Libertad positiva y libertad negativa en dos relatos rusos contemporáneos: 'All alone' de Eduard Limonov y 'The one-day war' de Vladimir Makanin
| Autor | Esteban Arango |
| Páginas | 59-78 |
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LIBERTAD POSITIVA Y LIBERTAD NEGATIVA
EN DOS RELATOS RUSOS CONTEMPORÁNEOS:
“ALL ALONE” DE EDUARD LIMONOV Y
“THE ONE-DAY WAR” DE VLADIMIR MAKANIN
Esteban Arango
Isaiah Berlin (1909-1997) es conocido por analizar la idea de la libertad
desde la perspectiva de la tradición republicana. Para él, los pensadores
de esta tradición difieren en sus visiones sobre el tema. Para Jean Jacques
Rousseau (1712-1778) y Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831),
cuya concepción de la libertad es positiva: “la libertad consiste en ser
dueño de sí mismo” (Berlin, 1998, p. 232); es decir, se fundamenta en
el principio de autodominio que es interpretado, no solo como la capa-
cidad de ejercer el control sobre uno mismo, sino incluso sobre la so-
ciedad: “esta entidad se identifica entonces como el verdadero yo, que
imponiendo su única voluntad colectiva u orgánica a sus recalcitrantes
miembros logra la suya propia y, por tanto, una libertad superior para
estos miembros” (Ibídem, p. 233). Por su parte, John Stuart Mill (1806-
1873), Benjamin Constant (1767-1830), Adam Smith (1723-1790) y
Alexis de Tocqueville (1805-1859) defienden una concepción negativa
de la libertad, es decir, basada en la no interferencia. Para ellos: “solo
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Esteban Arango
se carece de libertad política si algunos seres humanos le impiden a uno
conseguir un fin” (Ibídem, p. 220).
En su obra El contrato social [1762] (2010), Rousseau define la de-
mocracia como un sistema en el que el poder está dividido entre los
miembros que componen el Estado “de manera que haya más ciudada-
nos magistrados que simples particulares” (p. 80). De este modo, en las
democracias, el poder de decisión recae sobre los individuos, quienes en
su conjunto componen un cuerpo social: “este acto de asociación pro-
duce un cuerpo moral y colectivo compuesto de tantos miembros como
voces tiene la asamblea, el cual recibe de este mismo acto su unidad, su
yo común, su vida y su voluntad” (Ibídem, p. 29). Para Rousseau, este
cuerpo social recibe el nombre de república:
[…] esta persona pública que se forma así por la unión de todas las otras
tomaba en otros tiempos el nombre de ciudad. Y toma ahora el de república
o de cuerpo político, que es llamado por sus miembros Estado, cuando es
pasivo. (Ibídem, pp. 29-30)
Así, para el pensador francés la democracia corresponde a la idea
de hacer a los individuos dueños de sí mismos, ya que son estos quienes
deciden. Lo que concuerda con la definición de libertad positiva, basa-
da en el autodominio, según Berlin: “El sentido positivo de la palabra
libertad se deriva del deseo por parte del individuo de ser su propio
dueño” (1998, p. 231).
Esta primera reflexión en torno a los conceptos de democracia y
republicanismo desde una perspectiva positiva fue retomada luego por
otros autores, entre ellos James Madison (1751-1836), uno de los llama-
dos Padres Fundadores de Estados Unidos y su cuarto presidente (1809-
1817). Al igual que Rousseau, para Madison, el principio de división es
el origen de los sistemas democráticos, puesto que al dividir el poder se
impide la formación de una facción mayoritaria dispuesta a abusar de la
autoridad. Así lo define en una carta a Thomas Jefferson de octubre 24
de 1787: “en una gran sociedad, la gente está dividida en tantos intereses
y partidos, que es menos probable que se forme un sentimiento común,
así como el concierto requerido por una mayoría del todo” (The Library
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