualmente en el proy ecto de investig ación La experienci a del terror totalita rio,
inscrito con el Id 00 00000000 06313 en la Vicerrectoría de Investig aciones de la Ponticia
Universidad Javeriana.
 La hybris totalitaria
da realidad de cuer pos destrozados, desmembrados y quemados puede
conar su sentido a la lengua en general o a un sustantivo en parti-
cular. Bien mirado, hay, sin embargo, un vocabulario especíco de
la violencia sobre los inermes que es conocido, no solo en la tradición
occidental, desde hace m ilenios. Inaugurado por las masacres bíblicas
de los inocentes y pasando por varios acontecimientos que incluyen la
aberración de “Auschwitz”, este vocabulario nombra el horror mejor
que la guerra o el terror, y habla de crimen antes incluso que de estra-
tegia o de política. (Caravero 20 09)1
Por muchas razones, lo que fue llamado Auschwitz permanece
como un caso emblemático y, como frecuentemente se dice, como
una singularidad. Cualquier reexión actual sobre el horror debe
tarde o temprano ajustar cuentas con Auschwitz . Recupero de Cara-
vero el término inerme, concepto a través del cual la autora focal iza
la presencia de la víctima ante un tipo de violencia que atenta con-
tra la dimensión ontológica del ser humano, atacando su condición
única a través de mecanismos deshumanizadores. Considero que, en
Los orígenes del totalitarismo y en los Ensayos de comprensión, la tarea
llevada a cabo por Hannah Arendt es un intento por comprender
qué pasó y cómo pudo pasar este tipo de terror.
El tratamiento del tema de Auschwitz ha sido ampliamente he-
terogéneo en su enfoque, multifacético en sus signicados y con-
trovertido en su textura política. El esfuerzo por comprender las
causas y el alca nce de las graves violaciones a los derechos humanos
ha emanado de la necesidad de algún mínimo de esclarecimiento
histórico de los conictos del pasado y el destino o paradero de las
víctimas de tales violaciones.
Hacia nales del siglo XX, el genocidio, la limpieza étnica, la discri-
minación racial, la violación como arma de guerra, la persecución por
motivos religiosos, las migraciones y las desapariciones forzadas ha n
sucedido en escenarios muy diversos. Abordar estos problemas pue-
de también incluir un intento por adquirir una mayor conciencia de
1 Para este aspecto, recomie ndo la lectura del capítulo , titu lado “Auschwit z o del
horror extremo”, de Cavar ero (2009). De igual forma véa se López (2007).

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