Juventudes y regiones: percepciones y experiencias de jóvenes colombianos
| Autor | Emmanuel Quiroga Rendón |
| Cargo del Autor | Sociólogo y magíster en Estudios Sociales de la Universidad del Rosario, y magíster en Políticas Públicas de la Universidad de los Andes |
| Páginas | 249-271 |
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A inicio del siglo XXI, bien comentaba el investigador Ger-
mán Muñoz que la juventud urbana, aunque más numerosa
poblacionalmente, no puede tomarse como imagen de toda
la juventud en Colombia: “El joven ‘típico’ colombiano no
existe, es una abstracción que bien pronto se deshace entre
las singularidades regionales”.1 La frase invita a ahondar
en estas “singularidades regionales” que marcan a los jó-
venes de Colombia. Se busca repasar algunos temas clave
que permiten situar a las juventudes desde una perspectiva
regional. En primer lugar, se plantean algunos elementos
temáticos de la relación entre jóvenes y regiones. Luego,
se discute el informe de la Universidad del Rosario ¿Qué
piensan, sienten y quieren los jóvenes? a la luz de las opi-
niones y percepciones de los jóvenes sobre las regiones que
habitan. Más adelante, se presentarán algunos hallazgos
de dos procesos de investigación con jóvenes que lideran
actividades organizativas en el ámbito local (en Planadas,
Tolima) y nacional (en la Mesa Nacional de Empleabili-
dad y Emprendimiento Juvenil Rural [MEERJ]). Se espera
avanzar en el reconocimiento de los jóvenes que están por
fuera de la centralidad de las capitales: aquellos jóvenes
que viven en pequeños municipios y en zonas rurales, lu-
gares que por diversas circunstancias han sido etiquetados
como “la periferia”. Estos jóvenes, que se encuentran en las
distintas regiones del país, son actores que gestan formas
de actuar, compromisos, movimientos y luchas. El rol de
1 Germán Muñoz Gonzá lez, “Temas y problemas de los jóvenes
colom bianos al comenzar el siglo XXI”, en Revista Latinoameric ana
de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, vol. 1, núm. 1 (2003), pp. 145-
180, p. 5.
Los jóvenes tienen voz
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dichos jóvenes, así como sus iniciativas, deben ser conside-
rados por instituciones clave, como las entidades públicas,
el sector privado y las universidades, como un aporte a la
construcción de alternativas económicas y sociales en sus
respectivos territorios.
UNA BREVE R ELACIÓN ENTRE JÓVENES Y REGIONES
La juventud ha estado tradicionalmente ligada a las zonas
urbanas. El desarrollo de la moratoria social asociada a la
formación educativa, además de la expansión de las indus-
trias culturales, como la música, puso a los jóvenes residen-
tes en las ciudades a la vanguardia de las transformaciones
sociales y culturales del siglo XX. Entonces, “ser joven”
ha estado asociado al ocio, la educación o el consumo.2
No obstante, estos vínculos se diluyen a medida que se
abordan las experiencias de quienes viven por fuera de las
concentraciones urbanas. Así, a los jóvenes que viven en el
campo se les asocia con el trabajo duro y la productividad.3
Incluso, a esta población en zonas periféricas se hace más
difícil reconocer su condición de juventud. Como bien se
2 Mario Margul is y Marcelo Urresti, “La constr ucción social de la
condición de juventud”, en María Cristina Laverde Toscano, Carlos
Eduardo Valderrama y Humberto Cubides Cipagauta (eds.), “ Vi-
viendo a toda”: jóvenes, territorios culturales y nuevas sensibilidades,
Bogotá, Siglo del Hombre, 1998, pp. 3-37; José Fernando Serrano
Amaya, “Ni lo mismo ni lo otro: la sing ularidad de lo juvenil”, en
Nómadas, núm. 16 (2002), pp. 10-25.
3 Nurys Esperanza Si lva Cantillo, “Los labradores del azar: u n estudio
sobre las representaciones y las din ámicas de la juventud rural”, en
Maguaré, núm. 23 (2009), pp. 471-509.
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